Casi un 80% de los niños que sufren cáncer logra sobrevivir pero no sin pocas secuelas. Y es que hasta un 63% de estos supervivientes presentan problemas psicológicos, físicos o sociales derivados de unos tratamientos muy agresivos, como quimioterapia, radioterapia o transplante de médula, aplicados cuando apenas eran unos niños.

De ahí que los profesionales que atienden a los menores enfermos de cáncer exijan a la Conselleria de Sanidad que cree consultas y programas específicos para atender a estos adultos que sobrevivieron a un cáncer cuando eran niños, ya que en muchas ocasiones los médicos de familia y los especialistas son incapaces de dar una respuesta a sus problemas de salud. Lo hicieron ayer en el marco de una jornada que reunió en el Hospital General de Alicante a médicos y enfermeras especialistas en Oncología pediátrica.

Los especialistas también criticaron la escasa colaboración que en este tema está prestando la Conselleria de Sanidad, que desde hace un año tiene en su poder, sin que le haya dado difusión, una guía cedida por el americano Children's Oncology Group, la principal organización a nivel mundial dedicada a la investigación en cáncer pediátrico. El COG cedió el copyright de esta guía -en la que más de un centenar de especialistas recoge cuáles son las secuelas más habituales en estos pacientes y como abordarlas- con el compromiso de darle difusión, algo que no se ha cumplido por parte del departamento de Carmen Montón.

Según datos aportados en el encuentro celebrado ayer en el Hospital General de Alicante, en la provincia de Alicante se estima que hay 400 personas entre 15 y 29 años que siendo niños padecieron cáncer, sobre todo leucemias y tumores del sistema nervioso central. Unas cifras que irán a más en los próximos años, porque afortunadamente la esperanza de una curación es cada vez mayor en el caso de los menores con cáncer gracias a la mejora de los tratamientos y a los diagnósticos cada vez más tempranos.

Secuelas

Sin embargo, ya de adultos, estos jóvenes arrastran un sinfín de secuelas, que van desde problemas pulmonares, cardiacos, de fertilidad, de vejiga o de hígado a trastornos psicosociales, como depresión, abuso del tabaco y otras drogas o mayores tasas de divorcio. En muchos casos, estos problemas de salud pueden ser trasmitidos a la descendencia, en caso de embarazo.

El problema se complica cuando en muchas ocasiones los médicos de familia o los especialistas no saben cómo abordar estas secuelas, bien por el tiempo que ha pasado desde los tratamientos, bien porque el paciente desconoce qué tratamientos le aplicaron o porque se ha perdido parte de la historia clínica.

De ahí que los médicos y enfermeras que atienden a estos chicos reivindiquen programas específicos en los que se haga un seguimiento personalizado a cada paciente, en función del cáncer que tuvo y del tratamiento que recibió.

También reclaman mayor formación de todos los profesionales implicados en este problema, por lo que creen que es imprescindible que Sanidad difunda ya la guía del Children's Oncology Group entre los médicos de atención primaria para orientarles cuando reciben a pacientes que han sobrevivido a un cáncer infantil. Al margen de la mejora en la calidad de vida de estas personas, se lograría un ahorro de costes ya que anticipándose a estas secuelas o tratándolas cuando antes se evitan problemas más graves.

Según destacaron expertos que asistieron ayer a esta jornada, el tratamiento del largo superviviente de cáncer despierta cada vez mayor interés entre la clase científica y en la actualidad hay más de 300 publicaciones anuales sobre este tema. También se trabaja en perfeccionar los tratamientos oncológicos para curar a estos niños con el menor número de secuelas posibles. En la Comunidad Valenciana no hay programas específicos dirigidos a estos enfermos.