Saben que las posibilidades que tienen de conseguirlo son escasas, pero las familias del colegio Gabriel Miró no cesan en su empeño por mantener una jornada escolar continua sobre la que pesa la ejecución de una sentencia del TSJ en contra, que les obliga a volver a la jornada partida cinco años después de tener el horario continuo con más del 70% de los votos.
La dirección territorial de Educación recibió ayer a representantes de las familias del centro que, a los más de 300 escritos de la semana pasada han sumado más adhesiones de otras entidades vecinales y del profesorado. Los responsables educativos demostraron a los representantes de los padres que se han leído los escritos, aseguraron su respaldo y anunciaron que han solicitado la paralización de la ejecución de la sentencia que da la razón a una madre del centro que demandó por defectos de forma en la normativa.
Pese a que no les dan muchas esperanzas, desde Educación aseguran estar del lado de las familias que no quieren cambiar el horario, por el daño que ocasiona en el día a día tanto de los niños como de la conciliación familiar y laboral. La situación se ha tornado tan dramática que el propio director del centro ha presentado su dimisión ante el Consejo Escolar.
