La Confederación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) de la Comunidad Valenciana «Gonzalo Anaya» se desmarcó ayer de uno de sus socios, la FAPA «Enric Valor» de Alicante, y apoyó sin fisuras el decreto de plurilingüismo que ha aprobado la Conselleria de Educación. Apenas 12 días después de que la federación alicantina emitiera un comunicado en el que denunciaba que el decreto «deja de lado el derecho de los padres y madres que conforman la comunidad educativa a elegir en que sistema lingüístico deseamos que sean educados nuestros hijos», la Confederación de AMPA «Gonzalo Anaya» se desmarcó de esas declaraciones.

En un escrito remitido ayer a los medios de comunicación, «las familias de la Gonzalo Anaya se deshicieron en elogios hacia el decreto y reconocieron «el paso tan importante que la Conselleria de Educación ha dado en beneficio de nuestra lengua y nuestra cultura».

«El decreto de plurilingüismo permite que una nueva generación de estudiantes que cursan educación infantil crezca aprendiendo varios idiomas. Esto no solo va a provocar que se potencie el aprendizaje lingüístico en las aulas, sino que el plurilingüismo potencia el aprendizaje en otras materias. Es un valor añadido que aportamos a nuestro actual sistema educativo. Trabajar la competencia comunicativa en más de un idioma les permitirá a nuestros hijos e hijas adaptarse a un mundo cada vez más plurilingüe», ensalzó el presidente de la Confederación, Màrius Fullana.

Acto seguido, el máximo responsable de los padres censuró de manera indirecta la postura que han adoptado sus compañeros de Alicante. «Para nosotros, cuantas más lenguas aprendan nuestros hijos e hijas mejor. No entendemos cómo desde otros sectores se pone veto al aprendizaje de las lenguas y, en definitiva, a adquirir más conocimiento».

Con todo, desde la «Gonzalo Anaya» pusieron un pero al decreto. «Sobre la participación de las familias en la aplicación del decreto, nos hubiera gustado que la comunidad educativa hubiera contribuido más activamente en la discusión sobre qué modelo lingüístico es más conveniente para cada centro educativo. La única aportación de las familias a este proceso de decisión la han tenido los padres a través del consejo escolar», señalaron en el comunicado.