Elsa Martínez se ha casado. Un día después de celebrar su 54 cumpleaños, la exconcejala del Partido Popular de Alicante y empresaria de comunicación especializada en el mundo de la moda (la imagen de Hanníbal Laguna, Ion Fiz, Juan Vidal, Modesto Lomba o Francis Montesinos ha pasado en algún momento por sus manos), ha contraído matrimonio con el empresario segoviano Francisco Sanguino, Curro para los amigos, e hijo del escultor Luis Sanguino. Como oficiante de la boda, el cuarto teniente de alcalde del Ayuntamiento y concejal de Presidencia, Innovación y Coordinación de Proyectos, Antonio Peral, Toño para los amigos, para quien la boda podría haber pasado por una más de no ser porque ha estado casado con Elsa los años suficientes para crear un hogar, una familia, una buena amistad y un hijo en común, Alejandro Peral Martínez, Álex para los amigos. Tras su divorcio hace menos de una década, ambos ex nunca han ocultado su buena relación, y dieron cuenta del ejemplo mientras los asistentes al casamiento sudaban la gota gorda en un sábado de agosto a la temperatura del mismísimo infierno.

Habría sido una boda más de las celebradas en el Ayuntamiento de Alicante de no ser por la singular ceremonia matrimonial. De acuerdo con el protocolo anticovid, el Salón Azul contaba con la presencia justa de asistentes detrás de una mascarilla mientras el resto de invitados aguardaba, libres del tapabocas, en la Plaza del Ayuntamiento a casi 40 grados, en el “día grande” de una de las mayores olas de calor que se recuerdan en Alicante, su provincia y hasta España entera. La novia llegó vestida de Ion Fiz en un Cadillac Fleetwood del 51 fabricado en Nueva York y con matrícula H (histórico). “Va como un tiro”, dice el conductor, un mozo afable que parece aguantar el tipo como un miembro de la guardia británica, de riguroso traje y corbata doble Windsor bajo un sol achicharrante. El coche impresiona tanto que los pocos turistas que a esa hora se han atrevido a echarse a la calle se detienen para hacerse un selfie y salen de najas igual de rápido que llegaron para guarecerse a la sombra bajo los soportales.

Arriba, en el Salón Azul, Toño Peral demuestra que lo institucional va por delante por mucho que esté casando a la madre de su hijo, que observa feliz a los tres protagonistas. Peral demuestra escuela y algún conocimiento cinematográfico al citar la frase mítica que el replicante de Blade Runner dedica en sus últimos minutos a Harrison Ford: “Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser… pero nunca había visto a un exmarido casando a su exmujer”. Punto para Peral, que por fortuna no acabó la frase original: “Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”.

De Ridley Scott a Scorsese, que dirigió en 1974 “Alicia ya no vive aquí”. Pues Elsa ya no vive aquí, en Alicante, sino en Madrid. Cosas del amor y el trabajo. Quizá por ello llamó la atención de este invitado la discreta presencia de alicantinos en el evento frente a la nómina de segovianos y madrileños que por parte del novio acudieron al casamiento. La que sí asistió fue Nerea Belmonte, exconcejala de Podemos, amiga personal de la novia, cuya amistad cobró relevancia cuando la otrora podemita se abstuvo en un pleno de elección de alcalde para facilitar el acceso a la vara de mando de Alicante de Luis Barcala (PP), hoy compañero de corporación de Peral. La socialista Eva Montesinos, que confiaba en ese voto para ser alcaldesa, se quedó a verlas venir. Nerea va a ser madre en noviembre, lo que demuestra que la vida sigue e incluso nace una nueva..

Y de allí al Moments de Urbanova. Gamba roja, coca de champiñones, foie, carne a base de bien, taquitos de salmón, ensalada de burrata y tomate seco y vino de alta gama de Alicante. Bañadores, toallas, sandalias y hasta bronceadores a disposición de la concurrencia por si alguno quería apagar los calores en la playa a pie de paseo.

Frente al mar urbanovita dieron cuenta del condumio y la felicidad de los amantes el padre de la novia , Arnaldo Martínez, y el del novio, Luis Sanguino, distinguido por el rey Juan Carlos con una cruz de la Orden de Isabel la Católica y cuyas manos han moldeado esculturas en Oviedo, Nueva York y hasta en el Valle de los Caídos, concurso al que se presentó (y ganó) con apenas 18 años. Y además de buena parte de las familias Martínez y Sanguino, no se perdieron el ágape el teniente de alcalde de Las Rozas (Madrid), Javier Espadas; la diseñadora alicantina Marián Rincón; el maquillador madrileño José Sande, Bibi para los amigos, Ernesto Valera, Andrés Espí, los socios del Grupo Terra, José Manuel Santamaría, el empresario Luis Sans; el productor musical Manuel Tejada; Daniel Román, Daniel de la Iglesia, subdirector de “Diez Minutos”; Nerea Belmonte y Ángel, su pareja de toda la vida; el personal de la empresa de comunicación de Elsa y una nutrida camada de amigos de Álex Peral Martínez, que ya ejerce de modelo en varias pasarelas y tiene la vista puesta en la semana de la moda de Milán.

La boda que empezó con una cita de Blade Runner acabó en cuento de hadas como todas las bodas: comiendo perdices y con el horizonte de un viaje a Tenerife para desconectar del mundanal ruido.