Los votos favorables del Botanic, con el PSPV, Compromís y Podemos, permiten que la proposición de ley para regular el plurilingüismo en la Comunidad inicie su andadura parlamentaria pese a la oposición del PP y Cs.

La iniciativa ante Las Cortes plantea, como ya anunció el conseller, Vicent Marzá, un único programa de educación plurilingüe que no vincula las horas de enseñanza en inglés de las horas en valenciano, y fija porcentajes mínimos para cada una de las tres lenguas, incluido el castellano, además de eliminar la acreditación de la competencia lingüística: 25% en castellano, otro 25% en valenciano y entre un 15 y un 25% en inglés; el resto, a libertad de cada centro.

El calendario prevé tres años para su aplicación: curso 2018-19 en Educación Infantil y primer ciclo de Primaria; 2019-20 en toda la Primaria y centros de Educación Especial, y 2020-21 en ESO, Bachillerato, y FP.

En el transcurso del debate, el diputado de Compromís, Josep Nadal ha insistido en la importancia de que los niños dominen las tres lenguas y considera que el texto "reconoce las diferentes necesidades y dificultades que puedan aparecer a la hora de implementar un sistema plurilingüe", por lo que "se da autonomía" a los centros para decidir la lengua.

La pedagogía, que los niños aprendan lenguas, favorecer el conocimiento en valenciano en zonas donde el ecosistema lingüístico no lo permite, y generar igualdad de oportunidades, son losobejtivos detallados por el diputado con la nueva ley. "Lo que hacemos es evitar conflictos si somos conscientes de que aprender lenguas es positivo", ha defendido.

También culpa al PP de "judicializar la mayoría de las iniciativas del Consell. Me da la sensación de que tienen poco respeto a la lengua de los valencianos. Es una vergüenza porque más que temas pedagógicos vienen a demostrar su 'valencianofobia'", declaró en referencia al grupo popular.

No obstante, Nadal tendió la mano a quienes se han opuesto pidiendo "responsabilidad y altura de miras".

Desde Podemos, César Jiménez opina que la propuesta tiene un "amplio consenso" y propone un modelo de plurilingüismo "integrador", que busca ser "útil" y que sienta las bases para que se dominen las tres idiomas.

"Se ha acabado el tiempo en el que el valenciano era el arma que no tenía ningún proyecto para nuestro territorio, comienza el tiempo del plurilinguismo", subrayó.

Para el portavoz del PSPV, Manolo Mata, defiende que la ley no impone nada, sino que garantiza la libertad de los centros a escoger el porcentaje que quieren en base a las dos lenguas. "Aquí no hacemos inmersión lingüística, sino que damos oportunidad a la gente libre y a que las dos lenguas se respeten y se traten de igual a igual", remarcó.

"Chapuza"

La diputada del PP, Beatriz Gascó, tacha la nueva ley de "ilegal, vulnera derechos, intenta ser un calco del modelo catalán, es sectaria y da la espalda a la familias" y acusa al Consell de "imponer valenciano y un modelo educativo único".

"Esto es una chapuza -añadió- porque hemos pasado del decreto del chantaje lingüístico a la ley de la estafa lingüística". Calificó el texto como "un bodrio", porque "impone" y busca "cargarse de un plumazo las líneas en castellano", y sostiene que "imita el modelo catalán" con los porcentajes.

También opina que "margina por completo a las familias" que no "tienen derecho a decidir". "Este modelo no reconoce la diversidad de nuestra tierra. ¿Por qué no entienden que algunos no sienten el valenciano como lengua propia?", se pregunta. "Nos acusan de judicializar todo, pero es que ustedes no paran de cometer ilegalidades", subrayó.

"Adoctrinar"

Por su parte, la diputada de Cs, Mercedes Ventura, considera que la ley busca "adoctrinar" y que "no ofrece nada nuevo y sigue vulnerando la libertad de las familias a elegir".

Ventura insiste en que "el Consell que se llama del consenso, dialoga poco. Deberían llamarse el Consell de 'yo me lo guiso, yo me lo como'", agregó.

Al conseller Marzà le ha recriminado la puesta en marcha "políticas cargadas de ideología política al más puro estilo catalanismo".