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Miguel Mínguez Conseller de Sanidad Universal y Salud Pública

«Tenemos un problema grave de salud mental con los niños y jóvenes adictos a las tecnologías»

«Hay demasiada crispación en la política, los representantes de los ciudadanos deberían tener otro talante, ese nunca será mi discurso»

El conseller Miguel Mínguez posa en su despacho antes de la entrevista, en el único momento en que se retira la mascarilla. | GERMÁN CABALLERO

Si alguien no necesita hacerse un hueco en la primera línea política valenciana es el conseller de Sanidad. Miguel Mínguez llega al Consell con un bagaje muy reconocido y un prestigio en su ámbito de especialización, el digestivo, que le convierte en una autoridad.

El conseller de Sanidad, Miguel Mínguez, durante la entrevista. germán caballero

Afable y de conversación pausada y reflexiva, pone en valor continuamente su capacidad de diálogo. Jefe de servicio en el Clínico de València e investigador del Incliva, es médico y profesor. Solo se quita la mascarilla para las fotografías. «Hay que dar ejemplo». La entrevista se realiza en el despacho de la séptima planta de la sede de Sanidad en la calle Micer Mascó. El aire acondicionado está a 27 grados. Viste corbata.

¿Ya se ha arrepentido de asumir una conselleria tan mastodóntica, la mayor con 8.000 millones de presupuesto?

Lo he pensado, pero no me he arrepentido. Todo lo contrario. Desde el momento en que acepté el reto sabía de la repercusión que tenía esta conselleria, con 60.000 sanitarios y un trabajo para cinco millones de valencianos.

¿Cómo se le planteó la posibilidad de ser conseller?

Fue un momento imprevisto para mí. Con la dimisión de Manolo Mata y la salida de Ana Barceló pensaron en una persona que uniera tres capacidades: actividad clínica de años, docencia e investigación. Me llegó una visita que me preguntó sobre mi futuro. Le dije que seguiría en el Clínico, como docente y vicedecano en la universidad y que tenía unas líneas de investigación con bastante futuro. Me dijo que venía a ofrecerme ser conseller y de entrada respondí que no, que era un reto extraordinario y que deberían elegir a alguien con experiencia en macrogestión y en la vida política y que yo no cumplía el requisito.

¿Cómo le convencieron?

A las pocas horas me llamaron de Presidencia. Tuve una entrevista, larga y humana. Planteé las medidas que yo veía para mejorar la Sanidad, sobre los recursos y no me pidieron que tomara una decisión, sino que la meditara. Lo consulté con mi pareja y le dije al presidente Puig que aceptaba. Entendí que puedo aportar aspectos trascendentes de mi vida profesional, como el humanismo, la experiencia o consensuar decisiones. Y pensé que no era un mal fin de mi vida profesional.

¿Pura vocación de servicio?

Absoluta. He trabajado siempre en la sanidad pública y estoy totalmente convencido de que la ciudadanía solo puede tener equidad si hay salud pública.

¿Qué percepción tiene de la política desde que es conseller?

De sorpresa. Argumentos razonables se plantean con mucha crispación. No tiene sentido que las discrepancias en lugar de ser razonadas sean crispadas y eso para mí fue una sorpresa. Los representantes de los ciudadanos deberían tener otro talante. En las sociedades científicas también discutimos, pero no crispados. Ese nunca será mi discurso, el mío será el argumento razonable, distendido y de escucha.

Lo primero que le dijeron en las Cortes es que en la Comunidad Valenciana hay un infierno asistencial ¿Qué pensó?

No es razonable esa calificación. Necesitamos que la oposición, y yo también, aportemos ideas, estrategias, pero sobre todo veracidad. Hay que decirle al ciudadano lo que funciona mal. Y hay que aceptar que la oposición piense que lo haría mejor, pero no hace falta crispar, levantar el tono de voz. Creo que el parlamento tiene que ser formativo y educativo para la ciudadanía.

¿El covid está superado?

Sería arriesgado decir que la pandemia está superada. Estamos en una fase de estabilización pero puede haber variantes que la desestabilicen. No hay ninguna sociedad científica que se aventure a pronosticar el fin.

La sensación en la calle es que ya está superada.

Sí. Más del 90% de adultos está vacunado y la enfermedad pasa a ser leve, salvo en pacientes vulnerables. Los menores de 60 años e incluso de 70 pasan la enfermedad con dos días de molestias y se ha normalizado, menos en el mundo sociosanitario que vive una situación diferente.

¿Nos puede amenazar un nuevo un rebrote?

Estamos estabilizados a la baja. Puede haber otra variante, la Centauro no ha llegado a España pero en un mundo globalizado puede hacerlo. Debemos mantener las medidas: manos, mascarillas en interiores y vacuna. En tres semanas se han vacunado 18.000 valencianos, es una respuesta extraordinaria. La cuarta dosis se busca que coincida con la de la gripe, en octubre.

Crecen los casos de viruela del mono. ¿Hay algún plan de vacunación?

Hay dos actitudes trascendentes, la primera disminuir la posibilidad de contagio con información. Se produce mayoritariamente por contacto y el riesgo es mayor en personas que tienen relaciones con muchas parejas y la información es clave para que los grupos de riesgo disminuyan. Vacunas tenemos pocas y se vacuna lo imprescindible. Si quisiéramos vacunar a toda la población de riesgo nos quedaríamos sin vacuna en un solo día. Vacunamos solo contactos directos con contagiados o inmunodeprimidos.

La otra gran pandemia que deja el covid es la de la salud mental. ¿Hay plan de choque?

La pandemia ha dejado secuelas en salud mental, especialmente en niños y jóvenes y es un reto del Gobierno. Tenemos un comisario, Rafael Tabares, muy implicado y un plan estratégico. Se van a crear tres centros de hospitalización de día, específicos para alteraciones de salud mental en niños y jóvenes, ya dotados de personal. Este año vamos a tener el centro de València, que es el de Picanya cedido por el ayuntamiento, y también en Castelló y Alicante. Nunca se había dado más valor en una autonomía a la salud mental.

¿En qué consiste el plan?

Es un plan novedoso y real con recursos humanos y de infraestructuras que llegará a nueve centros. Además habrá un plan transversal para actuar con las consellerias de Educación e Innovación para detectar en los colegios alteraciones de conducta y adicción.

¿Le preocupa más la salud mental en niños y adolescentes que en otras franjas de edad?

Es muy inquietante que en edades de 14 a 18 años veamos tan alto número de intentos de suicido como estamos viendo. Hay un aislamiento y adicción a las nuevas tecnologías y no observamos que la sociedad reaccione de manera lógica. En la pandemia no tuvieron intercomunicación. Hay que atajarlo. Si se cronifica tenemos un grave problema grave de salud. El teléfono móvil ha sido el sistema de aprendizaje en la pandemia y estamos viendo alteraciones de conducta y trastornos de adicción y hay que ir a por ello.

¿El otro gran problema de la sanidad valenciana es el de las listas de espera?

La pandemia hizo que el problema de las listas de espera se ampliara y en las principales oleadas de covid aumentaron mucho. Hubo planes de choque con contratación de servicios privados, pero en la fase actual nos estamos recuperando, de 140 días de media se ha bajado a 87, y en octubre el plan estratégico señala que disminuirá más.

El Consell ya ha recuperado las concesiones sanitarias de Alzira y Torrevieja. Quedan otras como Manises en 2023 y Dénia, en 2024. ¿Cuál es la posición del conseller sobre las privatización de la sanidad?

Mi postura es clara y va alienada con la del Consell. Debemos desprivatizar la sanidad, en este caso Dénia y Manises. Si queremos tener una sanidad pública y universal, tenemos que revertirla. Debemos mejorar en la gestión y para eso estamos. Debemos conseguir que la población entienda que las reversiones son eficientes.

¿Tras cuatro años de la reversión, la situación ha mejorado en el departamento de Alzira?

Ha mejorado ostensiblemente. Hay un mayor grado de satisfacción del personal, que está más estable, de los usuarios y las listas de espera han mejorado.

¿Cómo le ha recibido su sector? ¿Ayuda a la gestión sanitaria ser médico?

Ayuda muchísimo y ser conscientes de los límites de la sanidad y cómo gestionarla. Siempre me he llevado bien con compañeros, asociaciones de pacientes y sindicatos. La aceptación ha sido excelente y me han planteado sus reivindicaciones. He tomado nota y les he solicitado un seguimiento. Haremos varios encuentros a lo largo de la legislatura. Pequeñas mejoras son importantes porque grandes cambios no podremos hacer.

¿Confía en los fondos europeos para mejorar la sanidad?

Ya han hecho posible muchas infraestructuras de alta tecnología, 81 millones en tacs, aceleradores lineales, resonancias, angiógrafos... Es la mayor inversión que jamás se ha realizado en la Comunidad Valenciana.

¿Qué opina de la atención no presencial, se puede avanzar?

Ya ha habido un avance y hemos pasado la pandemia. Los pacientes prefieren la presencial pero en los crónicos, que solo necesitan una revisión analítica o una consulta con el médico de toda la vida, la telemática es rápida. La actitud de la conselleria es la de fomentar la atención presencial y dejar la telemática para los casos que comentaba.

«No hemos cubierto todas las plazas porque no hay médicos suficientes»

«Se ha disminuido la cifra de SIP por médico y la burocracia para poder dar más tiempo al paciente»

La atención primaria está muy estresada tras la pandemia. ¿Qué solución propone?

Se ha sufrido un estrés tremendo. El mundo sociosanitario ha vivido con la covid situaciones dramáticas y eso queda. Llevaron un trabajo extraordinario y muy poco visible, estresa y quema mucho. Hay un estrés en atención primaria que intentamos desbloquear con más recursos humanos. En mayo se decidió que los contratos que eran temporales tenían que ser estructurales y se sacaron 6.000 plazas y en primaria, 1.600.

¿Hay suficiente personal para atender las necesidades de la sanidad pública? 

La realidad la veremos en octubre. Se ha disminuido el número de SIP, de usuarios por cada médico. Si a ello le añadimos digitalización y desburocratización es probable que los tiempos que dedican los profesionales a los pacientes sean mayores. Digo que lo veremos en octubre porque será después de las vacaciones y las plantillas se estabilizarán y entonces sabremos si es suficiente o no. Lo veremos en la práctica clínica porque habrá un diálogo continuo.

¿Y para cubrir las vacaciones de verano? Compromís, socio de gobierno, ha denunciado públicamente que hay departamentos con plazas sin cubrir.

Es innegable que faltan médicos. Ocurre en todas las autonomías aunque hemos sacado 7.345 plazas. Tenemos un problema de falta de médicos a nivel nacional y estamos en guerra entre nosotros para quitarnos médicos. Era previsible en atención primaria porque el número de médicos que iba a jubilarse era mayor que los que estaban en formación. Eso ya se sabía desde hace años pero no se tomaron medidas. Y este año se ha tenido que reaccionar, incrementar las plazas MIR, las de universidades y tratar de fidelizar a los que acaban.

Falta personal, ¿también infraestructuras?

Tenemos un plan de infraestructuras que va fenomenal. Hay 330 millones en ejecución de obra y 400 millones en septiembre, es un hito histórico. Los recursos y la ejecución en infraestructuras se multiplica por 30 en relación con 2015. Esto no es una previsión, es una realidad.

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