El Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) afirma sentirse muy sorprendido con las declaraciones de la consellera de Sanidad, Carmen Montón, de permitir la apertura de la nueva Facultad de Medicina de la Universidad de Alicante, «a pesar de conocer todas las negativas consecuencias a corto y medio plazo y tras negarse a ello hasta ahora».

Los estudiantes de medicina denuncian que, cada vez que una Facultad de Medicina se abre, «se asocia necesariamente a un hospital universitario cercano, causando en este caso concreto una absoluta superpoblación de estudiantes en las prácticas además de un notable perjuicio a la calidad docente de nuestros compañeros de la Universidad Miguel Hernández».

Por su parte, los estudiantes de Medicina de la Universitat de València denuncian que «ni tan siquiera cuenta con las instalaciones básicas para asegurar una docencia de calidad, como pueden ser la sala de disección para anatomía, el banco de huesos, ni laboratorios habilitados para las prácticas de los primeros cursos».

«Sabemos que tanto la Conselleria de Sanitat como la de Educación están al corriente del gravísimo problema que supone la apertura de esta nueva facultad, que pone en riesgo la seguridad de los pacientes y marchita la calidad del Sistema Valenciano de Salud», declara Cecilia Sanjuán, presidenta de la Delegación de Alumnos de Medicina de la Universitat de València. «Creemos que entienden lo que defendemos y por tanto no sabemos a qué se debe este cambio en su compromiso con nosotros.

Uno de los argumentos utilizados por el rectorado de la Universidad de Alicante para justificar la apertura de esta nueva facultad fue el desajuste entre número de estudiantes egresados y plazas MIR de la región. «No nos sirve el argumento. A nivel nacional, hay menos plazas MIR que egresados en este momento».