Y al campo se le agota la paciencia. El Sindicato de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (25.000 agricultores en la provincia de Alicante), organizaciones agrarias, empresariales y los sindicatos CCOO y UGT acordaron ayer, en una cumbre celebrada en Murcia, iniciar un serie de movilizaciones en la calle para exigir al Gobierno central que reaccione y busque soluciones a la falta de agua provocada por una sequía que tiene en vilo a 35.000 hectáreas de cultivos en la provincia de Alicante y a miles de empleos. Las medidas puestas en marcha por el Ministerio de Agricultura movilizando, según el PP, unos cien millones de euros en los dos últimos años no convencen, y los agricultores se lanzan a la calle con actos en Murcia, Torrevieja y uno final a mediados del próximo enero -días 15 o 16- en la Puerta del Sol de Madrid, para tratar de visibilizar un problema del que, según apuntó ayer Lucas Jiménez, presidente de los regantes del Tajo-Segura, no es consciente el resto de España.

El manifestarse en Madrid se debe a que, según Jiménez, en la capital del Estado «no tienen conciencia de cuál es la situación», y culpó a la Confederación Hidrográfica del Segura de ello y especialmente a su presidente, Miguel Ángel Ródenas, al que reclamó que se ponga a trabajar ya, porque el sector agrícola «está cabreado» o de lo contrario exigirán cambios «y pronto» al frente de este organismo.

Hay convocadas dos primeras protestas el 12 de diciembre ante la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) y en la Delegación del Gobierno en Murcia, y el 19 de diciembre en Torrevieja reclamando el agua de las desaladoras para que llegue a todas las comunidades de regantes. La planta de Torrevieja costó 350 millones de euros para potabilizar hasta 120 hm3 del mar y ahora mismo sólo produce 30.

Alicante ha perdido en los últimos 10 años un 40% del suelo fértil, lo que la consolida como la segunda provincia española tras Almería (70%). Un total de 94.360 hectáreas de suelo están afectadas por la erosión y otras 89.989 están en peligro muy alto, lo que suma cerca de la mitad de las 581.000 hectáreas de superficie que tiene Alicante.

La sequía afecta a 142.000 hectáreas de cultivos, el 45% en tierras de secano, donde su único aporte es el de la lluvia, que no cae con normalidad desde noviembre de 2013. Treinta y cinco mil hectáreas están ahora seriamente amenazadas y ayer, el presidente de Asaja, Eladio Aniorte reiteró, tras reunirse con el PP, que los frutos van a sufrir un recorte del tamaño debido a que no reciben el agua necesaria. Los recorte en el riego tras el cierre hace siete meses del trasvase y las restricciones provocan que en las explotaciones agrarias del Baix Vinalopó y la Vega Baja los agricultores sólo disponen de un tercio del caudal necesario para un riego óptimo.

En la concentración ante las puertas de la Confederación Hidrográfica del Segura, los agricultores pedirán que se abaraten las tarifas que actualmente cobra porque las consideran «abusivas», que la apertura de pozos acorte sus plazos y se acometan con urgencia. Jiménez advirtió que corren peligro muchos puestos de trabajo, por lo que intentarán reunirse con el Ministerio de Trabajo para que conozca la situación que se puede plantear por la falta de agua de riego en cultivos de Alicante, Almería y Murcia.

El presidente aseguró que existen soluciones para esta falta de agua «que son factibles a corto y medio plazo y que no van a generar malestar en el resto de cuencas hidrográficas ni tampoco en otras autonomías que habitualmente muestran rechazo», en alusión a Castilla-La Mancha, como es la interconexión del Duero con el Tajo y un trasvase desde el curso medio del Ebro.

Por otro lado, los regantes pedirán a los ayuntamientos afectados por la falta de agua que guarden un minuto de silencio con sus alcaldes y concejales al frente como protesta.