Democratizar el acceso a la Inteligencia Artificial para que el mayor número de agentes económicos (grandes empresas, pymes, emprendedores y autónomos) puedan hacer uso de esta tecnología. Éste es el objetivo de la estrategia impulsada por la Generalitat para cambiar el modelo actual hacia una economía de la innovación y el conocimiento a través de la Inteligencia Artificial, que constituyó ayer en Alicante su mesa de expertos, de la que forman parte una veintena de catedráticos, científicos e investigadores de universidades de toda la Comunidad. Presidió la primera sesión la consellera de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital, Carolina Pascual, quien destacó que, desde que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, presentó la estrategia, se han conseguido éxitos como la concesión del nodo Ellis de Inteligencia Artificial, que dirigirá la ingeniera en Telecomunicaciones Nuria Oliver.

Uno de los participantes en la mesa de expertos es el catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Alicante Juan Carlos Trujillo, quien anima a los agentes económicos a perder el miedo a hacer uso de esta tecnología al haberse abaratado mucho los costes. Incluida la industria tradicional. Los expertos consideran la Inteligencia Artificial como una herramienta para potenciar la competitividad y el futuro de las empresas y sectores económicos más arraigados en la provincia.

«No podemos permitir que las empresas del entorno, que forman parte de un tejido industrial tradicional que ha sabido hacer las cosas muy bien, corran el peligro de perder competitividad en Europa porque otras empresas estén accediendo a esta tecnología de Inteligencia Artificial y ellas no sepan qué hacer con los datos. Ese es un problema. Las empresas están generando cantidades ingentes de datos y no saben qué hacer con ellos, o no sacan todo el partido que se podría sacar».

El catedrático experto en ciencia de datos de la Universidad Politécnica de València, José Hernández Orallo, considera que la autonomía tiene que jugar un papel en el ámbito de la Inteligencia Artificial basado en la especialización. «Singapur e Irlanda son del tamaño de la Comunidad y son líderes en Inteligencia Artificial a nivel mundial. No se puede competir contra China, pero tenemos que buscar nuestra posición, que es claramente europea, y especializarnos en aquellos sectores en los que la Comunidad tiene más relevancia y construir sobre ellos, y sobre los sectores desde el punto de vista del tejido productivo en que destacamos a nivel europeo».

Ángel Pasqual del Pobil, alicantino catedrático de Inteligencia Artificial en la Universidad Jaume I de Castellón, abundó durante la primera reunión de expertos celebrada en el Distrito Digital en la necesidad de técnicos, sobre todo de personal joven cualificado, para poder desarrollar esta tecnología. «Si los que se forman en la Comunidad Valenciana se van a Estados Unidos, porque allí faltan, lo que tenemos aquí es una gran carencia, sobre todo de jóvenes que puedan desarrollar todo esto. Supone un gran esfuerzo a nivel de formación profesional, universitaria y de máster».

Investigación oncológica

Aurelia Bustos, oncóloga, ingeniera informática y experta en la aplicación de los métodos de Inteligencia Artificial en la lucha contra el cáncer, integrada también en la mesa de expertos, considera que la tecnología que el Consell abandera es necesaria para hacer modelos predictivos y pronósticos. «La estrategia de implantación de esta tecnología en la Comunidad es un gran motor que esperamos que sirva para poner en marcha las infraestructuras que van a posibilitar la colaboración entre las instituciones sanitarias para avanzar en la investigación oncológica».

El profesor de Derecho Constitucional y director de la cátedra de Privacidad y Transformación Digital de la Universidad de València, Ricard Martínez, habló de la nueva propuesta de ley de impulso de la Sociedad de la Información, y cómo hay que alinearse al cumplimiento de la normativa establecida por el grupo de expertos en inteligencia artificial de la UE con condicionantes como las normativas de protección de datos y la directiva de Open Data.