La gran nevada que ha dejado en las últimas horas la borrasca Gloria ha sido la segunda más copiosa en la provincia de Alicante del siglo XXI y, a excepción de la de hace justo tres años (2017), habría que remontarse a las décadas de 1980 y 1990 para episodios parecidos. El presidente de la Asociación Nacional de Geógrafos Españoles y responsable del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, el catedrático Jorge Olcina, destacó ayer que la nevada se ha extendido «en todas las comarcas del interior de Alicante» y gran parte de las de la provincia de Valencia, «con un manto blanco muy importante».

¿Cuál es el motivo de este temporal? ¿Típico del invierno?

La situación se ha debido a una gota fría instalada sobre le Mediterráneo Occidental que ha dado lugar a una borrasca propia en el litoral mediterráneo. Es decir, no es una borrasca que haya venido formada desde el Atlántico. Es una borrasca autónoma del Mediterráneo. Esto está ocurriendo cada vez con más frecuencia en los últimos años. Y se debe al cambio que está experimentando la circulación atmosférica en nuestras latitudes, debido al calentamiento del océano Ártico.

¿Crisis climática?

Este calentamiento está provocando que la corriente en chorro de la que depende el tiempo en nuestras latitudes circule cada vez más, generando ondulaciones en el aire y eso da lugar a la formación de gotas frías y éstas tienen efectos cada vez más intensos en el tiempo atmosférico. O sea, la mayor actividad de las corrientes de aire dan lugar a más situaciones de gota fría.

Muchas gotas frías en poco tiempo.

En el último año, en el litoral mediterráneo hemos tenido al menos cuatro gotas frías intensas. En abril, en la Marina Alta; en septiembre, en la Vega Baja y litoral de Murcia; en octubre, en Cataluña y ahora de nuevo en la Comunidad Valenciana. De manera que el clima en nuestro territorio se está volviendo progresivamente menos confortable y más extremo.

¿Calentamiento y nevadas?

Es una fase más del calentamiento climático que incluye la posibilidad de que puedan darse fenómenos de nevadas, incluso de nevadas intensas como las que ocurrieron en 2017 y ahora en 2020. Está en relación, precisamente, con la mayor frecuencia de desarrollo de gotas frías en cualquier época del año, ya no solo en otoño. La nevada ha sido muy importante en el interior de la provincia de Alicante y sur de Valencia, y en Alicante hay que destacar la virulencia del temporal marítimo.

Parece que esta vez las alertas han funcionado.

Efectivamente, de nuevo han vuelto a acertar de pleno las alertas meteorológicas de AEMET en la Comunidad Valenciana. Enhorabuena, porque su labor es de matrícula de honor. Muy bien también los dispositivos de emergencias de la Generalitat y la Diputación.

Usted se ha mostrado siempre prudente en la valoración del Cambio Climático. ¿Qué está pasando?

La prudencia no significa falta de preocupación por el tema. Todo lo contrario. Cada vez hay un margen menor para la incertidumbre. Los datos están ahí para corroborar que vivimos en un Tierra cada vez más cálida. Además, en los últimos años los registros climáticos (temperatura, precipitación, vientos) nos sorprenden por su carácter cada vez más extremado. Se ha perdido la regularidad de nuestras condiciones climáticas. Lo único que queda es actuar. Preparar los territorios para la transición energética y para los extremos climáticos que serán más frecuentes en las próximas décadas. Hay que ser prudente en las formas, pero contundente en el mensaje: tenemos un problema, y comienza a ser muy serio.