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Los fantasmas del Castillo de Santa Bárbara cobran vida

Un rey musulmán, un guerrero castellano, un artillero y un militar francés regresan del pasado para dar a conocer la historia de la fortaleza

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Primera visita teatralizada en el Castillo de Santa Bárbara

Visita teatralizada. Ayer fue el primer domingo de las nuevas visitas teatralizadas al castillo, en las que el actor Vicente de Ramón interpreta los personajes de un rey musulmán, un guerrero castellano, un artillero y un militar francés para amenizar la historia del fortín y la ciudad, en la que un guía explica los datos y hechos históricos que sucedieron en lo alto del Benacantil.

La soleada mañana de ayer recibió en la plaza de Armas a la primera veintena de visitantes de las nuevas visitas teatralizadas del Castillo de Santa Bárbara. Una visita al aljibe, iluminado con motivos fluviales, dio comienzo al trayecto. El guía explicó que el aljibe, de época renacentista, era clave en el abastecimiento del castillo. Alicante, que no tiene ríos ni lagos cercanos, dependía de las aguas fluviales para poder hacerse con agua potable.

El guía explica en la sala Felipe II la historia del castillo

Sin embargo, la primera sorpresa de la visita esperaba a la salida. Allí aguardaba la primera actuación de la mañana. El actor Vicente de Ramón, ataviado con túnica dorada y turbante morado, representó la historia del padre de Cántara, rey musulmán. La leyenda contaba la historia de los dos pretendientes de su hija, a quienes encargó una misión para tomar su mano. Uno debía viajar hasta la India y volver con piedras preciosas para mejorar la economía del reino; el otro, Alí, debía conectar el castillo con el río Verde de Castalla para hacer llegar el agua hasta Alicante. Alí y Cántara se enamoraron, y cuando apenas quedaba un tramo de acequia por construir, llegó el otro pretendiente desde la India con el objetivo que le había puesto el rey. Este cumplió su palabra y desoyó los deseos de su hija, que deseaba casarse con Alí. Cántara le dijo a su padre que aceptaba su decisión, pero esa misma noche apareció muerta, en el lugar del castillo que da al Raval Roig y que hoy en día se conoce como el Salto de la Reina.

El guía explica en la sala Felipe II la historia del castillo

Según el mito, tras este hecho el rey hizo llamar a la ciudad «Alicántara», y de ahí el nombre que tiene la ciudad hoy. Pero no es cierto.

La visita continúa volviendo a la plaza de las Armas y entrando en la sala Felipe II, el antiguo cuartel del castillo, donde el guía explica la historia del nombre real de la ciudad, que comenzó llamándose Akra Leuka por los cartagineses. Los romanos tomaron el lexema de Leuka y la renombraron como Lucentum, y más tarde los musulmanes, del mismo lexema, la hicieron llamar Al-Laqant, del que suceden nuestros actuales Alacant y Alicante.

El guerrero castellano se rinde y entrega Alicante a Aragón | HÉCTOR FUENTES ALBERTOLosa

A la salida de la sala Felipe II, el guía lleva a los visitantes hasta las ruinas de la antigua ermita de Santa Bárbara, donde espera un guerrero castellano, ataviado con un traje granate con ribetes dorados y una espada de un metro de longitud. Con una magnífica interpretación, nos cuenta la entrega de la ciudad y del castillo por parte de Castilla a Aragón, que no se dio sin derramamiento de sangre. Nicolás Peris, el alcalde castellano que gobernaba Alicante, había aceptado entregar la ciudad acorde a los tratados que se habían firmado. Sin embargo, rompió el pacto y quiso retar al rey de Aragón en duelo. Una vez fue Peris derrotado y Alicante entregada a Aragón, cuenta la historia que sus restos fueron descuartizados como respuesta al atrevimiento de haberse enfrentado al rey.

El personaje de «el Bombas»

La visita continúa con una pequeña subida hasta el Almacén de la Pólvora, apenas a unos metros de la ermita. Allí, aparece «el Bombas», el más divertido de los personajes de la visita. Curro Morgado, como realmente se llama el personaje, fue un soldado de artillería que, durante la Guerra de Sucesión, en el siglo XVIII, tuvo que hacer una guardia en la ermita junto a los barriles cargados de pólvora que se habían trasladado desde el almacén para protegerlos de las lluvias. Morgado tenía fama de despistado, y no se le ocurrió otra cosa que encender un cigarro mientras hacía la guardia, causando una explosión que destruyó la ermita y otros edificios del castillo.

El militar francés que voló el castillo | HÉCTOR FUENTES

La visita sigue subiendo la cuesta que lleva hasta la torre de Santa Catalina, donde se accede a la explanada en la que se encuentran los antiguos calabozos y la Contramina, excavada por los ingleses que controlaban el castillo durante la Guerra de Sucesión.

En este momento, aparece el último de los personajes, Claude François Vidal, un militar francés cuya misión fue recuperar el castillo y la ciudad para los Borbones durante la guerra. El asedio francés sobre el castillo está documentado, y este destruyó gran parte de los edificios que componían el patrimonio del castillo. Sin embargo, este militar quiso recuperar el castillo de manera más rápida, y construyó una mina para llenarla de explosivos.

El actor involucró en la obra a los más pequeños, y explicó cómo se forzó la rendición de los ingleses, a los que dieron 72 horas para rendirse o harían volar el castillo. Los ingleses no cedieron, y construyeron la contramina que se mantiene hoy en día, pero los explosivos hicieron volar gran parte del monte, y 150 soldados ingleses fallecieron. Los británicos, que defendían a Carlos de Austria, aguantaron 45 días más, hasta que finalmente Alicante pasó a ser gobernada por los Borbones.

La visita termina en el macho del castillo, donde el actor Vicente de Ramón explicó que los personajes y las historias son ficticios, pero que están basados en datos y documentación real de la historia de Alicante, de cronistas como Ramón Muntaner.

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