La Autoridad Portuaria de Alicante ha anulado la ampliación y cambio de concesión solicitado por la mercantil Puerto del Mar y Ocio, que pretende transformar la zona Volvo en una macroárea lúdica a escasos metro del casco urbano de la ciudad con la construcción, además, de un puerto deportivo en el que amarrar yates de hasta 50 metros de eslora, en concreto 16 amarres, a los que se sumarán otros 20 amarres para barcos de treinta metros, 22 de ocho metros y 18 para menos de ocho metros. El caso es que el motivo de la marcha atrás del Puerto no es prohibir la zona lúdica en sí, sino el proyecto para construir la marina para los megayates, que no constaba en la solicitud de concesión inicial que fue aprobada por el consejo de administración del Puerto el 28 de febrero de 2020, por un periodo de explotación de diez años y una inversión de 10 millones de euros en los muelles 10, 12 y 14. Infraestructura rebautizada popularmente como Zona Volvo, desde donde parte la Vuelta al Mundo a Vela, y que desde hace un año acoge conciertos al aire libre.
El motivo de la marcha atrás es que la empresa adjudicataria solicitó a mediados de este año una ampliación de la concesión a 15 años incluyendo los pantalanes para los megayates, algo que contraviene la normativa portuaria relativa a las concesiones pues para poder estudiarlo es necesario que el adjudicatario haya cumplido ya un tercio del tiempo de la concesión otorgada. Es decir, que hasta que no pasen tres años desde que arranca una concesión no se puede pedir una ampliación. El Puerto denegó la solicitud en el último consejo de administración, y ha instado a la mercantil a que mantenga el proyecto original o presente una nueva modificación de la concesión, pero sin sobrepasar los diez años.
La iniciativa no está exenta de polémica y ya en el periodo de alegaciones, el exedil de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, denunció que la modificación sustancial de la concesión mantiene usos lesivos para la calidad acústica de la ciudad, al plantearse la construcción de una discoteca, sala de fiestas y «lounge bar», con el agravante de que tanto la discoteca como el «lounge bar» ocuparían zonas exteriores, «sin ningún tipo de filtro acústico». El proyecto contempla que la discoteca ocupe una superficie de 2.724 m2, configurada como una sala de fiestas exterior, 1.033 m2 para dos salas de fiestas interiores y 409 m2 a un «lounge bar» exterior con piscina. En total, una macrozona de ocio nocturno de casi 4.200 m2, 3.113 de ellos al exterior, «y a apenas 800 metros de barrios como el Casco Antiguo y el centro tradicional que sufren desde hace décadas la contaminación acústica derivada de un insostenible modelo de ocio nocturno», denuncia Pavón, quien revela que en el expediente del proyecto no figura un informe del ruido que provocará la zona ubicada, además, junto a dos hoteles.
A imagen de Málaga
El proyecto del puerto de Alicante se asemeja al de Málaga, donde desde el pasado mayo se ejecutan las obras de una marina para yates de gran calado. Los trabajos durarán unos ocho meses con una inversión de en torno a 11 millones de euros. El sector de los megayates es relativamente nuevo. Se bota un buque al mes de estas características de los astilleros y que hay pocos puertos en el mundo que tengan instalaciones de esta naturaleza para atenderlos. Nueva York, Londres o Cerdeña son algunos ejemplos. Los barcos que usan el puerto como base generan mucho empleo y generan un buen impacto económico. En Málaga se ocupan 770 metros lineales, con un calado de nueve a 12 metros. Habrá 31 puntos de atraque para barcos de entre 28 y 180 metros de eslora, y la concesión contempla cuatro hectáreas de agua muy abrigada, además de 6.000 metros cuadrados de superficie terrestre.
