Tres años del covid en Alicante: 3.956 fallecidos y 536.471 contagiados

Hace tres años estalló una de las peores pandemias del último siglo, por delante de la gripe porcina y el ébola. La covid-19 ha causado además una crisis global nunca antes vista. En la provincia de Alicante se han registrado 3.956 fallecidos por coronavirus desde el 13 de marzo de 2020, fecha en la que se notificó la primera defunción en el territorio alicantino, hasta el 5 de marzo de 2023. Un día después del primer fallecido notificado por covid en Alicante, el Gobierno decretó el Estado de Alarma y el confinamiento domiciliario obligatorio en todo el país para intentar hacer frente a la epidemia de un nuevo virus del que apenas se tenía conocimiento.

La crisis que ha provocado la pandemia por el coronavirus ha tambaleado el sistema sanitario español durante tres años, sin embargo, no ha dejado de ser un reflejo de cómo el covid ha puesto a prueba a todo el Estado de Bienestar español. En este sentido, España ya destinaba a la sanidad pública en 2020 el mismo porcentaje del PIB que una década atrás. Además, el sistema sanitario se enfrentó a una pandemia en un contexto donde arrastraba años de recortes, había menos personal de enfermería y plazas disponibles en hospitales.

A pesar de que el confinamiento más estricto finalizó el 21 de junio de 2020 en toda España, durante estos tres últimos años se han registrado en Alicante 536.471 casos por contagio confirmados por prueba PCR o a través de antígenos, de los que 189 han sido certificados recientemente por la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública hasta la última actualización el pasado viernes 10 de marzo. En la semana anterior a esa última revisión de los datos se produjeron 7 fallecimientos por coronavirus en toda la Comunidad Valenciana, lo que quiere decir que la enfermedad sigue presente aunque de una manera mucho más suave que durante los dos primeros años de pandemia.

Bajan las muertes por coronavirus en la provincia pero suben los nuevos contagios

La primera ola de covid, que comenzó en marzo de 2020 y duró aproximadamente tres meses, dejó en la provincia de Alicante 506 defunciones. Sin embargo, lo peor aquí llegó con la tercera ola, aproximadamente entre noviembre de 2020 y febrero de 2021. En cuatro meses se registraron un total de 2.117 muertes. Este escenario fue el que llevó otra vez a la toma de medidas restrictivas por parte de las distintas administraciones, como las limitaciones en el comercio y la hostelería, el cierre del ocio, los toques de queda nocturnos y los cierres perimetrales. Hasta mayo de 2021, cabe recordar, no fue posible salir de la Comunidad Valenciana.

No obstante, algo de esperanza se empezó a sentir durante esa misma tercera ola, dado que comenzó la campaña de vacunación contra el coronavirus. Los sanitarios y las personas mayores recibieron las primeras dosis. En la provincia de Alicante, Salvador Brotons, un hombre de 65 años residente en un centro de mayores de San Vicente del Raspeig, fue el primer vacunado, el 27 de diciembre de 2020.

Oleadas posteriores

La vacuna fue el inicio de la esperanza, pero no impidió que siguieran produciéndose nuevas oleadas de contagios, que afectaron más en un primer momento a las personas que no habían recibido todavía la pauta completa de inmunización. La cuarta ola llegó a mediados de abril de 2021, cuando en la provincia de Alicante solo 172.903 personas tenían puestas las dos dosis. Y poco después, en junio, la quinta ola, a la que se denominó la "ola joven" porque la incidencia se situó principalmente en el grupo de 20 a 29 años, que en su inmensa mayoría aún estaban sin vacunar.

Aún habría una sexta ola, pocas semanas después de que, en octubre de 2021, Sudáfrica hubiera anunciado la detección de una nueva variante del virus llamada ómicron, que era "mucho más contagiosa y transmisible", aunque en principio "menos letal". Esta nueva mutación llegó a España en noviembre, aunque fue en diciembre cuando la situación empeoró. La provincia de Alicante registró en esta sexta ola 280 muertes, superando las dos anteriores en cuestión de dos meses. En este sentido, esta ola ha sido de las más letales para la provincia de Alicante, junto con la primera y la tercera, aunque a mucha distancia de ambas.

Por otro lado, los expertos y sanitarios señalaron en junio de 2022 que España se encontraba ante una séptima ola de covid debido al "avance de las subvariantes ‘sigilosas’ de Ómicron, BA.4 y BA.5. Ante esto, el doctor Juan Torres explicó que se trataba de un periodo "para pacientes y ancianos mayores de 80-85 años con patologías y muy frágiles". En la provincia se notificaron así cerca de 134 defunciones durante esta séptima ola.

Los datos del Ministerio de Sanidad sobre la evolución de la pandemia de coronavirus en España han indicado que la pandemia provocó un importantísimo aumento en la incidencia de personas mayores de 60 años, considerándose un "grupo vulnerable" ante esta enfermedad. De hecho, el coronavirus sucumbió a los geriátricos de la provincia, uno de cada cuatro fallecidos vivía en una residencia, exactamente el 27%, según la patronal de los centros de mayores.

Por ahora, el pasado 8 de febrero se convirtió en una fecha significativa, pues el Gobierno decretó el fin del uso de las mascarillas en el transporte público, siendo todavía obligatorio en centros sanitarios, farmacias y residencias geriátricas. Una decisión que el Ministerio justificó debido a la caída de contagios y hospitalizaciones por el covid-19, obteniendo además este febrero la cota más baja en el país desde que comenzó la pandemia.

Los hospitales alicantinos tienen a día de hoy a 48 personas ingresadas por covid, 2 de ellas en UCI. Asimismo, actualmente el total de vacunas puestas en la provincia, abarcando Pfizer, Moderna, Astrazeneca y Jannsen, es de 4.127.565. Asimismo, 1.608.508 personas residentes en la provincia de Alicante tienen ya la pauta completa, es decir, una inmensa mayoría de la población. En muchos casos, esto no evita que el contagio se siga produciendo, lo que recuerda que el covid sigue entre nosotros, pero sí de una manera muchísimo más leve, con muy pocos síntomas en la mayoría de ocasiones y una baja mortalidad, lo que ha permitido retomar casi por completo la vida que llevábamos hace ahora tres años.