«¿Cuántos padres han asistido a un congreso médico en el que se exponen los beneficios de la vacuna del papiloma humano?». Esta reflexión le sirve al pediatra Javier González de Dios para hablar de la necesidad de que los médicos se impliquen a la hora de combatir los movimientos antivacunas usando sus mismas armas. «Tenemos que bajar del atril y jugar en el mismo terreno que ellos, que son las redes sociales». Esta fue una de las principales ideas lanzadas ayer en el foro sobre prevención en la infancia y adolescencia, celebrado en el Museo Arqueológico de Alicante.

Un encuentro en el que los expertos alertaron de la creciente presencia de estos grupos en las redes sociales más utilizadas por los jóvenes, como Facebook, Youtube o Instagram. Espacios en los que los antivacunas «son muy activos y en los que venden sus medio verdades con mensajes que atraen a los jóvenes», afirma González de Dios, responsable de Pediatría del Hospital General de Alicante. Para combatirlos, el pediatra propone, por ejemplo, que las autoridades sanitarias se impliquen en esta tarea insertando en estas redes sociales vídeos cortos, traducidos al inglés, en los que profesionales de la salud respondan las dudas más habituales que giran en torno a las vacunas, por ejemplo si llevan mercurio, su relación con el autismo o los efectos secundarios de la vacuna del papiloma humano.

La presencia de los antivacunas en las redes sociales puede ser más peligrosa para los jóvenes de lo que en un principio puede parecer. Y es que si bien hasta los 16 años no se considera mayoría de edad para que los jóvenes tomen decisiones a nivel sanitario, «entre los 12 y los 16 años se considera que son maduros para participar en determinados actos médicos como puede ser el de la vacunación», explica Javier Moreno, abogado especialista en derecho sanitario y consultor de la Asociación Española de Pediatría. Por eso Moreno también reclama que los profesionales sanitarios se comprometan a elaborar una información accesible a los menores. «De esta forma tendremos niños mejor informados en la toma de decisiones».

Moreno recuerda que las tasas de vacunación en adultos comienzan a registrar descensos, lo que obliga a tomar medidas que a su juicio no deberían pasar, de momento, por establecer la obligación de vacunar. «Eso generaría el efecto contrario al deseado». Con todo, el abogado recuerda que en España hay dos sentencias recientes, de Barcelona y La Rioja, que dan la razón a dos centros de preescolar que se negaron a matricular a dos niños por no estar vacunados.

Cifras preocupantes

Los movimientos antivacunas han alcanzado cifras preocupantes en países como Inglaterra. En la vecina Francia, se estima que el 30% de los niños no están vacunados. En España esta cifra rondaría el 2%-3%. Porcentualmente puede parecer un número bajo, pero al pediatra madrileño Roi Piñeiro le preocupa. «Estamos hablando de 100.000 niños, es como llenar aproximadamente el estadio Santiago Bernabeu».

En las jornadas de ayer Piñeiro habló de la consulta que ha puesto en marcha en el Hospital General de Villalba en la que recibe a todos aquellos padres que tienen dudas sobre si vacunar a sus hijos. «Al principio me enfadaba con ellos, pero me di cuenta de que así no lograba nada, por lo que decidí abrir esta consulta para hablar con ellos y responder a todas sus dudas porque al final te das cuenta de que la mayor parte de los padres que no quieren vacunar a sus hijos usan argumentos que se repiten». Después de cuatro años, Piñeiro ha logrado que el 90% de los padres que acude a la consulta finalmente inmunice a sus hijos, por lo que cree que el proyecto debería extenderse a otros hospitales. «Yo solo no hago nada, pero si esta iniciativa se amplía a todos los hospitales sería muy positivo para atajar un peligro que tenemos ahí al lado.»

En el foro celebrado ayer, organizado por la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana y el servicio de Pediatría del Hospital General de Alicante, también se abordó la necesidad de educar a los jóvenes en el buen uso de las redes sociales y de internet, dado que cada vez baja más la edad en la que los chicos se mueven por el mundo virtual. Algo de lo que es consciente la Policía Nacional, cada vez más implicada en advertir de los peligros que puede encerrar la red. «Progresivamente hemos ido bajando la edad de intervención, al principio enfocada a alumnos de la ESO, después incluimos sexto de primaria y ahora estamos enfocando la información también a alumnos de tercero y cuarto», señala Marta García, oficial de la Policía Nacional y delegada de Participación Ciudadana de Alicante. García insiste en la necesidad de que los padres tengan presente que no debe haber diferencias entre el mundo real y el virtual y si por ejemplo aconsejan a sus hijos que no hablen con extraños también deben enseñarles a que no acepten como amigos en las redes sociales a gente que no conocen.

Respecto a la edad a la que se debe permitir que un niño tenga un dispositivo con acceso a internet, la oficial de la Policía Nacional apuesta más bien por tener claro a qué edad un niño «es lo suficientemente maduro para acudir a ti ante un problema en el que se vea inmerso en las redes sociales». En cualquier caso, García rechaza tajantemente la moda de regalar un móvil en la Primera comunión. «A esa edad ningún padre en el mundo real dejaría a su hijo subir solo al autobús. Pues en internet debe pasar lo mismo».