Dos siglos después de su gesta, Balmis sigue dejando huella. El grupo gallego Zendal, que fabricará la primera vacuna contra el covid en España, toma su nombre de la enfermera coruñesa Isabel Zendal, que en 1803 protagonizó la primera misión humanitaria internacional.

Zendal fue la única mujer que participó en la Real Expedición Filantrópica de Vacunas (1803-1814), dirigida por el alicantino Francisco Javier Balmis, para la vacunación contra la viruela en América, China y Filipinas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la considera como la primera enfermera de la historia que participó en una misión humanitaria internacional.

La expedición, promovida por el rey Carlos IV, partió de A Coruña el 30 de noviembre de 1803 y en ella participaron, además del doctor Balmis y de Isabel Zendal, 22 niños huérfanos. Isabel era entonces la rectora de la Inclusa de A Coruña. Todos ellos emprendieron un viaje por América, China y Filipinas con el ambicioso objetivo de inmunizar a miles de personas contra la temida enfermedad de la viruela. Llegaron a inocular a más de medio millón de personas en la que fue, sin duda, una de las mayores gestas sanitarias de la historia.

Isabel Zendal Gómez había nacido en Santa Mariña de Parada, en Ordes (A Coruña), en febrero de 1773, aunque en otras fuentes se habla de 1771. Falleció en Puebla de los Ángeles, México, aunque se desconoce en qué fecha.

El propio doctor Balmis escribió, sobre la decisiva labor de Isabel en aquella expedición al señalar que «con el excesivo trabajo y rigor de los diferentes climas que hemos recorrido, perdió enteramente su salud; infatigable noche y día ha derramado todas las ternuras de la más sensible Madre sobre los angelitos que tiene a su cuidado».

La misión de las Fuerzas Armadas en marzo, en plena crisis sanitaria fue bautizada con el nombre de operación Balmis como homenaje a la expedición humanitaria que lideró el médico alicantino entre 1803 y 1806.

El propósito del grupo no fue otro que acabar con la mortalidad infantil que el virus estaba originando en los territorios de ultramar. Desde su salida del puerto de La Coruña, la tripulación inmunizó a las poblaciones de Canarias, América, Filipinas, Macao, Cantón y la isla Santa Elena.

Millones de dosis

Con sede en la localidad pontevedresa de O Porriño, Zendal es un grupo farmacéutico formado por seis empresas que centran su actividad en aspectos relacionados con la salud humana y animal mediante la investigación, desarrollo y fabricación de medicamentos y vacunas. Todo un referente europeo en la producción de algunos tipos de vacuna, no es casualidad que la farmacéutica estadounidense Novavax le haya encargado la fabricación para Europa del antígeno de su vacuna.

La producción de cientos de millones de dosis correrá a cargo de Biofabri, una de las filiales del grupo con sede en O Porriño. Para ello, están realizando ya adaptaciones en planta y adquiriendo maquinaria a todos los niveles, especialmente de envasado, que se multiplicará por cinco o por seis veces más, para iniciar una producción masiva del antígeno en un plazo de dos o tres meses. Con un equipo formado por más de 300 profesionales, el grupo Zendal ha venido apostando por la investigación para elaborar productos biológicos avanzados.

La vacuna viajaba viva y activa

El equipo médico de la Expedición Filantrópica contra la viruela zarpó desde A Coruña, a bordo de la corbeta «María Pita», el 30 de noviembre de 1803. Como señala el investigador Antonio López, «durante diez largos años llevará la vacuna de la viruela, por caminos reales y veredas secundarias, desde el norte de México hasta el sur de Chile y desde Acapulco a Filipinas, Cantón, Macao, Santa Elena y Lisboa, dando la vuelta al mundo por mar».

Isabel Zendal Gómez fue una de las principales protagonistas de la expedición que entre 1803 y 1814 distribuyó la primera vacuna de la historia por el mundo entero y de manera gratuita.

La Expedición Balmis transportaba un antídoto procedente de vacas enfermas de viruela: la vacuna viajaba, viva y activa, mediante las inoculaciones de brazo a brazo que posibilitaban los expósitos reclutados para la expedición. Cuidar de los 22 niños que llevaron la vacuna de la viruela desde A Coruña hasta México y de los 26 que viajaron desde Acapulco a Filipinas fue responsabilidad directa de Isabel Zendal. Entre esos niños había uno, de nombre Benito, que según algunas fuentes era hijo adoptivo de Isabel, mientras que otras apuntan más bien a que Isabel era madre soltera. J. A. O.