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Docentes cum laude

Cinco maestros y profesores de la provincia están entre los finalistas para alzarse con el premio al mejor profesor de España - El galardón reconoce la vocación de los seleccionados y la aplicación de métodos innovadores dentro del aula

María Dolores Legidos Torregrosa Antonio Amorós

Cinco docentes de la provincia están nominados entre los 58 finalistas de todo el país a alzarse con uno de los premios Educa Abanca 2021, un galardón con el que cada año se reconoce a los mejores docentes de España y para el que en esta edición se presentaron un total de 1.178 propuestas, procedentes de alumnos o de sus familias. Conocidos popularmente como los «Goya de la Educación», lejos de ostentosos vestidos, joyas, pajaritas y «photocalls», si hay algo que define a todos los que desfilan por esta particular alfombra roja es la pasión: por su trabajo; por sus alumnos; por aplicar nuevos métodos de aprendizaje en clase; por acercar el conocimiento a la sociedad en la que vivimos; pasión por situar al medio ambiente en el centro de todo; o por formar a personas críticas y comprometidas. En definitiva, por trasladar que otra escuela es posible y que, precisamente, es en la escuela donde debe estar el motor del cambio.

María Dolores Legidos, del colegio Fomento Aitana de Torrellano; Bernardo Jareño, del CEIP Alberto Sols de Sax; Joaquín Marzá, del CP de Hurchillo; Consuelo Maciá, del IES 8 de Marzo de Alicante; y Pilar Rico, de la escuela Ideal Academy de Altea, son los cinco docentes que se disputarán alguno de estos premios en cuatro de las seis modalidades a concurso: Educación Infantil, Educación Primaria, Formación Profesional y Educación no formal, que se ha incluido este año por primera vez.

Aunque no será hasta este lunes cuando la fundación dé a conocer el nombre de los ganadores, para todos ellos ya representa un premio estar entre los diez mejores de España en cada una de las categorías.

María Dolores Legidos Torregrosa, maestra del colegio fomento Aitana de Torrellano. Finalista en educación infantil: «En un aula que tiene magia, los niños son felices y aprenden mejor»

Después de muchos años dedicada al diseño de interiores, un día decidió dar un giro a su vida para seguir los pasos de su madre y cumplir su verdadera vocación: la docencia. Maestra de Infantil en el colegio Fomento Aitana de Torrellano desde hace cinco años, María Dolores Legidos afirma que su forma de enseñar se articula en torno a tres ejes: la creatividad, el juego y el cariño. «Si unes esos conceptos, los alumnos se motivan de tal manera que son capaces de aprender prácticamente solos». El pasado año, debido a las limitaciones por el covid-19, tuvo que trabajar con una clase internivel, en la que convivían niños de 4 y 5 años, con dos proyectos distintos para adaptarse a los niveles de todos ellos. El resultado de aquel trabajo se ve reflejado ahora en la nominación a estos premios, en la modalidad de Educación Infantil, cuya candidatura partió a iniciativa de las propias familias. «Desde que me enteré de que me habían propuesto, estoy flotando en una nube, pero lograr estar entre los diez finalistas de toda España es como haber ganado», asegura. Enseñar lectoescritura con un sistema de dados con imágenes y palabras; sumergirse en el mundo mágico de los cuentos; recibir a sus alumnos disfrazada en el aula; trabajar las matemáticas y la oratoria de manera divertida; y, sobre todo, ponerse a la altura de sus pequeños estudiantes, son algunas de las armas que aplica a diario en clase. También la sonrisa, ahora escondida tras las mascarillas, pero que ha aprendido a hacer con la mirada. «En una clase donde hay magia, los niños son felices y aprenden mejor. Y si ellos son felices, yo soy feliz».

Bernardo Jareño Manclús, maestro y director del CEIP Alberto Sols de Sax. Finalista en educación primaria: «Hay que desterrar la educación ‘bulímica’ y escuchar más al alumno»

«Llevamos ya un tiempo haciendo el cambio de una educación ‘bulímica’, donde el alumno llega al examen y vomita todo lo que se ha aprendido de memoria para olvidarlo al día siguiente, por una escuela motivadora, que escuche más al alumno y donde niños y familias participen estén en el centro de todo». No es la primera vez que Bernardo Jareño figura en la lista de nominados entre los mejores maestros de Primaria de España. Lo estuvo también en 2018, 2019 y 2020 y, además, se alzó con el premio Acción Magistral en 2018 y el Lápiz Escuela Pública en 2019. Todo ello, como reconocimiento a la línea de trabajo implantada desde hace cuatro cursos en el colegio público Alberto Sols de Sax, que no es otra que la de la gamificación; esto es, aplicar el mundo de los juegos y los videojuegos al contexto educativo para obtener mejores resultados académicos. «Trabajamos cada año un proyecto distinto, que eligen los alumnos a través de una encuesta, pero que ellos no conocen hasta que llegan el primer día a clase. Empezamos por los superhéroes, después fue Harry Potter, luego Disney y este año son los dinosaurios», explica el maestro y director del centro. A partir de esta temática, los docentes se ocupan de decorar todo el colegio y, así, «crear un mundo mágico, una película, donde los niños son los protagonistas». Y, a través del argumento, los alumnos de cada nivel han de ir resolviendo retos, pruebas, consiguiendo amuletos,... por medio de los contenidos que han aprendido. Desde que aplican este método, el centro ha conseguido mejorar enormemente los resultados y reducir el absentismo.

Bernardo Jareño Manclús Antonio Amorós

Joaquín Marzá Mercé, maestro y director del colegio público de Hurchillo. Finalista en educación primaria: «La escuela ha de estar unida al medio ambiente y ser el motor del cambio»

Dirige un colegio con 200 alumnos en una pedanía de la huerta de Orihuela de unos 2.000 habitantes. «Una parte importante de los niños vienen de fuera de Hurchillo a estudiar en nuestra escuela, ese es el premio diario», explica Joaquín Marzá. El centro que dirige lleva tres décadas estando a la vanguardia del cambio educativo, convencidos de que otra escuela es posible y de que ésta «ha de ir irremediablemente unida al medio ambiente. La educación ambiental tiene que ser un estilo de vida y todos nuestros alumnos, responsables de cuidar el planeta», explica Joaquín Marzá, nominado por segunda vez al premio, aunque la primera que es finalista. Para dar cuenta de las pequeñas revoluciones iniciadas en este centro, basta con atender a algunos datos. Es Escuela Asociada a la Unesco desde 1992 y Escuela Europea desde 2005. Fue uno de los primeros colegios públicos en crear un huerto que cultivan sus alumnos, sobre quienes gira todo el proyecto del colegio. Todos los miércoles del año, los niños hacen a primera hora zumo de naranja en clase; en el comedor, se come con platos en la mesa y no en bandeja; han editado un centenar de libros; desarrollan un proyecto de danza para trabajar la inclusión y ayudar a los niños a perder el miedo escénico; todas las semanas se imparte educación vial; y se juega cada día al ajedrez. «Nuestro objetivo no es solo enseñar a alumnos, sino formar personas críticas a través de una escuela menos encorsetada y más cercana a la naturaleza», mantiene el maestro, que añade: «La calidad educativa se consigue pagando o luchando; nosotros elegimos la lucha».

Joaquín Marzá Mercé Antonio Amorós

Consuelo Maciá Castillo, profesora y jefa de estudios del IES 8 de marzo de Alicante. Finalista en formación profesional: «Meditar 3 o 4 minutos al inicio de cada clase potencia la concentración»

El viaje que ha llevado a Consuelo Maciá a estar entre los diez finalistas al mejor profesor de Formación Profesional de España se inició hace más de una década, cuando comenzó a investigar en el campo de la neurodidáctica para mejorar su labor académica y el rendimiento de sus alumnos. Profesora de Secundaria, Bachillerato y Ciclos Formativos en el IES 8 de Marzo de Alicante, en el que también ejerce como jefa de estudios, es una firme defensora de lo que denomina «escuela del ser» y considera que la inteligencia emocional es el mejor camino para fomentar el aprendizaje a través de relatos de ecología emocional, autoconocimiento, reflexión crítica, o la manipulación creativa de materiales para sellar la memoria a largo plazo.

Consuelo Maciá Castillo Antonio Amorós

A su juicio, es urgente un cambio en el sistema de evaluación, de modo que no se centre todo únicamente en un examen, sino que vaya mucho más allá, y tenga en cuenta el progreso individual de cada alumno, sus habilidades y la evolución en el tiempo. Otra de las grandes novedades que ha introducido este curso en sus clases es el «mindfulness», una técnica de meditación que busca potenciar la atención plena, antes de comenzar a impartir sus materias. «Meditar tres o cuatro minutos al inicio de cada clase hace que activemos nuestros sentidos y potencia muchísimo la concentración de los alumnos para recibir contenidos y asimilarlos mejor», explica. Considera que ser finalista, tras la nominación por parte de sus alumnos, es «una recompensa que viene a dignificar la labor docente» que lleva tiempo desarrollando. «Un regalo increíble».

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