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Amparo Moll, la «ayudante» del artista de Hogueras Pedro Soriano cumple 100 años

La madre del foguerer colaboraba con su hijo en el taller con el empapelado, el lijado y la pintura

Amparo Moll celebra su 100 cumpleaños junto a su familia. A la derecha, Pedro Soriano. | RAFA ARJONES

«Soy centenaria», exclamaba eufórica Amparo Moll, madre del veterano constructor de Hogueras Pedro Soriano, quien revolucionó con su estilo el arte fogueril en los años 80 y 90. La anciana, que se sigue arreglando ella sola y «guisa con mi ayuda» -apostilla el hijo-, nació el 14 de mayo de 1921 en la calle Miguel Soler, muy cerca de la Concatedral de San Nicolás, donde la abuela de Soriano regentaba una corsetería. Su familia quiso homenajearla coincidiendo con su siglo de vida y se reunió con ella, en dos días diferentes, como precaución ante el coronavirus, aunque la matriarca ya está vacunada con la pauta completa. Las velas las apagó en una comida en un restaurante con su hijo y otros familiares cercanos. Amparo ya sale a pasear, en silla de ruedas por el dolor de rodillas, tras tres meses y dos semanas sin pisar la calle a causa de la pandemia. La mujer, muy lúcida, recuerda perfectamente los tiempos en que echaba una mano a su hijo en el taller de Hogueras. «El que sabe es él, yo solo le ayudaba», explicaba la mujer, que, de la fructífera obra de Soriano se queda con «Crisol», la Hoguera Oficial que plantó en 1993 en la plaza del Ayuntamiento, «muy bonita y muy grande, con un remate muy alto».

Pedro Soriano recuerda que su madre «me ayudaba a tirar el cartón. Empapelaba, pintaba, lijaba, era una cosa tremenda. Ella me ha ayudado mucho en el taller, era muy mañosa, aparte de que nos hacía la ropa. Fue profesora de corte y confección y aún cose». Los dos son precavidos y prefieren que este año, como han decidido los foguerers, no se celebren las Hogueras, que quedan aplazadas a 2022.

«Más que echo de menos las Hogueras yo, no las echa nadie pero tienen que celebrarse en su época», considera el artista, que ve fuera de lugar las Fallas en septiembre. «Mi madre opina como yo, que aún hay mucho peligro. Ya que hemos aguantado tanto, un año más no pasa nada. Lo que tiene que hacer el Ayuntamiento es ayudar a los artistas, a los pirotécnicos y a los indumentaristas», afirma el veterano constructor, quien no entiende que vaya a celebrarse la elección de la Bellea del Foc. «¿Van a ir con mascarilla? Lo veo muy precipitado porque todavía mueren personas por el virus cada día. Habría que esperar a estar vacunados». En cambio, sí ve correcto que se dispare la palmera el día de Sant Joan, e incluso que se hubiese plantado y quemado la hoguera de la plaza del Ayuntamiento, algo que las comisiones han rechazado, «para que no se pierda el simbolismo». Amparo, que tiene 3 hijos y 4 nietos, señala la tristeza que le ha causado la pandemia, «aunque no nos haya tocado, a otras muchas personas sí y es una desgracia».

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