El Lunes de Pascua es para una inmensa mayoría el final de las vacaciones de Semana Santa, pero también la oportunidad de seguir una de las tradiciones populares por antonomasia de estas fechas: salir a comer la mona. Para algunos es una celebración doble, puesto que ya el domingo degustan tan típico bizcocho, pero en este arranque festivo de semana no puede faltar en cualquier caso la salida a un paraje natural, a la playa o incluso a un parque en plena ciudad para disfrutar de la tradición en compañía.

Muchos «huían» desde la costa hacia el interior, como lo atestiguaba el intenso tráfico por la mañana en la autovía A-7 en dirección a Alcoy, poco achacable a la operación retorno de Semana Santa a esas horas. Otros optaban por quedarse en la ciudad, tal y como ponía de manifiesto el lleno absoluto que había en el parque de El Palmeral a mediodía. Grupos de familias y amigos, la mayoría con niños pequeños y algunos muy numerosos, como el que conformaban varias personas de Alicante, Orihuela y Villena a las que no les faltaban ni la guitarra ni la sangría casera para que todo fuera más animado, y que aprovechaban también el Lunes de Pascua para celebrar un cumpleaños.

Otra de las opciones más idóneas para la jornada era la playa, sobre todo teniendo en cuenta la agradable temperatura. Puntos del litoral como la playa de San Juan estaban más que concurridos a la hora de comer, destacando especialmente la presencia de grupos de jóvenes, como uno formado por varios chicos y chicas de unos 20 años que aprovechaban el buen día para tomar el sol y darse un baño. Y, cómo no, no podía faltar la mona, combinando el ocio más corriente con las costumbres más arraigadas. Algunos aún tendrán ocasión de repetirla el lunes de la próxima semana, festivo en muchas localidades que celebran San Vicente Ferrer. En la ciudad de Alicante, la romería de la Santa Faz el jueves también dará ocasión para el ocio en grupo.