¿De dónde le viene la afición por las plantas?
En realidad no iba a estudiar Jardinería y Floristería. Quería ser buzo, pero no había plazas. También quise entrar en la Escuela de Arte y Diseño, la EASDA porque tenía un curso de diseño gráfico, pero tampoco me cogieron. Incluso me apunté a Impresión, en Elche. La de Floristería era mi quinta opción y directamente me admitieron.
Pues menudo cambio, hasta el punto de lograr la plata.
Sí, me parece muy impactante. La vida me ha dado una vuelta increíble y estoy encantada. En un futuro quisiera tener mi propia floristería.
¿Entonces le gustan las plantas?
Me encantan. Vivo en el campo y me interesaba aprender más sobre ellas. En el ciclo hemos aprendido sobre insectos, maquinaria de jardinería, paisajismo. El instituto entero está en jardines y se hace de todo en prácticas, poda, un estanque. Ahora quiero apuntarme en una Escuela Floral en València para seguir formándome.
¿Qué cree que han valorado los jueces en usted?
Eran cuatro pruebas y valoraban la habilidad. Pedían combinaciones, una de flores con plantas secas, un centro de plantas vivas, un ramito. Para mí es un arte, como pintar un cuadro, es una forma de expresar sentimientos y me encanta.