La portalada que daba acceso a una fábrica de harinas que hace más de un siglo se levantó en la calle Arzobispo Loaces ha vuelto a su lugar de origen. La promotora que construye viviendas de lujo en pleno centro ha colocado de nuevo los pilares que se desmontaron a principios de 2019, en el arranque de la construcción de una promoción que se prevé entregar a principios de 2021. Catorce viviendas de lujo, de estilo moderno, que conservarán un histórico vestigio de la arquitectura industrial del Ensanche de la ciudad.
«Nos encanta conjugar lo nuevo y lo antiguo, y así hemos hecho en esta promoción urbanística»
En plena época de ampliación urbana del Ensanche de la ciudad de Alicante, en 1902, un antiguo molino se convirtió en fábrica de pan. Por la calle Arzobispo Loaces se entraba al almacén de la fábrica, por una verja y unos pilares que, a mediados del siglo XX, se convirtieron en un taller mecánico, conocido como el Garaje Alcázar. Durante años, accedieron a la parcela vehículos que utilizaban el pasaje como aparcamiento privado.
A partir de ahora, esos pilares formarán parte de la arquitectura de una moderna promoción urbanística. Y lo hacen por iniciativa privada, ante la falta de protección pública de los elementos históricos. Así lo explica el responsable de la promotora murciana. «Cuando tramitábamos la licencia, nos interesamos por esos pilares, que sin tener protección nos resultaron curiosos. Hablándolo con los técnicos municipales, acordamos encajarlos en el proyecto. Lo hemos hecho con nuestro presupuesto destinado a la responsabilidad cultural corporativa (RCC)», señala el director general de Urbincasa, Francisco Cervantes, quien explica que los pilares se han distanciado para ampliar la distancia de la puerta con el fin de adaptarla a la normativa. «En nuestra empresa, nos gusta conjugar lo nuevo y lo antiguo, y así hemos hecho en esta promoción. Nos encanta esa mezcla», añade el responsable de la promotora, en alusión a la arquitectura moderna del edificio, que contrasta con unos pilares que tienen más de un siglo de antigüedad y que rememoran los años de la arquitectura industrial del Ensanche de la ciudad.
«Su integración permite mantener el último elemento del pasado industrial del Ensanche de Alicante»
Desde Alicante Vivo se felicitan porque el compromiso de la promotora con el Ayuntamiento se ha hecho realidad. «Se trata de una portalada de acceso a un pasaje privado y a la fabrica de harinas de la calle Italia. En sus ultimas décadas fue pintada en rojo y blanco al transformarse la nave de la harinera en un taller mecánico y garaje. En su día, aunque sin éxito, solicitamos su catalogación en el Plan General (PGOU) pero nos la denegaron. Se trata del último vestigio del núcleo industrial del Ensanche», argumenta Alfredo Campello, quien pone en valor el trabajo de técnicos de Urbanismo «en diferentes legislaturas» y el «toque de atención dado desde Alicante Vivo» como hechos fundamentales en la conservación de la histórica portalada. «La integración de este elemento permitirá mantener para generaciones futuras el último elemento del pasado industrial del Ensanche, aunque desde Alicante Vivo tenemos que lamentar la pérdida del resto del conjunto de la antigua harinera que con otros usos se mantenía en pie hasta hace unos años», inciden desde la entidad que trabaja por la conservación del patrimonio alicantino, que vuelve a solicitar al gobierno municipal, ahora en manos del bipartito de PP y Cs, «la inclusión de este elemento en el catálogo de elementos protegidos». Desde Alicante Vivo aprovechan el regreso de los pilares a su lugar de origen, a escasos metros de Doctor Gadea, para animar al Ayuntamiento a que inicie los trámites para proteger el último vestigio de la arquitectura industrial del Ensanche de Alicante.
