Uno de cada cuatro jóvenes entre los 15 y los 29 años de edad cree que la violencia de género es una conducta normal cuando se está en pareja.

Son datos del último barómetro del ProyectoScopio, de este mismo año, realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud con el apoyo de Banco Santander y Telefónica.

Entre más de 1.200 jóvenes encuestados, el 31,5% creen que el problema de la violencia de género «aumenta progresivamente» por culpa de la población inmigrante; un 21,2% sostiene que el tema está politizado; y casi un 7% cree que es un problema «inevitable» y que aunque rechazan que suceda no le ven solución, dicen que «siempre ha existido».

En general el nivel de resultados de estas opiniones sobre la violencia machista es superior entre los varones y entre aquellos con niveles de estudios inferiores, como indican las conclusiones del estudio.

Solo existe mayor acuerdo también con las mujeres ante la afirmación de que se trata de un «problema social muy grave», que arroja un acuerdo de hasta el 87% del total de los encuestados.

Todos ellos reconocen también que hay factores de exclusión por encima del de género.

Un 47,9% reconoce la identidad y la orientación sexuales como motivo de discriminación; un 45,1% apunta al origen étnico o racial; un 38% al aspecto físico y un 29,3% señala la nacionalidad en este sentido. El 23,7% de la población juvenil percibe que existe discriminación por razón de género por encima de los motivos religiosos, intelectuales, económicos, o ideológicos.

Sobre las desigualdades de género percibidas por los jóvenes, tres de cada cuatro creen que las oportunidades de las mujeres en salario o acceso a puestos de responsabilidad son mucho peores que las de los hombres.

Más de la mitad ven mucho peores las posibilidades de las mujeres para encontrar trabajo (62,4%); compaginar vida laboral y la familiar (57,4%); acceder a puestos de la vida política (61,9%); o ganar dinero (59,3%).

También el quinto informe de la Fundación Adecco contra la violencia a la mujer, tras encuestar a 500 víctimas revela que siete de cada diez se frenan a la hora de denunciar el maltrato por miedo a perder el trabajo o por sus hijos, aunque han crecido un 20% las denuncias.

Adecco concluye que:

  • El temor a que la denuncia produzca un efecto multiplicador en la violencia, junto al desempleo de la mujer (ausencia de recursos y dependencia económica del agresor) conducen a un 70% de las víctimas a la inacción.
  • Por detrás, un 61% admite que no denuncia por vergüenza a “reconocer” las situaciones que ha tolerado, seguidas de un 50% que declara no querer perjudicar al agresor (prisión, pérdida de estatus social y familiar, etc).
  • No obstante, en los últimos años las denuncias por violencia de género han experimentado un notable crecimiento. En lo que llevamos de año se han incrementado en la Comunidad Valenciana un 20%, un crecimiento superior a la media nacional (18%).
  • Un 75% de las mujeres víctimas no tenía empleo en el momento de sufrir la violencia y, de las que lo han encontrado, un 83% asegura que ha sido clave en su proceso de recuperación personal.
  • Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “ahora que cada vez más mujeres se están atreviendo a romper su silencio y denunciar, es vital garantizar que no retrocedan en su decisión y rompan el vínculo con el agresor, siendo el empleo la mejor herramienta para hacerlo”.