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«Me obligan a dejar sola a mi hija con síndrome de Down en la parada de autobús»

Mayte Benavent es una de las madres afectadas por el cambio de horario decretado por el Consell para los centros de Educación Especial

«Me obligan a dejar sola a mi hija con síndrome de Down en la parada de autobús»

Mayte se ha visto obligada ha dejar sola a su hija de quince años y con síndrome de Down en la parada del autobús. Es la primera vez y no puede estar más preocupada. Si no lo hace así, no llega a trabajar.

Dispone de una hora de margen por conciliación laboral y familiar, pero el cambio de horario escolar decretado este curso por la Conselleria de Educación para los centros de Educación Especial ha dado al traste con su derecho laboral, porque ya no compagina con el horario escolar de su hija.

«En lugar de entrar a trabajar a las 8 iba a las 9 y dejaba a mi hija a las 8:15 en el autobús. Desde hoy -por ayer- el transporte escolar pasa a las 8:55 por la parada y esos 40 minutos son todo un mundo para nosotras. Si me quedo con Elia no llego a trabajar», añade.

A su preocupación por dejar sola a la niña, que también tiene que ser capaz de cerrar con llave la puerta de casa y cruzar sola la calle, se suma el monumental enfado de Elia porque no entiende que no tenga el mismo horario que su hermana mayor que va al instituto, pero que hasta ahora coincidían en las horas. Elia llegaba a casa al mismo tiempo que su hermana y ahora está disgustada.

«Ahora no puede ser porque del centro de Educación Especial El Somni salen a las 4 de la tarde en el autobús y difícilmente llega a casa antes de las 16:35. También tiene que olvidarse de la terapia de estimulación que estaba organizada». La madre añade que su hija llega a casa derrotada, demasiado cansada, porque amén del cambio de horario y rutinas, algo básico para estos niños, «les han puesto una clase por la tarde, después de comer, de 15:00 a 16:00 horas y es demasiado para ellos».

Con la pretensión de atajar la variedad de horarios a que había dado lugar la potestad de estos centros para adecuar las horas a las circunstancias de los alumnos, Educación ha decidido reorganizarlos concretando en la normativa para este curso que solo de forma excepcional se acabará antes de las 16:30. El cambio se hizo en julio, después de que los consejos escolares ya habían ratificado los horarios del curso pasado, y a los padres de niños discapacitados les ha supuesto todo un descalabro para la organización del curso y de sus trabajos.

Mónica Mauricio es otra de las mamás afectadas. «A Nestor, 18 años y síndrome de Down, tengo que llevarle yo al colegio y desechar el autobús porque dejo a mi otra hija de 12 años en un colegio del distrito de playas a las 9 y no puedo dejarle solo en la parada este curso a las 9:15 horas. ¿Esta es la inclusión de que hablan en Educación? ¿dejar solos a nuestros hijos?», lamenta.

Las representantes de la AMPA mantuvieron ayer una reunión con el director territorial David Vento, pero, como señala Elisa Lalinde, «ha insistido en que se abusaba de la norma para pedir horarios especiales y que solo se contempla desde este curso por motivos de transporte. Dicen que van a crear una comisión que estudie adecuar la jornada continua a los centros de Educación Especial, pero, mientras, ¿quién se preocupa de nuestros hijos?», concluye.

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