Cuando en 2014 falleció Francisco Bonmatí Piñol, heredero de una familia de terratenientes de Agua Amarga, poco se podían imaginar en el Racing San Gabriel que les iba a llover un millón de euros de este benefactor para construir una nueva sede. Bonmatí llevaba mucho tiempo siendo socio del club, uno de los más antiguos de Alicante con 75 años de historia, siguiendo la tradición de su padre, uno de los fundadores. Ahora, y gracias a ese dinero, el Racing, que tiene siete equipos de fútbol, de benjamines a senior, y uno de baloncesto, estrena un flamante centro deportivo y cultural en la calle Comandante Franco del barrio San Gabriel.

Las nuevas instalaciones tienen más de 300 metros cuadrados en dos plantas, salón de actos para más de 100 personas, biblioteca, patio para actividades, billares, ascensor y ordenadores, además de pantallas led para anunciar los partidos. Nada que ver con las antiguas pizarras, donde escribían a mano las convocatorias deportivas. Disponen de una cafetería abierta al público y de patio.

Hasta que llegó esta donación, la sede del Racing estaba en el mismo lugar pero muy modesta. Se tiró para hacer la nueva, sacando a la luz un refugio de la guerra civil de 20 metros de largo y situado a 12 metros de profundidad que el club quiere poner en valor. Además de comunicar el hallazgo a Memoria Histórica, contactaron con un topógrafo que les dijo que hasta allí llegaba antaño el mar, de hecho hay fósiles con conchas en el techo. Destaca el buen estado de conservación del túnel que en el club presuponen que debía estar unido a otros y desembocar en la plaza del Refugio, donde hay uno catalogado. Cuenta con tres habitáculos y conserva la instalación por donde en el 36 iba el cable de luz. Sólo han tenido que reforzar las escaleras de acceso.

En ese pequeño local donde hoy se levanta el moderno edificio de dos plantas pasó muchas tardes el benefactor, que falleció sin descendencia ni familia cercana. «Él era socio de muchos años porque su padre fue fundador. Era una familia adinerada que vivía en una casa en Agua Amarga y tenían grandes propiedades en Alicante. Estaban muy vinculados al barrio y venían a echarse la partida», explica Juan Antonio Navalón, presidente del Racing. En sus últimos años el benefactor vivía en un hotel de Benidorm pero iba al club.

Ese dinero no fue el único que donó este mecenas al morir puesto que legó varios millones de euros más a ongs. En concreto, uno a Cáritas y otro a Cruz Roja. La basílica de Santa María de Elche, a la que también legó tierras, recibió otro. La nueva sede del Racing fue inaugurada en noviembre con la presencia del Hércules. El club, orgulloso de sus dos Copas San Pedro, ganadas en 1944 y 2004, ofrece sus instalaciones a todos los alicantinos para reuniones y eventos. Afirman que la sede es un club social abierto con cursos, actividades y hasta ayuda escolar. Al margen, quieren captar socios y con este fin han editado 3.000 carteles invitando a sumarse, por 10 euros al mes, a los 155 actuales.