Orgilés forma parte del grupo de investigación AITANA de la UMH, que estudia los problemas psicológicos de los niños y adolescentes y la mejora de su bienestar físico y emocional.
¿Cómo se puede explicar a un niño la necesidad de mantener la distancia social en el colegio?
Es importante que los padres recuerden a sus hijos que el coronavirus continúa siendo un problema y que para conseguir frenar los contagios es importante tomar medidas. Explicarles que una de las formas más efectivas para frenar los contagios es mantener la distancia social y transmitir que su comportamiento en el colegio va a ser parecido al que tienen que seguir en otros espacios, como en el supermercado o en un restaurante, puede ayudarles a que entiendan mejor lo que van a encontrar en su regreso a las aulas. Es importante avisarles de que notarán cambios importantes, pero eso no supone un problema porque las normas que deben seguir son parecidas a las que llevan meses poniendo en práctica en otros lugares: limpieza de manos, distancia social, mascarilla, señalizaciones indicando por dónde deben entrar o salir...
¿De qué manera se puede facilitar su adaptación?
Dentro de esta situación, que es indudable que puede ser estresante o extraña para ellos, debemos resaltar los aspectos positivos para facilitar su adaptación. Por ejemplo, aunque no van a poder dar un abrazo a su mejor amigo, por fin van a encontrarse con él después de meses sin verle. Informar a los niños que todos somos importantes para frenar el virus también puede facilitar que entiendan mejor por qué debemos mantener la distancia social.
Es posible que algunos niños sientan mayor apego hacia sus familias tras medio año sin clases y muestren rechazo a volver al cole. ¿Qué aconseja?
Es normal que en los niños en los que existía cierta predisposición a manifestar ansiedad cuando los padres no estaban presentes, surja ahora un rechazo a separarse de ellos. Es especialmente importante prestar atención a las reacciones de estos niños para poder ayudarles en su adaptación al colegio. Aunque es esperable que el regreso de algunos niños vaya acompañado de llantos y reticencia a quedarse solos, esta reacción no debería durar más de unas pocas semanas. Los padres deben informar a los profesores si observan en sus hijos un rechazo al colegio mayor del habitual. Su regreso a las aulas debería ser progresivo para lograr que se adapten poco a poco sin manifestar excesivo malestar.
¿Cómo se deben comportar los padres?
Los padres deberían resaltar lo bueno de la vuelta al colegio ver de nuevo a los amigos, estrenar una mochila nueva o encontrar a su profesora favorita. La despedida de los padres en el colegio debe hacerse sin manifestar delante del niño su preocupación por dejarle protestando o llorando. El niño va a sentirse más seguro en el entorno escolar si percibe en los padres seguridad. Si el problema se alarga en el tiempo, es importante que soliciten ayuda psicológica, ya que la ansiedad por separación se puede tratar con éxito en pocas semanas.
¿Es aconsejable variar la rutina del niño unos días antes del comienzo del curso?
Preparar a los niños para la vuelta, tratando de incorporar los días previos rutinas que les ayuden, va a facilitar el regreso, por ejemplo, aproximar la hora de levantarse a la que deben seguir cuando empiecen el colegio. Sin embargo, este año más que nunca debemos ser flexibles con ellos. Van a ser habituales las rabietas en los más pequeños o la ansiedad en los niños más mayores. Cada uno a su manera, en función de su edad, va a manifestar su inquietud por el regreso al colegio después de unos meses insólitos. Como padres, debemos estar tranquilos ya que, si no es una reacción prolongada en el tiempo y muy intensa, es normal que los niños manifiesten su estrés de ese modo.
Si experimentan miedo al contagio en el aula, ¿cuál es la recomendación?
Cuando el niño manifieste miedo a volver al colegio debemos explicarle que en los centros escolares se van a seguir medidas de prevención parecidas a las de otros lugares que frecuenta sin tener miedo. Tenemos que informarle de que el colegio es un ambiente seguro, del mismo modo que lo son otros lugares a los que habitualmente acude. Conviene destacar al niño que, si sigue las indicaciones que le va dando su profesor, se estará protegiendo del virus.
¿Es adecuada la estrategia del miedo para intentar que sigan las normas preventivas?
Conviene en su lugar informar, sin necesidad de asustar, de la existencia de una amenaza sobre la salud que puede generar consecuencias importantes. La forma de estar seguro es seguir las medidas preventivas. Para que sigan las nuevas normas es mejor transmitir a los niños con objetividad y adaptado a su edad, que no cumplir las medidas preventivas puede tener consecuencias importantes en su salud, en este caso contagiarse de coronavirus, pero es mejor no transmitir alarmismo ya que eso puede restar eficacia al mensaje.
Es muy probable que durante el curso haya niños que contraigan el virus o en cuarentena. ¿Cómo se puede evitar que los compañeros lo estigmaticen?
Para evitar que los niños estigmaticen a otros niños contagiados o confinados debemos cuidar el lenguaje que usamos al hablar del coronavirus. Debemos evitar vincular la enfermedad con un país o una etnia concreta y evitar también una connotación culpabilizadora de la persona que se ha contagiado. El miedo a la enfermedad se puede reducir, y con eso también evitar el estigma, si ponemos énfasis en las medidas eficaces que disponemos para la prevención de los contagios. También es importante recalcar que la mayoría de las personas superan la enfermedad. Recordar o hablar con el niño de algún conocido que ha superado la enfermedad le puede ayudar a entender que puede afectar a cualquiera y que no se debe tener miedo ni rechazar a alguien que lo haya padecido, aunque eso no quiere decir que no se deban seguir en todo momento las medidas de prevención recomendadas.
¿Los adultos deben evitar conversaciones sobre los estragos de la pandemia delante de niños?
A los niños hay que informarles de lo que está ocurriendo. Evidentemente, encuentran a su alrededor un entorno que en absoluto es indicador de una situación normalizada. Sin embargo, debemos ser cautos con la información que les damos porque a determinada edad no van a ser capaces de gestionar sus preocupaciones. Cuando ocultamos información a los niños, muchas veces imaginan que la situación es mucho peor que la que realmente es. Suelen compensar la falta de información con su imaginación. Además, pueden captar fácilmente la preocupación en sus familias. Esto no significa que podamos mantener todo tipo de conversaciones sobre el coronavirus delante de ellos. Un exceso de información o información muy alarmista puede preocuparles en exceso. Si tienen dudas sobre lo que está ocurriendo, podemos ayudarles dándoles la información que necesitan saber y tranquilizarles, pero no es adecuado que escuchen a los padres gran parte del día hablando de la pandemia. Dentro de la situación estresante que estamos viviendo, conviene que los niños tengan una infancia normal.
