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El paro agravado por el covid devuelve a las aulas a alumnos sin el graduado

Las escuelas de adultos aumentan en un 20% la matrícula para acabar Secundaria. Listas de espera en Español para extranjeros

Aula en el centro de adultos Paulo Freire de Alicante, esta semana. | PILAR CORTÉS

Las dificultades de encontrar trabajo, agravadas por las restricciones a que obliga la pandemia, han devuelto o mantenido en las aulas de las escuelas de adultos a un 20% más de alumnos de lo que es habitual porque, como constatan desde el centro Paulo Freire de Alicante, lo habitual es que después de las fiestas de Navidad buena parte de los matriculados se queden en el camino porque encuentran algún tipo de trabajo, aunque sea precario, y no vuelven.

Este curso, la situación de abandono de estos estudios para mayores de 18 años que venía siendo lo habitual, se ha dado la vuelta. «Nos hemos visto sorprendidos», concreta la profesora María Dolores Martínez, tutora del programa del graduado escolar en el Paulo Freire.

«Por las dificultades de lograr empleo, han decidido prepararse y sacar el graduado que no acabaron en el instituto de Secundaria en su momento. Es una forma de poder aspirar a nuevas posibilidades», aprecia la profesora.

Semipresencial

Al estar restringida la presencia en las aulas, también por el covid, los cursos semipresenciales han tenido a su vez «más matriculados que ningún otro año que siguen los estudios e incluso se presentan a los exámenes», añade.

Es la vertiente «positiva» que las escuelas de adultos han encontrado en una pandemia que arrasa por todos lados. «Es bastante normal que en cuanto encuentran algún trabajo abandonen, pero la parte positiva del covid es que este año siguen», insiste la docente.

El perfil mayoritario de estos alumnos en las clases del turno de la mañana son jóvenes entre 18 a 20 años que por circunstancias familiares, sociales, o por la crisis de la adolescencia, dejaron los estudios y ahora deciden retomarlos. Y la extrema situación de restricciones a consecuencia del coronavirus les ha devuelto más que nunca a las aulas.

Por las tardes son más mayores y están más concienciados con la decisión que toman, pero también les impulsa la necesidad de mejorar en el empleo o de conseguirlo con la titulación básica que piden las empresas, como comenta Claudia Salamanca, de 29 años. «Con el covid está todo bastante complicado. Suelo conseguir algo en hostelería pero se ha complicado y quiero aumentar mi formación». Administrativo de alguna oficina o algo de laboratorio son sus preferencias pero, de momento, va a sacarse el graduado.

Zeinabou Sidibe es la más joven del aula a sus 20 años. Dice que se ha apuntado en el graduado «para no perder el tiempo». Al principio solo pretendía cursar Español para extranjeros, que también presenta lista de espera este año, como destaca la profesora Martínez, «pero como iba bien, la misma profesora me aconsejó que me apuntara al graduado para hacer Matemáticas y sacarlo todo. Tengo idea de seguir estudiando y hacer el Bachillerato después», apunta.

María Antonieta Ferrándiz es compañera de Zeinabou en el aula y a sus 55 años se muestra sorprendida de lo bien que se ha integrado con alumnos y profesores, aunque algunas «parezcan mis hijas», apunta. «Nos apoyan y lo facilitan todo. Quería superarme, demostrarme que podía y tener una base de estudios y lo levo bastante bien».

Se queja de que a partir de los 35 años «parece que no seamos útiles porque ya no te quieren en los trabajos y te hacen sentir frustrado». Ahora, con las clases del graduado incluso confía en dar clases a otros de idioma porque habla algo de francés y chapurrea el inglés, «no sabes lo que te puede traer la vida» aventura.

Jamila Hadrani es figura ente los que se han apuntado para prepararse en el curso de acceso a la Universidad para mayores de 25 años y poder presentarse a las pruebas cuando las convoque la Universidad de Alicante. Se queja de lo farragoso que es conseguir homologar los estudios cuando se viene de fuera, como es su caso, que procede de Marruecos. «Llevaba un año parada por la pandemia y he decidido prepararme para el acceso a la universidad porque tampoco hay trabajo y tengo mucho tiempo libre. Si no cotizas no sirve de nada», se lamenta.

Agradece la paciencia del profesorado y asegura que además de aprender está disfrutando mucho de las clases. «Me gustaría estudiar algo de Ciencias Sociales», apunta.

Parados

El director del Paulo Freire , Jesús Pérez, inmerso en la preparación del centenario del centro, destaca que las escuelas de adultos son un revulsivo frente al covid para mucha gente que se ha dado cuenta de las limitaciones de su formación, y que quiere conseguir mejores opciones de futuro. De ahí que se haya incrementado la demanda por el graduado escolar.

También realizan en estos centros los cursos de Labora para parados, aunque precisamente por el covid en este caso hay una dificultad añadida porque al estar restringida la presencia en las oficinas de empleo se han matriculado menos.

La profesora Martínez concreta que las competencias clave en las que se prepara a estos alumnos son Matemáticas y Castellano, obligadas, y Valenciano e Inglés solo para quienes se les exija. La formación se dirige en este caso a los que no tienen ningún título para conseguir el certificado de profesionalidad.

JESÚS PÉREZ DIRECTOR CENTRO ADULTOS PAULO FREIRE: «Las escuelas de adultos son un revulsivo frente al covid para conseguir mejores opciones de futuro»

ZEINABOU SIBIDE ALUMNA DE GRADUADO ESCOLAR. «Me he apuntado en el graduado para no perder el tiempo y después seguir con Bachillerato»

MARíA ANTONIETA FERRÁNDIZ ALUMNA GRADUADO ESCOLAR. «Quería demostrar que podía y quiero tener una base de estudios. No sabes lo que traerá la vida»

JAMILA HADRANI ALUMNA ACCESO UNIVERSIDAD. «No hay trabajo y tengo mucho tiempo libre. Los profesores tienen mucha paciencia»

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