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La electrificación de los muelles del Puerto de Alicante evitará la emisión de 6.000 toneladas de CO2

La Autoridad Portuaria licita el proyecto por dos millones y la medida comenzará por la terminal de contenedores/Seiscientos barcos operan todos los años en los muelles

Un barco portacontenedores saliendo del puerto de Alicante Jose Navarro

 Seis mi toneladas menos de CO2 al año al cielo de Alicante. La Autoridad Portuaria ha licitado por dos millones de euros el proyecto para electrificar todos los muelles de carga, una iniciativa que sigue las directrices de Bruselas para frenar la contaminación que provocan los barcos mercantes (emisión de CO2 a la atmósfera) durante el tiempo en que permanecen amarrados en las ciudades al no apagar los motores. De esta forma, los 600 barcos que recalan todos los años en el puerto podrán engancharse la red eléctrica y no tener que seguir quemando combustible en su operativa, lo que mejorará la calidad del aire.

La medida no afecta, de momento, a los cruceros, ya que en estas “ciudades marítimas” todo funciona con energía eléctrica y su consumo obligaría a construir otra subestación eléctrica más otras infraestructuras con un coste superior a los cien millones de euros. En España, solo el puerto de Barcelona dispone de esta dotación. Los barcos portacontenedores son responsables del 30% del dióxido de carbono emitido al aire, lo que representa el 3,7% del total de las emisiones en la atmósfera.

Según fuentes del Puerto, analizando los datos de un estudio de 2016, del proyecto «OPS Master Plan for Spanish Ports» en el que se incluyó un Plan Director para el suministro de energía eléctrica a buques en atraque en los puertos españoles, y los datos de la electrificación en el puerto de Barcelona, en Alicante se evitará unas 6.000 toneladas de CO2 al año, aunque la cifra podría ser más elevada en función del tipo de barco.

Con el uso del transporte combinado de barco y tren de mercancías, ya se está evitando en Alicante la emisión de las miles de toneladas que se producirían si todas estas mercancías se transportaran por carretera. Solo con la sustitución de camiones que se realiza con nuestra línea de tren se evitan 1.200 toneladas de CO2 al año. La electrificación tiene un coste de 1,9 millones de euros. El Puerto llevaba trabajando en ello dos años.

El tema de los cruceros es diferente. En estos barcos todo funciona impulsad por energía eléctrica, al contrario que en un buque de carga. La cantidad de energía que necesitan para dar servicio a todos los sistemas es tan importante que la inversión para electrificar los muelles se multiplica exponencialmente, y no solo para el puerto, también para la ciudad de Alicante, ya se que tendría que acometer la construcción de otra subestación eléctrica para dar ese servicio puntual de un día, con la potencia necesaria. Solo el puerto de Barcelona está ahora electrificando los muelles para cruceros, y la inversión ha sido de 110 millones de euros. En Barcelona atracan más cruceros, pero al final la inversión es parecida, ya que lo que se necesita es la potencia necesaria para dar cobertura a varios buques al mismo tiempo.

Las directivas de la UE para la electrificación de los puertos indican que se deben acometer primero las de contenedores, luego terminales RO-RO y al final las de cruceros. El puerto de Alicante ya tiene en marcha, en este sentido, varias medidas para frenar la contaminación de los cruceros. Por un lado se bonifican los barcos que usan combustible GNL (el IONA que es de los más grandes que llegan al puerto, usa gas natural licuado) y por otro lado, se verifica que usen combustibles sin azufres ni contaminantes prohibidos. Además, se mantiene el control con las estaciones medioambientales del puerto, que lindan con la ciudad.

Imagen del movimiento de contenedores en el puerto Alex Domínguez

Los 90.000 buques cargueros oceánicos son los responsables de entre el 18% y el 30% de todas las emisiones mundiales de óxidos de nitrógeno (NOx) y del 9% de las de oxido de azufre (SOx). Al igual que otros modos de transporte que utilizan combustibles fósiles, los barcos emiten dióxido de carbono, lo que contribuye significativamente al cambio climático y a la acidificación del océano. Además de dióxido de carbono, los barcos también emiten una serie de contaminantes que agravan el problema.

Por otro lado, solo el Mediterráneo registra (2019) un tráfico de 30,7 millones de pasajeros a bordo de cruceros. Un estudio realizado por investigadores de las universidades de Exeter (Reino Unido) y de Girona revela que estos buques contaminan de forma muy notable el aire, el mar y el suelo. Un solo crucero emite tanto CO2 como miles de coches, pero la lista de impactos es mucho más larga.

Uno de los principales impactos es la emisión de dióxido de carbono, CO2, por parte de los potentes motores que impulsan estas embarcaciones. Los autores señalan que un gran crucero puede tener una huella de carbono superior a 12.000 automóviles.

En el mar Mediterráneo, se calcula que las emisiones de CO2 de los cruceros y transbordadores representan hasta el 10% de todas las emisiones de los buques existentes, pese a que su flota es relativamente pequeña.

El tráfico marítimo es uno de los grandes agentes de contaminación del planeta y lo hace tanto por mar como por tierra y por aire. La Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA) acaba de hacer público su informe de 2021 sobre el impacto medioambiental del tráfico de buques en Europa y los resultados son realmente desalentadores. Los vertidos al mar, las emisiones de gases a la atmósfera y la gran cantidad de basura que se lanza tanto al agua como a la tierra no dejan de crecer, al compás del aumento de las flotas.

Los grandes cargueros, petroleros, cruceros y otros buques que recorren los mares europeos lanzan al aire grandes cantidades de gases de efecto invernadero (el tráfico marítimo es el responsable del 13,5% de todas estas emisiones, siendo el primer responsable el tráfico rodado, con un 71%). CO2, metano, sulfuros, óxidos de nitrógeno, micropartículas de carbono… un amplio repertorio sale por las chimeneas de los buques, ayudando decisivamente al calentamiento global.

Terminal de contenedores

Por otro lado, Cemex está suministrando un hormigón especial para el pavimento industrial de la nueva dársena del muelle 11 del Puerto de Alicante, que requerirá de 18.000 m3 de hormigón. Las obras de remodelación de esta explanada precisan del suministro de un hormigón tecnológico, de altas prestaciones, especialmente concebido para aumentar la resistencia y durabilidad de un vial con un elevado volumen de tráfico de mercancías pesadas y el estacionamiento de contenedores. La empresa responsable de la obra ha contratado un hormigón técnico especial que garantiza su durabilidad y resistencia y que se extenderá en una losa de unos 40 centímetros de espesor.

El objetivo de esta nueva dársena es convertir el muelle 11 del Puerto de Alicante en un nuevo nodo logístico peninsular a través del cual se pueda canalizar el transporte de mercancías de la línea Alicante-Canarias, entre otros puertos nacionales, y que pueda además convertirse en un núcleo intermodal conectado con otros recintos portuarios comunitarios. En este sentido, se estima que se gestionará a partir de 2023 el transporte de 1.600 contenedores semanales entre los puertos de Canarias, Marsella, Malta y Turquía.

Pavimentación del muelle 11, que acogerá la segunda terminal de contenedores Información

“Cemex fabrica y suministra todo tipo de hormigones para cualquier obra de edificación o infraestructura con los mejores estándares tecnológicos y de sostenibilidad -explica Albert Gómez, director de Materiales de Cemex Oeste de Europa-. En esta obra la resistencia y durabilidad son claves por el uso que se le va a dar y nosotros como expertos en pavimentos para áreas logísticas, fabricamos una solución específica para satisfacer esa necesidad”.

Además de cubrir las necesidades técnicas demandadas por el cliente, la empresa ha dado un paso más en todas sus gamas de productos apostando por la sostenibilidad de estos. En este caso el hormigón está fabricado con producto local, totalmente reciclable, y con una huella de carbono reducida al ser un suministro de hormigón fabricado en Alicante.

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