Las restricciones a la hostelería y la limitación de las reuniones familiares a seis personas por el covid están teniendo un impacto negativo en la demanda del roscón de Reyes, cuya producción caerá por debajo del millón de unidades, a niveles de hace 12 años, en una provincia que ya superaba el millón y medio de dulces tradicionales navideños. Los roscones llegaban hasta Dubai, Inglaterra y Francia en manos de alicantinos residentes en estos países y de turistas en la provincia, algo residual este año por el cierre de fronteras y otras medidas de seguridad a causa del nuevo coronavirus. Sin embargo, siempre hay nuevos sabores para los paladares más sibaritas, como el roscón elaborado con galletas oreo y los de yema, merengue, nata con fresón, al vino de Pedro Ximénez, higo, kiwi, pistachos, praliné, glaseado, de galleta, tiramisú, trufa a la naranja y sin lactosa.

Proceso de relleno de los roscones en «Repostería Lozano» de Elche. | ANTONIO AMORÓS

El consumo de roscones bajará por tanto un 35% en la provincia a causa de la pandemia. «No es posible celebrar reuniones familiares ni de amigos en las casas con más de seis personas, lo que limita mucho la noche de Reyes. Se va a vender mucho menos de lo habitual», afirma Francisco Pérez, vicepresidente del Gremio de Panadería, colectivo que este año ha tenido que suspender su tradicional concurso al mejor roscón a causa de las medidas sanitarias para frenar el avance del covid-19.

Este dulce negocio que en un año normal movía 18 millones de euros se va a resentir y bastante. Este año no habrá ni exportación ni envíos a otras provincias, «cada una hará sus roscones porque es arriesgarse mucho. Desgraciadamente estamos pasando por una situación muy delicada y no nos queda más remedio que ser prudentes y cumplir con las restricciones». Uno de los principales productores del típico dulce navideño en Elche, «Repostería Lozano», ha disminuido este año su producción en una quinta parte, pasando de los 15.000 roscones que se cocinaron el pasado año en sus hornos a los 12.000 de este 2021. «Uno de nuestros principales clientes es la hostelería y, al tratarse de uno de los sectores que más está sufriendo la crisis, nuestra demanda también cae», explica el gerente José Luis Lozano.

El postre navideño se presenta en diversos tamaños y con novedosos rellenos. | RAFA ARJONES

La mayor parte de unidades del dulce que se han cocinado este año son de tamaños pequeño y medio, dado el menor aforo permitido en los encuentros sociales por las citadas limitaciones en las reuniones familiares. «Es un año triste y nos hemos quedado en 12.000 roscones al final gracias al tirón de última hora, porque pensábamos que no íbamos a pasar de las 10.000 unidades».

Dadas las circunstancias especiales que se derivan de la crisis sanitaria, en este horno de la provincia han considerado que este año no se prestaba a la incorporación de grandes novedades en cuanto a los sabores, aunque sí que ofrecen algunas variedades nuevas. Así que, junto al roscón clásico y los que incluyen rellenos de nata, trufa, crema, cabello de ángel o el ya consolidado de galletas oreo, este año los ilicitanos también podrán degustar los de yema, merengue o mezcla de nata y crema.

El roscón no se libra de la pandemia y decae su producción. | ANTONIO AMORÓS

Otra variedad que no faltará en las casas de Elche es el roscón erótico, que cambia las sorpresas de siempre (reyes, habas, anillos, pulseras o figuritas) por otras más picantes, como son los consoladores y demás juguetes eróticos. Esta repostería ha escondido dentro de sus dulces navideños hasta 1.200 euros en billetes canjeables para que la noche de Reyes siga siendo mágica pese a las difíciles circunstancias que la envuelven este año.

Una receta ancestralHuevos, aceite, limón rallado, levadura, leche, azúcar y esencia de azahar | RAFA ARJONES

Algo similar busca «La Boutique del Pan», horno tradicional en el barrio de San Blas de Alicante, con la introducción en sus roscones de sorpresas en forma de sabrosos premios canjeables en próximos meses como monas y toñas de Semana Santa; y coca amb tonyina de Hogueras. «Este año la demanda es incalculable porque no sabemos cómo va a responder el público aunque esperamos que positivamente ya que la gente apenas ha podido salir ni irse de vacaciones», dijo Juani de Gea, responsable del horno, que en Reyes del pasado año vendió 1.500 unidades. La panadería no deja de recibir encargos: hoy reforzará su personal en el horno desde las siete de la mañana y no cerrará a mediodía dado que hay que respetar las medidas de aforo limitadas a tres personas.

«La Boutique del Pan», ganadora del primer concurso de roscón del Gremio en 2001, está abonada al tradicional, sin relleno, o con nata, crema y trufa. «Es mucho trabajo pero se trata de un día especial», explica el personal del horno.

Este año incorporan a la oferta de roscones, con precios entre 10 y 30 euros en función del tamaño, paquetes de chocolate ya preparado para atender la demanda.

Las tiendas de El Corte Inglés en la provincia ya han agotado el roscón del chef Dabiz Muñoz hecho con limones verdes, chiles y jengibre escarchados, migas de galletas con mantequilla tostada con relleno de chantillí de guayaba y frambuesas del bosque. La línea de roscones tradicionales o con nata viene también con fruta escarchada o almendra laminada, y los hay sin relleno, de nata, trufa, crema, cabello de ángel, al vino de Pedro Ximénez, nata con fresón y mazapán, eliminando de sus ingredientes el aceite de palma.

Una receta ancestral

En los hornos tradicionales de la provincia se elaboran los roscones de Reyes en base a recetas ancestrales en las que los ingredientes básicos son los huevos, el aceite, el limón rallado, la levadura fresca, la leche, el azúcar y la esencia de azahar. En «La Boutique del Pan» le añaden después «el calabazate, el melón, las cerezas en almíbar y otras frutas confitadas», tal y como explica Antonio Criado, que lleva casi 30 años horneando roscones de Reyes y que destaca que aguantan días porque llevan mucha leche.