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La deficiente formación del profesorado lastra el plan de plurilingüismo en los centros

Especialistas en la enseñanza de la lengua anglosajona en la Universidad de Alicante urgen un cambio de mentalidad - Rechazan que se estudie el idioma como una asignatura y apuestan por aprenderlo a través de temas de interés

Alumnado en clase de inglés en uno de los institutos de la provincia. | HÉCTOR FUENTES

El déficit en la formación del profesorado figura entre las principales carencias que advierten los expertos universitarios de cara a la implantación del plurilingüismo en el aprendizaje en lengua inglesa, que el curso próximo aumenta su presencia hasta un mínimo del 10% del total de la enseñanza que se imparta en las aulas de los institutos de Secundaria y de Formación Profesional.

Es un punto negro en el avance de la enseñanza de la lenguas que, como advierten estos mismo expertos, debe centrarse en «la necesidad por comunicar» y no tato en la gramática.

Es lo que los propios especialistas tratan de inculcar en quienes a su vez van a formar al alumnado, para obtener el mayor éxito con el inglés, como incide la lingüista Pamela Stoll Dougall, profesora titular del departamento de Filología Inglesa en la Universidad de Alicante y formadora de profesores. «No se ha llegado a incorporar por completo el enfoque comunicativo», lamenta.

Stoll defiende, no obstante, que los planes multilingües contemplan esta premisa. «Es un cambio de enfoque desde las formas abstractas y gramaticales, a escribir y leer sobre la marcha. Se considera más efectivo y se da más importancia a realizar la comunicación real, a desarrollar la capacidad de comunicarse en la lengua y entender lo que se escucha, pero en la práctica no se lleva totalmente a cabo», lamenta la lingüista. Y el principal obstáculo que aduce es la citada formación del profesorado.

El objetivo que citan los expertos, y contempla la propia normativa plurilingüe, es llevar la lengua a la práctica. «Hay que quitarse la careta, las lenguas son una riqueza social y personal, y la moneda de cambio se llama inglés», destaca a su vez el director del citado departamento de Filología Inglesa en la UA, Jordi Sánchez-Martí, al tiempo que recomienda que importa más hablar, que hacerlo bien. «El inglés que se habla en Bruselas está burocratizado, no tiene qué ver con el que se habla en Inglaterra, pero se entiende perfectamente. Si las lenguas son para usarlas se aprende equivocándose», puntualiza el experto.

Opina que la lengua crea oportunidades si se habla, no si se estudia, y que eso hay que empezar a sentirlo de modo global como sociedad para que el inglés deje de ser considerado como una carga. Sánchez-Martí rememora el peso que arrastramos en un país tradicionalmente monolingüe, hasta el punto de que el plurilingüismo se aprovecha para ver lo bien o mal que se hablan otras lenguas y que por miedo al ridículo no arrancamos a hablar. «Un certificado no sirve si no usas la lengua», insiste.

Stoll añade por su parte que el cambio que se intenta operar incluye la enseñanza coordinada de las lenguas, de forma que el alumnado relativiza la complejidad inicial. La especialista concluye que entre los pilares de esta vuelta de tuerca al aprendizaje del inglés no hay que olvidar el aprendizaje integrado de lenguas y contenidos: «La lengua se usa para aprender cosas, no por la lengua misma. Estudiando algo, a la vez aprendes la lengua», concreta, aunque también advierte que no basta saber inglés, que para enseñar Matemáticas en inglés se tiene que dominar la materia para que el método de enseñanza de los contenidos y de la lengua «sea simultáneo».

Más nivel por el «boom» de las series

 El boom por la series empieza a derivar en un mayor nivel del inglés entre los jóvenes. Así lo han detectado especialistas de la lengua anglosajona en la Universidad de Alicante, que alertan de que urgen un cambio de mentalidad tanto a la hora de enseñarla como para aprenderla para que, de una vez por todas, los estudiantes españoles puedan codearse en inglés en cualquier circunstancia como la mayoría de sus homólogos europeos.

«Hace falta un cambio de mentalidad, y eso pasa porque el inglés deje de ser una asignatura como tal. Se puede sacar un 10 pero no ser un 10, porque hay que comunicar. Es la necesidad de comunicar lo que hace que aprendas una lengua», precisa Jordi Sánchez-Martí.

Este giro en la enseñanza del idioma que predica el director del departamento de Filología Inglesa en la UA coincide con su percepción sobre una sustancial mejora en el nivel de inglés entre los jóvenes que están estudiando la carrera. «Llegan mejor preparados, sabiendo un inglés real, no gramatical, porque han tenido la necesidad de seguir las series en cuanto salen y las ven en inglés, subtituladas, sin esperar al doblaje».

Los expertos subrayan de esta forma el singular espaldarazo que la pasión por las series está provocando en el aprendizaje del inglés. «Es la necesidad la que te obliga, y es claro que las generaciones que vienen serán consideradas analfabetas si no saben inglés, porque internet es inglés», sentencia el profesor Sánchez-Martí.

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