Una buena compañía para los bebés prematuros. Cerca de 75 voluntarios en la provincia de Alicante se han sumado al proyecto Noupops para tejer pulpos de ganchillo y entregarlos en las unidades de Neonatología de los hospitales para ponerlos en las cunas de los niños que han nacido de forma prematura.

Este movimiento surgió en el año 2013 en Dinamarca, cuando el papá de un bebé observó que su pequeña estiraba continuamente de la sonda y los cables de la incubadora. Preocupado porque pudiera hacerse daño, se le ocurrió llevarle un pulpo de ganchillo para que jugase con sus tentáculos. La idea no sólo funcionó, sino que se ha ido extendiendo por numerosos países del mundo y ahora llega a Alicante. «Se ha visto en las ecografías que los bebés dentro del útero de su madre se entretienen estirando del cordón umbilical. Los tentáculos de los pulpos simulan ese cordón y aportan al bebé la sensación de estar conectado con su madre», explica María José Valls, embajadora del proyecto Noupops en la provincia. El Hospital General de Alicante ya ha recibido los primeros pulpos y la asociación está en contacto con los hospitales de Elda, Torrevieja y el Vinalopó para hacer extensiva la iniciativa a estos centros sanitarios.

Los pulpos tienen que pasar por un estricto control para verificar que son aptos para los bebés. Deben estar elaborados con algodón o hilo de bambú para evitar problemas de alergias o que algunas fibras se desprendan y entren en los ojos y boca de los niños. El algodón y el relleno deben ser lavables a 60 grados y los muñecos no pueden llevar botones ni cualquier objeto que se pueda desprender. El pulpo no puede medir más de 22 centímetros con los tentáculos extendidos y el punto con el que se elaboran debe estar apretado para que no pueda salirse el relleno. «Una vez confeccionados, en base a la plantilla original del proyecto danés, una persona de la asociación se encarga de revisarlos uno a uno. Después se higienizan y se entregan al hospital para que el personal de Neonatología los distribuya entre los recién nacidos», señala Valls. Cuando el niño recibe el alta del hospital la familia puede quedarse el muñeco como recuerdo. Desde la asociación Noupops, que ha entregado 22.000 pulpos en todo el mundo, señalan que en hospitales en los que se ha puesto en marcha esta iniciativa, como Poole en Inglaterra, «los bebés han conseguido calmarse, mejorar su respiración, tener un ritmo cardiaco más regular y mejores niveles de oxígeno en sangre». Además, según la asociación, «se evitan pequeños accidentes, ya que los niños que abrazan los pulpos son menos propensos a estirar de las sondas y los respiradores».