Investigadores que trabajan en el desarrollo de nuevos colores ponen esta semana en común sus avances en la reunión de trabajo que los socios del proyecto europeo Barbara, dedicado a este cometido, celebran en la Universidad de Alicante (UA). La institución participa en el estudio a través de dos grupos de investigación, el Análisis de Polímeros y Nanomateriales y el de Visión y Color. Uno de los objetivos del proyecto, tal y como explicó este periódico hace unas semanas, es la obtención de nuevas tonalidades y texturas a partir de residuos agrícolas, susceptibles de emplearse en sectores industriales como el de la automoción.

Barbara, han recordado fuentes de la UA, es un proyecto centrado en la búsqueda de biopolímeros con funcionalidades avanzadas para la construcción de piezas para automóviles y construcción procesadas mediante impresión 3D. Tiene una duración de 36 meses de duración y se enmarca dentro del Programa Marco de Investigación e Innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea.

Con un presupuesto de 2,7 millones de euros, reúne a 10 socios de España, Italia, Suecia y Bélgica. Con esta reunión en la UA se pretende, además de poner en común resultados, marcar pasos y estrategias de trabajo de futuro.

Los materiales en cuya búsqueda trabajan los integrantes del proyecto Barbara se obtienen a partir de restos alimentarios como de la cosecha y producción industrial de zanahorias, almendras, granadas o maíz.

Uso industrial

Desde la UA hacen hincapié en que se intenta que tengan propiedades mecánicas, térmicas, estéticas, ópticas y antimicrobianas específicas que los hagan adecuados para su uso industrial como componentes para la construcción y la automoción. También se busca que a la vez sean baratos y con pocos costes ambientales.