¿Alguno de ustedes ha visto un incunable, categoría de libros a la que sólo pertenecen aquellos que fueron impresos desde la invención de la imprenta por Gutenberg, hacia mediados del siglo XV, hasta finalizado ese siglo? Seguramente, son pocos los que han contemplado de cerca uno, y muchos menos aún, salvo que sean especialistas, los que han podido tocarlos. Pues en Alicante está el único lugar conocido en el que no sólo pueden palparse, sino que deben acariciarse, porque los libros necesitan de la ternura para dar y recibir paz. Ese es el propósito de la Biblioteca de los Libros Felices, el sueño hecho realidad del catedrático de la UA Manuel Desantes. Una biblioteca que, con base en la colección privada que el profesor ha reunido a lo largo de su vida, está compuesta hoy por 4.200 volúmenes organizados por siglos, materias y autores, entre los que destacan 16 incunables, 45 posincunables (libros impresos entre 1501 y 1540), 350 ejemplares del siglo XVI, 500 del XVII y 1.500 del XVIII. Destaca una de las compilaciones más importantes de las obras de Cicerón (150 ejemplares), cinco cantos de la primera edición florentina de la Divina Comedia de Dante, una de las primeras ediciones de las obras completas de Lutero, la primera edición de la Historia de España de Juan de Mairena o uno de los primeros ejemplares impresos en Alicante de la Enciclopedia de Diderot y D’Alambert.

 La Biblioteca, que sustenta el Colegio Notarial, reúne por ahora 4.200 obras, no cobra entrada y tiene programas escolares

«Los libros antiguos son seres vivos que atesoran nuestra memoria histórica y reclaman cariño para ser felices», sostiene el profesor Desantes, alma mater de este proyecto, que han podido disfrutar ya más de dos mil personas provenientes de los cinco continentes. La Biblioteca se encuentra alojada en la sede de Alicante del Colegio de Notarios (calle Villegas), que se ha hecho cargo de su mantenimiento, ya que no recibe directamente fondos públicos ni tampoco cobra ningún tipo de entrada a quienes la visitan. Hay un programa de visitas escolares y un sinfín de actividades paralelas culturales y académicas que hacen de esta iniciativa un hito singular y único, merecedor de todo apoyo.