La reducción a la movilidad provocada por el covid ha retrasado un año la puesta en servicio del AVE «low cost» , privado y público, en el corredor Alicante-Madrid-València prevista, en un principio, para esta primavera, pero que se ha aplazado hasta 2022, según los planes de la operadora Ouigo, la marca blanca de la francesa SNCF, que arranca el 9 de mayo la ruta Madrid-Zaragoza-Tarragona-Barcelona con billetes desde 9 euros trayecto en sus trenes de doble cabina. Tampoco Renfe ha movido todavía ficha, y no tiene fecha oficial para el inicio de la circulación de los Avlo, con los que la empresa pública competirá con las operadoras francesas e italianas. El descontrol de la pandemia también tiene en el aire el estreno de la línea del AVE entre Orihuela, Elche y Madrid, prevista para el primer trimestre de este año. Ouigo comenzará en mayo con diez servicios diarios en el corredor Madrid-Barcelona, para seguir ampliando los destinos hasta llegar a las 30 salidas diarias cuando incorpore sus trenes a los corredores con València, Alicante, Córdoba, Sevilla y Málaga.

Ouigo operará con 14 trenes Almston adaptados a la red española. Los trenes, de doble piso, tendrán 509 plazas, además de servicio a bordo y cafetería, un equipamiento que Renfe sí ha limitado por el impacto de la pandemia. SNCF también está formando maquinistas especializados en trenes de mercancías para que estos trenes de cara su incorporación al Corredor Mediterráneo. La compañía estatal francesa aterriza en España con una agresiva campaña comercial. Para empezar, ha preparado una oferta especial de lanzamiento. Ya tiene abierta su página web y las 10.000 primeras personas que se registraron disfrutaron de los billetes a un euro.

Aunque la SNCF lleva más de 80 años dando servicio a los franceses y al resto de Europa, su filial no nació hasta 2013. Lleva varios años operando con un modelo «low cost» en Francia, con precios bajos y un servicio de calidad, con más de 50 millones de viajeros transportados.

Por su parte, el Avlo de Renfe será un «tren inteligente» en el que se podrán reducir costes gracias al uso de las nuevas tecnologías y la personalización de servicios. El planteamiento se asemeja al modelo de negocio de las compañías aéreas de bajo coste. Reducir los servicios generales y cobrarlos si el pasajero los solicita. Pagar por el transporte de maletas más grandes o la elección de asientos, que serán más baratos en función de su ubicación (ventanilla, pasillo, sentido de la marcha). Algo que ya incorporó, por ejemplo, Renfe con la tarifa «mesa». Otro factor que permitirá rebajar tarifas en estos trenes es el aumento de la capacidad, que pasará de los cuatro asientos por fila que tienen los trenes AVE en clase turista a cinco plazas.

Renfe tenía previsto haber lanzado en abril de 2020 el servicio de «bajo coste» para anticiparse a la competencia de los operadores que iban a entrar en la red AVE en diciembre de ese año, cuando se produjo la liberalización del transporte en tren en toda la UE. En el caso de Renfe, iba a iniciar la explotación del Avlo con una oferta de tres frecuencias diarias por sentido entre Madrid y Barcelona, a las que en mayo sumaría una cuarta. No obstante, la entrada efectiva de competidores de Renfe también está actualmente condicionada por la evolución de la pandemia. SNCF ya ha dado el paso, mientras que la italiana Trenitalia y Air Nostrum no empezará hasta enero de 2022.