Una Navidad sin un roscón de Reyes no sería Navidad. Porque este tradicional dulce sigue siendo imprescindible en las mesas cuando ya se han abierto los regalos de sus majestades. Sin relleno, de nata, de trufa, de crema... sabores tradicionales a los que cada año les salen competidores: de crema de avellana, de oreo, de chocolate blanco... Aunque el tradicional, el que se moja en chocolate, sigue siendo el rey. Una tradición que este año ha aumentado la demanda después de que la pandemia redujera hace solo un año un 35% las ventas. El objetivo del sector es recuperar los alrededor de 1,5 millones de roscones que se vendieron en la provincia en 2019
Así lo corroboran las panaderías y pastelerías de la provincia que estos días trabajan a pleno rendimiento para atender la demanda. En el histórico Horno Rafelet de Alicante elaboran estos días 1.200 piezas dulces, una cifra similar a la del pasado año. En la «Boutique de Pan» de Alicante «hasta hoy (por ayer) teníamos pocos encargos pero se han disparado», indicó la responsable, Juani de Gea.
A todos les preocupa este año el aumento del coste que tiene ahora fabricar estos productos. «Han aumentado los precios de las materias primas y del cartón», apuntó De Gea. Desde la panadería la «Espiga de Oro» de Benidorm indican lo mismo: «En dos años no hemos tocado los precios pero este año, con todo el aumento de costes, el grande se vende a dos euros más». Porque se suma que la harina «ha subido tres veces, la última en diciembre». Y algunos incrementos son del 30%. Pero además hubo un momento que se temió por las existencias, sobre todo, de cartón para los embalajes o las coronas.
En esta panadería los sabores tradicionales se suman los de crema de avellana, de cacao o chocolate blanco, sobre todo para los más golosos. Porque también triunfa más el que no tiene relleno; como en «El Pan de Tina», otra panadería de Alicante, donde también están notando el incremento de las ventas: «ya hemos vendido algunos y tenemos pedidos para el miércoles».
En los hornos de la «Repostería Lozano», por ejemplo, el mayor productor de Elche, estos días se trabaja a toda máquina para confeccionar 15.000 roscones, lo que supone 3.000 más que los que se elaboraron hace doce meses. La alegría que provoca este aumento de la demanda contrasta con algunos de los problemas con los que tienen que lidiar todos los sectores productivos, como el encarecimiento de las materias primas y la factura eléctrica. En la «Repostería Lozano» no han querido que esto tenga repercusión en el precio final del producto. Así lo explica su gerente, José Luis Lozano: «Pese a que las materias primas están disparadas, este año hemos optado por mantener el precio. Es nuestra forma de ayudar a la gente».
Desde otro de los principales productores de Elche, la «Confitería Castell», Fran Castell asegura que el dulce navideño «se está elaborando con la misma ilusión que siempre». «Ya nos hemos puesto en modo roscón. Hay incertidumbre porque el ánimo de consumir de la población ha bajado un poco. Pero mantenemos nuestra producción, con fermentaciones largas. Somos optimistas, como sociedad ya nos hemos acostumbrado a convivir con esta situación y cualquier excusa es buena para celebrar», señala el conocido pastelero.
En la «Repostería Lozano», por su parte, se elaboran unidades de cuatro tamaños diferentes, con unos precios que van desde los 5 hasta los 20 euros. Junto a los rellenos tradicionales de nata, crema, trufa y cabello de ángel, y el ya consolidado de galletas oreo, este año se incorpora un nuevo sabor: crema tostada con nata. En cuanto a nuevo productos en los que se está trabajando para los próximos años, destacan los roscones sin azúcar. También se están cumpliendo los trámites para lograr el certificado halal.
En el caso de Elche, la celebración del roscón ha ido ganando un componente erótico los últimos años y las unidades que esconden en su interior sorpresas de contenido sexual cuentan cada vez con más adeptos. Prueba de ello es que el año pasado se agotaron los roscones eróticos pese al descenso general de la demanda.
