Tras décadas de total abandono, la Finca Benisaudet, la que fuera casa de verano del escritor alicantino Gabriel Miró, ultima su puesta a punto. El barrio, tras ver languidecer un inmueble del siglo XIX, podrá disponer en breve de una dependencia de tres plantas y unos 400 metros de superficie construida para uso público. Se prevé que acoja, en un principio, la sede de la asociación de vecinos, el racó de la hoguera y también una ludoteca para su uso cultural. Sin embargo, hay dependencias para más fines.
Las obras de rehabilitación del inmueble encaran su recta final tras prorrogarse tres meses más de previsto por el mal estado de la vivienda y porque un panel de abejas obligó a posponer el inicio de una actuación que tenía un plazo de ejecución de seis meses. Cuando finalicen los trabajos de rehabilitación de la finca, que definitivamente cuentan con un presupuesto de 646.000 euros (un 19% más del adjudicado tras el reciente modificado de la obra aprobado por la Junta de Gobierno), el barrio dispondrá de una decena de salas diáfanas, repartidas en tres plantas, junto a un jardín y una terraza. El coste de la rehabilitación se elevó además tras una sentencia judicial condenatoria por la adjudicación de las obras, que obligó al Ayuntamiento a indemnizar con 21.173 euros, más intereses, a una empresa excluida.
Los trabajos en la finca, según explican los técnicos de la Concejalía de Urbanismo, no han sido fáciles desde el primer momento. Y todo por el estado que presentaba un inmueble cuya última actuación databa de hacía tres décadas. Entonces se actuó simplemente para evitar su derrumbe con el refuerzo de los pilares. Nada más. Veinte años después de acordó su rehabilitación entre el Ayuntamiento de Alicante y la Cámara de Comercio. El compromiso quedó en nada.
Ahora, la obra está a punto de finalizar. Se espera que en junio esté totalmente terminada para su recepción. «Se ha tenido que reforzar la estructura porque su estado de conservación era lamentable. Hay partes irrecuperables por su mal estado», explican técnicos municipales durante una visita a las obras junto al concejal de Urbanismo, Adrián Santos Pérez. Tras medio año de obras, los técnicos admiten que lo mejor conservado del inmueble, sin duda, son las fachadas, mientras que lo peor es la estructura general. Desde cero se ha tenido además que realizar las instalaciones de suministros, como agua, saneamiento, datos y climatización.
En cambio, pese a la inacción municipal durante décadas, todavía se conserva mucho de aquella casa en la que Gabriel Miró, que por entonces residía en Madrid, veraneó justo antes de fallecer a los cincuenta años: «Estamos manteniendo paredes de piedra [que contrastarán con la iluminación led], además de las rejas de las ventanas, que se han retirado para restaurarlas y colocarlas después». Por otro lado, se ha actuado sobre la claraboya. También se mantienen tejas originales, aunque no todas porque o bien ya no estaban o se encontraban en mal estado. También va a ser nueva la escalera que da acceso a las dos plantas superiores. De la anterior nada se sabe. Como tampoco de la balaustrada original. «Hemos buscado, sin éxito, documentos gráficos de la época para comprobar cómo era realmente la balaustrada. La actual se va a retirar porque es evidente que es posterior», añade el edil de Urbanismo, quien subraya que la rehabilitación de la finca «es algo que estaban reclamado los vecinos y los alicantinos en general desde hace muchísimos años, y va a permitir poner en valor este edificio histórico y revitalizar el barrio de Los Ángeles, así como potenciar las instalaciones culturales». La parcela, que está entre las calles Vicente Aleixandre, San Pedro Poveda y Agustín Jiménez Narvalaz, tiene una extensión de 13.086 metros cuadrados, y alberga además el retén de la Policía Local de Benisaudet.
