La grave crisis que atraviesan las actividades vinculadas al sector turístico, principal motor de la economía alicantina, ha vuelto a tener un impacto negativo en el desempleo debido a la parálisis motivada por la pandemia de covid. La provincia ha sumado en septiembre 637 parados más que en agosto, lo que eleva la cifra de alicantinos sin trabajo hasta los 179.045, pese al aumento de la contratación y de la afiliación a la Seguridad Social en el último mes. Aunque el indicador no es excesivamente significativo en términos numéricos, evidencia el importante peso de los servicios y explica por qué Alicante ha quedado al margen de la tendencia de creación de empleo generalizada tanto en el resto de la Comunidad Valenciana como en la media nacional.

El descenso de parados en la agricultura (-195), la industria (-756) y la construcción (-341) en la provincia durante el mes de septiembre no ha sido capaz de compensar el importante aumento del desempleo del sector servicios, que anotó 1.744 parados más, según los datos publicados por el Ministerio de Trabajo. Se trata de la única provincia de la Comunidad que ha seguido destruyendo empleo en este mercado, que se desangra por el bloqueo del turismo y las limitaciones a la movilidad internacional que han dejado bajo mínimos la llegada de visitantes extranjeros. La caída de actividad de la hostelería y las restricciones que mantienen cerrado el ocio nocturno por las medidas impuestas para atajar los contagios de coronavirus contribuyen también a la debacle de un sector en caída libre.

El complicado panorama al que se enfrenta la provincia en materia de destrucción de puestos de trabajo en turismo y servicios se registra igualmente en otros puntos de la geografía nacional en los que el sol y la playa son también importantes atractivos que generan actividad económica. Por ejemplo en Málaga, se han destruido 3.449 empleos en el último mes en el sector servicios. En Baleares, 3.210.

Tendencia nacional

En términos globales, la media de trabajadores sin ocupación en el total de la Comunidad Valenciana decreció el mes pasado gracias a los datos positivos de la provincia de Valencia, con 3.546 personas menos en el paro (2.524 vinculadas a los servicios), y también en Castellón, con 435 personas que salieron de las listas del desempleo (182 en servicios). La misma tendencia se ha constatado a nivel estatal. El paro bajó en septiembre en 26.329 personas, su mayor caída en ese mes desde el año 1996. Más de la mitad del descenso correspondió también al sector servicios.

Con los 637 nuevos parados anotados en septiembre en territorio alicantino, son un total de 179.045 los desempleados totales que registra la provincia, una cifra a la que hay que sumar los trabajadores que en estos momentos se encuentran afectados por un ERTE y, por tanto, en suspensión temporal de empleo. Los datos facilitados por la Seguridad Social indican que más de 25.700 alicantinos mantenían expedientes de regulación durante el último mes. También reflejan que, a pesar de todo ello, se ha registrado un mejor comportamiento en la contratación, que en septiembre supuso la creación de 15.100 puestos de trabajo, y de la afiliación a la Seguridad Social, que sumó 2.600 nuevos inscritos al sistema, lo que elevó a 647.932 el total de cotizantes en la provincia. No obstante, no se está creando un empleo de calidad. El 88% de los contratos fueron temporales.

El complicado escenario que presentan los datos deja un panorama incierto en la economía provincial. El presidente de la patronal CEV en Alicante, Perfecto Palacio, tildaba ayer las perspectivas de «preocupantes». «La implantación de cuarentenas en países emisores de turistas y la ausencia de un plan Imserso han supuesto un golpe muy duro para los alojamientos turísticos, la hostelería y el comercio de nuestro territorio. Por ello, unido a que nuestra previsión es que el PIB se desplomará un 12% en 2020, nos preocupan mucho las noticias que estamos recibiendo últimamente sobre aumentos fiscales. ¿En lugar de lanzarle un salvavidas a las empresas, que son quienes deben reactivar la economía y generar empleo, vamos a atarles piedras a los pies?», trasladó ayer Palacio. A ese respecto, defendió que «no es compatible hablar de incentivos a la demanda y apoyo a las empresas con incrementar la presión fiscal sobre éstas». Se trata de una reivindicación que fue lanzaba también por la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana que preside Salvador Navarro, que consideró como patronal autonómica que «lo último que debe hacerse desde la política económica es anunciar un aumento de la fiscalidad a aquellos agentes llamados a reactivar la economía y generar empleo».

Zona de bajo riesgo

Si la actividad turística de la provincia se encuentra hoy sumida en un letargo sin fecha de fin es, a juicio de Nuria Montes, secretaria general de la patronal hotelera de Benidorm y la Costa Blanca (Hosbec), por el «descontrol» de los datos sanitarios que presentan determinadas regiones del país y por la falta de acuerdos europeos que posibiliten levantar las restricciones aéreas a zonas que presentan las menores incidencias por coronavirus y que pueden ser consideradas seguras, como sería el caso de la Comunidad. «Mientras no controlemos los datos sanitarios, no podremos salir adelante. La situación actual de Madrid, por ejemplo, ha motivado numerosas cancelaciones para el puente del Pilar. A nivel europeo debe haber una política común que diferencie por zonas y que no se califique el riesgo en España a nivel global, sino por regiones. También se pueden establecer medidas para hacer test a la llegada o la salida donde se necesite». Montes señaló que «con la apertura de fronteras y control del covid, podríamos empezar a operar, porque en otoño e invierno la demanda existe. La situación del sector es dramática, pero nosotros no perdemos la esperanza ni damos la temporada por terminada. No queremos tener los hoteles cerrados ni un minuto más de lo estrictamente necesario».

El vicepresidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Alicante, Miguel García, valoró a que la inestabilidad de empleos en el sector será inevitable mientras no exista un control efectivo de la pandemia y dijo que la supervivencia de los negocios y el sostenimiento de los puestos de trabajo pasa, inevitablemente, por el apoyo con iniciativas públicas. «Las ventas han bajado hasta un 60%. Todos queremos sacar a los empleados de los ERTE pero la clientela ha bajado mucho y los que salen gastan menos. Si nos bonifican parte de la Seguridad Social o ciertos impuestos intentaremos aguantar el tipo los que no hemos tenido que cerrar, pero sin facturación ni ayudas es imposible seguir abiertos y mantener plantillas».

Más nubarrones sobre el horizonte alicantino ve Francisco Javier Galdeano, presidente de la Asociación de Locales de Restauración y Ocio de Alicante (Alroa), que agrupa a diversos locales de ocio nocturno. Son aquellos que tienen prohibido operar desde el 18 de agosto por orden de la Generalitat. «Nos conformamos con poder abrir con restricciones de aforo y por lo menos tener actividad. No existe justificación para mantenernos cerrados. Tanto la evolución positiva de contagios como la negativa se han dado mientras permanecíamos cerrados. Nos sorprende que las medidas se prorroguen mientras otros sectores sí tienen actividad. Mantener los puestos de trabajo sin poder abrir sería ciencia ficción», advirtió ayer.

Modelo productivo

También los sindicatos se pronunciaron sobre la evolución del mercado laboral alicantino. La responsable de Empleo UGT-PV en l´Alacantí y La Marina, Yolanda Díaz, puso el acento en la necesidad de un cambio de modelo productivo y en «acabar con el abuso y diferencias que se producen en la dualidad que se establece en el mercado laboral, debido sobre todo a la reforma laboral del 2012 y la dependencia absoluta del sector servicios y de la estacionalidad en la provincia». Desde UGT «seguiremos incidiendo en la necesidad de fomentar y apostar por este cambio, fortaleciendo la industria tecnológica, la investigación, y la digitalización como pilares fundamentales de esta nueva era». En términos similares se expresó la secretaria general de CCOO en l'Alacantí-les Marines, Consuelo Navarro, que puso el foco en dos problemas estructurales del mercado alicantino: «la temporalidad y la dependencia de los servicios». Destacó que la subida del paro en septiembre en Alicante es la segunda más baja desde el año 2007, si bien dijo que el dato ha de analizarse en un contexto de parón productivo por el covid. Reclamó igualmente la puesta en marcha de políticas específicas para acabar con los factores que debilitan el empleo provincial y que «se acaban reflejando en prestaciones y pensiones más bajas y, por lo tanto, en una cronificación de la pobreza laboral inaceptable».