Explosivos, armas, dinero y hasta uniformes de combate camuflados en contenedores de ropa usada. El destino final de este material eran las unidades del Daesh en Siria e Irak, tras haber salido en contenedores desde naves ubicadas en polígonos industriales de Crevillent y Cocentaina. Siete acusados de pertenecer a esta red desmantelada en 2016 en la provincia de Alicante y con conexiones en Valencia y Ceuta se sienta desde hoy en el banquillo en la Audiencia Nacional. La Fiscalía pide penas de entre 13 y 28 años de prisión para ellos.

El Ministerio Público les acusa de delitos de pertenencia y financiación de organización terrorista, enaltecimiento del terrorismo, tenencia de arma de fuego y blanqueo de capitales.

La red estaba liderada por Ammar T., nacido en Alepo (Siria) y con nacionalidad holandesa, que constituyó la empresa de distribución comercial, importación y exportación Tigre Negro, con domicilio social en Cocentaina, según relata el escrito de acusación de la Fiscalía. Las fotos en las redes sociales de Ammar levantaron todas las alarmas en las Fuerzas de Seguridad, ya que en su cuenta de Facebook aparecía posando con personas armadas, así como en otras imágenes tomadas en el paso fronterizo de Bad al Hawa, entre Turquía y Siria, y en la ciudad de Idlib de este país. Estas publicaciones iban acompañadas de comentarios elogiosos de los grupos yihadistas sirios.

La Policía Nacional conduce a uno de los detenidos en Crevillent el día de la operación. | SERGIO FERRÁNDEZ

A través de la empresa Tigre Negro, esta red enviaba contenedores por vía marítima al puerto turco de Mersin para posteriormente ser transportadas en camiones hasta la frontera con Siria de Bab al Hawa. En la documentación se declaraba la mercancía como ropa y calzado de segunda mano.

Contactos en zonas de guerra

Para poder introducir los envíos en zonas de guerra como el norte de Siria e Irak, bajo el control de las organizaciones terroristas Estado Islámico y Jabhat al Nusra, la red contaba con otros miembros asentados en Turquía, Siria y Egipto, que se encargaban de funciones de logística y financiación para que las mercancías llegaran a su destino. La red también contaba con destinatarios finales de la mercancía que la distribuían entre los grupos yihadistas.

De esta forma, la Fiscalía considera que el grupo de Ammar T. ha enviado a zonas de conflicto de Siria e Irak dinero, material militar, equipos electrónicos y de transmisiones, componentes explosivos y armas de fuego, todo lo cual iba camuflado entre la ropa y el calzado usados.

Estos eran cargados en tres naves industriales de un polígono de Crevillent, desde donde eran transportados en camiones hasta puertos de la costa de Levante, principalmente Valencia, pero también Castellón y Almería, desde donde viajaban en barco hasta Mersin (Turquía). Según el escrito de acusación, algunos acusados disponían de importantes sumas de dinero por sus actividades empresariales y de negocios, actuando como fuentes de financiación. En registros realizados en 2016 en las naves de Tigre Negro en Crevillent se encontraron numerosas prendas militares, cerca de 20.000 uniformes, y en el puerto de Valencia fueron incautados contenedores de la red con más uniformes y una granada.