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Mascarilla, gel, test y uvas: un fin de año diferente en Alicante

La escalada de positivos cambia los planes de muchas familias, que optan por celebrar la Nochevieja en casa. Antes de la cena, control de antígenos a los invitados para comprobar que son negativo

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Celebración de la Nochevieja en Alicante

Ni fiestas multitudinarias, ni grandes cenas en restaurantes ni macrobotellones. El covid obligó por segundo año a afrontar de otra forma la tradicional Nochevieja y dar la bienvenida al nuevo año 2022. 

La situación sanitaria hizo que muchas reservas en restaurantes se cancelaran por la subida de casos que está provocando la sexta ola de covid y la variante ómicron o quienes a última hora dieron positivo y tuvieron que confinarse en casa o aislado en el dormitorio.

Con este escenario, las cenas se llevaron a cabo en las casas y las uvas frente al televisor. El modus operandi de muchas familias pasó por adquirir tests de antígenos en las farmacias para comprobar el negativo de quienes se sentaban a la mesa. Un artículo casi más codiciado que las doce uvas de la suerte y difícil de conseguir. 

Una vez realizado el test, ventanas abiertas, abrigos puestos y, gracias a las benévolas temperaturas de la provincia de Alicante, ganas de disfrutar de la cena aunque con menos integrantes en la mesa. Unas reuniones con un carácter más familiar, recordando otras nocheviejas donde no existía la mascarilla pero sí antifaz, matasuegras, gorritos y serpentinas. Mezclado con una multitud de gente, barra libre, música y volver a casa al amanecer, tras tomar los churros con chocolate en la cafetería más cercana a casa. 

Este año, cenas familiares o de reducidos grupos de amigos donde las pinzas de servir hicieron acto de presencia para repartir los canapés, embutidos, ibéricos y salazones, evitando así meter la mano en la fuente común. Sin olvidar el gel hidroalcohólico que acompañó a la viandas como cabrito, lechazo, lubina o besugo. 

Tras los turrones de Xixona, la uva del Vinalopó. Televisión en marcha, risas, confusión entre los cuartos y las campanadas, tomar las doce de tirón sin atragantamientos para felicitar el 2022 con abrazos y besos más contenidos que en otras ocasiones. Y un brindis en el que primó la salud. 

Aún así, la fiesta no se dejó escapar. Youtube, altavoces, minicadenas y karaokes pusieron fin a una velada distinta, familiar y más reducida, cruzando los dedos para que esta celebración no genere muchos positivos dentro de diez días. Con la esperanza puesta en que la Nochevieja de 2022 se pueda retomar la antigua normalidad.

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