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Ancianos de residencias y sus familias vuelven a tener contacto físico

Después de 18 meses, la Conselleria de Igualdad elimina la distancia de seguridad en las visitas a los geriátricos siempre que todos estén vacunados

Una anciana de una residencia de Alicante recibe los abrazos de dos de sus hijas y de su nieta en el primer día del nuevo protocolo que rige para estos centros. | ALEX DOMÍNGUEZ

Después de 18 meses de pandemia, los abrazos han vuelto a las residencias de ancianos de la provincia. Con la mejoría de la situación epidemiológica y el avance de la vacunación, la Conselleria de Igualdad ha eliminado la obligación de guardar la distancia física en las visitas que los familiares hacen a los ancianos, con la condición de que ambos están vacunados y que el centro se encuentre en zonas de bajo riesgo por coronavirus.

«Entiendo las restricciones, pero se hacía muy duro venir y no poder abrazarla»

Elisa Peñalver - Nieta de una residente

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En las residencias, este viernes era un día de alegría, de besos, abrazos y lágrimas por empezar a recuperar lo que la pandemia les arrebató hace año y medio. «Entiendo las restricciones que se impusieron por el coronavirus, pero ya tenía muchas ganas de poder abrazar a mi abuela y tocarla. Se hacía muy duro venir a verla en horario restringido y tener que hablar con ella a distancia», explica Elisa Peñalver, que este viernes visitaba a su abuela Catalina, de 93 años, en la residencia Vistasol 5 de Alicante. Junto a su madre y a su tía cubrían de besos a la anciana y la abrazaban. Ella, que apenas puede hablar y moverse, les respondía apretándoles la mano y con una sonrisa que aunque la mascarilla tapaba era visible en los ojos. «Ellos lo han pasado muy mal, así que esperemos que este sea el inicio de un mayor alivio de las restricciones, lo que significará que la pandemia va bien», sostiene Peñalver.

El emotivo regreso de los abrazos a las residencias de Alicante

El emotivo regreso de los abrazos a las residencias de Alicante Alex Domínguez

En esta misma residencia visitaba este viernes a su madre Juan Alcaide, también encantado con las nuevas medidas. «Antes de la pandemia podías venir cuando querías y ahora es muy duro ver a tus familiares en estas condiciones. Mi madre tiene 92 años y en este año y medio se ha deteriorado mucho a nivel cognitivo. No entendía que no podíamos venir a verla o que no pudiéramos abrazarla».

«En este año y medio mi madre ha sufrido un gran deterioro cognitivo»

Juan Alcaide - Hijo de una residente

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Para el director de Vistasol 5, José Llorca, este nuevo protocolo pone fin a situaciones contradictorias que se estaban dando. «Los ancianos podían salir del centro e incluso dormir fuera y allí abrazar a quien quisieran, pero dentro de la residencia no estaba permitido. Algo incoherente». Confía también en que este sea el primer paso de la vuelta a la normalidad, «porque los mayores lo han pasado muy mal».

La resolución entró en vigor este viernes e introduce una nueva categorización de los centros, de forma que se considerará un centro residencial con alta cobertura cuando más del 80 % de los residentes y trabajadores hayan recibido la pauta de vacunación completa, mientras que por debajo de ese porcentaje será un centro con baja cobertura de vacunación. Por lo que respecta a las visitas, la conselleria elimina la necesidad de mantener la distancia de seguridad cuando el centro esté en un municipio en situación de nueva normalidad o nivel de alerta 1. Se mantiene la necesidad del uso de mascarillas y los residentes y visitantes deberán estar vacunados. Las visitas se tendrán que hacer en un espacio abierto donde esté garantizada la ventilación o en cerrados de uso individual. Los centros en nivel de alerta 3 con una vacunación alta o completa podrán mantener las visitas de manera escalonada a lo largo del día de un familiar, o de hasta tres personas convivientes. Los centros con vacunación incompleta permitirán la visita de una única persona.

«Era absurdo que los ancianos pudieran dormir fuera y no pudieran tocar a sus familias»

Pepe Llorca - Director de Vistasol 5

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La patronal de las residencias, Aerte aplaude las nuevas medidas, pero lamenta que se siga obligando a los centros a dejar un 5% de plazas libres por si hay que hacer aislamientos. Una medida «que supone dejar 1.500 plazas sin ocupar y que hace mucho daño a las residencias pequeñas», explica José María Toro, presidente de Aerte.

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