O su equivalente “Pro Paz” fue el nombre de un proyecto que el Rotary Club Alicante, pocos meses antes de que estallase la guerra civil en España, proponía entre 1932-1935 a los clubes rotarios de todo el mundo. 

En los años veinte llegaba el movimiento rotario, desde Estados Unidos a Europa, un movimiento aconfesional, apolítico, no masónico ni nacionalista y con la vocación de formar a la sociedad civil a través del ideal de servicio. El Rotary Club Alicante fue uno de los clubes jóvenes en Europa, fundado en 1930, hace 90 años de hoy. Europa estaba recuperándose de los estragos de la primera guerra mundial (1914-1918). La pandemia de la llamada gripe española había causado millones de muertos, y la crisis económica en Europa había culminado con el crac del 1929 de la bolsa de Nueva York. La gran depresión había arruinado a muchos empresarios en el mundo entero, también en España. 

Alicante era una ciudad relativamente próspera, con conexión por tren y por barco para salir al interior del país y al mar mediterráneo. Destacadas personalidades solidarias de la sociedad alicantina fundaron el Club Rotario. El presidente fundador del Rotary Club Alicante, Luis Sánchez-Guerra, fue una persona ilustre, director del puerto, más tarde gobernador de Guinea y en los años 1950 presidente fundador de la empresa Dragados. 

Recientemente tuve la ocasión de investigar sobre este Club en el Archivo de Salamanca de la guerra civil. Hay cajas y cajas de documentación llevando el nombre del Rotary Club Alicante a falta de ser investigadas y clasificadas, también de muchos otros clubes españoles diferentes, fuentes históricas fascinantes, donde se empilan desde actas de las reuniones, nombres de los socios, hasta sus proyectos de servicio a la sociedad de aquellos tiempos. 

“Para nosotros la desaparición de la guerra, la imposibilidad de la guerra o, mejor aun, la imposibilidad de las causas que pueden producir la guerra, fundadas por el avance de la amistad rotaria entre los hombres directivos de todos los países del mundo, representa la máxima fecundidad del rotarismo; la cima del ideal rotario hacia la que miran y tienden todos los demás principios y fines de nuestros estatutos y nuestros corazones.”, decía Sanchez-Guerra en 1935. 

El Club Rotary Alicante tenía una propuesta concreta, con mucho tesón: el establecimiento de dos premios anuales rotarios que se podía financiar con un crowdfunding de un dólar al año por cada rotario del mundo, con lo que alcanzaría una cifra del orden de los “dos millones de pesetas anuales”. En concreto, la propuesta consiste de un lado en un premio internacional destinado a distinguir la mejor acción o el mejor trabajo en pro de la paz internacional y de otro lado un premio destinado a realizar algo análogo, realizado por un club rotario, con la obligación por parte de este de invertir la suma que le correspondiera en una obra social, o benéfica, internacional, relacionada con la Paz del mundo. Esta propuesta se votó en 1935 en la asamblea del Distrito de España de San Sebastián y se discutió a nivel europeo en una Convención europea y a nivel internacional en la Convención de México. 

Hoy existen muchos programas de Rotary Internacional a favor de la paz, como había visionado el Club de Alicante. Una de las prioridades de Rotary fue al principio de los años treinta y todavía es hoy “lograr la PAZ entre las naciones por el compañerismo de los hombres unidos en el ideal de Servicio”. Entre las múltiples iniciativas destacan hoy el programa de intercambios de juventud, las becas Pro-Paz para estudios en universidades especializadas en la investigación de la paz y la labor de La Fundación Rotaria para subvencionar proyectos concretos comunes entre clubes de diferentes países para lograr, entre otros objetivos, la paz en el mundo. Cada año se realizan miles de proyectos a nivel local y a nivel internacional cofinanciados por La Fundación Rotaria, que por su parte se financia a través de la labor benéfica de todos los clubes rotarios del mundo. 

En un discurso histórico de 1935, recuperado por el Rotary Club Alicante, Rafael Altamira, el famoso jurista alicantino del Tribunal Internacional de Justicia en La Haya alaba el movimiento rotario: “Me pareció no poder hablar ante los rotarios sino del movimiento pacifista, porque estimo que el rotarismo es uno de los instrumentos más eficaces del pacifismo del mundo.” 

Rafael Altamira fue miembro de honor y incluso presidente de honor del Rotary Club Alicante, a pocos días de la guerra civil. Sus teorías sobre la paz convencen todavía hoy: conseguir la paz a través del conocimiento muto, la buena voluntad, pero también a través del conocimiento de la historia y de los tribunales internacionales. 

En estos días el Rotary Club Alicante recuerda el 90 aniversario de la entrega de su Carta Constitutiva de Rotary internacional, el 22 de noviembre de 1930.