La grave sequía amenaza la producción del melón de Carrizales

Las lluvias de las últimas semanas dan un respiro a los agricultores que ahora alertan de la posible presencia de hongos debido a la humedad

Lydia Ferrándiz

Lydia Ferrándiz

La ausencia de lluvias durante esta primavera ha disparado las alarmas en todos los sectores, pero especialmente entre los agricultores que, jornada tras jornada, han visto peligrar sus cosechas de frutas y verduras estivales. Este el caso de los productores del melón de Carrizales, uno de los frutos más esperados del Camp d’Elx, y cuya disponibilidad en tienda será este año más baja.

Este verano se espera que la cosecha sea de unos 400.000 kilos, un 30% menos que hace doce meses, cuando se recogieron un poco más de medio millón de kilos. Los agricultores de la Comunidad de Regantes de Carrizales achacan este descenso a la falta de lluvia que ha provocado una mala situación en los pantanos, a la baja calidad del agua que les llega y al sol, que quema el fruto e impide que se desarrolle por completo.

Con la llegada las últimas lluvias los agricultores han visto aliviada su situación respecto al riego pero ahora temen que debido a las altas temperaturas la humedad les juegue una mala pasada y salgan hongos en las plantaciones. «La lluvia nos ha venido muy bien para el campo, ahora lo que no sabemos es si cuando empiece el calor tendremos problemas con los hongos ya que la tierra aún esta húmeda y tardará en secar del todo», asegura Fernando Antón, agricultor y presidente de la Comunidad de Regantes de Carrizales .

«Se ha plantado menos y los gastos están siendo mayores», apunta Antón, quien señala que a pesar de las lluvias no van a salir ya nuevos frutos para cosechar. "Estamos haciendo menos kilos y tenemos más gastos por la electricidad y el gasoil que utilizamos en los motores que nos ayudan a elevar el agua de riego. Perder dinero no creo que se acabe perdiendo, pero el precio del melón sí que podría subir un poco para el consumidor".

Sin embargo esta posible subida no será muy elevada. "El año pasado teníamos un beneficio de unos 12 céntimos por kilo, este año puede que tengamos que subirlo a 13 o a 15 céntimos por kilo para intentar compensar los gastos que hemos tenido, aún así tenemos la suerte de que nuestro melón siempre se mantiene un precio competitivo y que nuestros clientes están muy contentos con el producto que vendemos, que es de gran calidad", señala Antón.

A pesar de estas circunstancias, Fernando Antón señala que aunque el calibre de los melones no sea tan grande como otros años si que esperan que la calidad sea mayor. "Si la salinidad del agua se mantiene hasta el mes de julio el melón estará más dulce aunque la producción será menor ya que dependemos mucho del clima que pueda hacer estos meses. Si viene el frio el fruto cuajará menos, si hace mucho calor y las temperaturas suben muchos días por encima de los 30 grados se paralizará", señala Antón.

Preocupados por el agua

Disponer de agua para garantizar la seguridad del riego es, sin duda, la mayor preocupación para los 14 agricultores que esta temporada se han inscrito para cultivar melón de Carrizales. "Cuando empiezas a plantar el melón en enero o en febrero no sabes el agua que vas a tener, esa incertidumbre hace que mucha gente no se arriesgue a plantar melón", asegura Fernando Antón.

A la sequía los agricultores de Carrizales le suman un complejo sistema de riego. "Nosotros regamos con un sistema de "sobrantes" de otras comunidades de riegos. El agua que sale del Segura llega primero a los regantes de Orihuela, después pasa a los de Almoradí, luego a los de Dolores y por último, lo que sobra - si sobra algo- es lo que nos llega a Carrizales para regar".

Esta situación hace que los regantes tengan que elevar el agua ya utilizada por estas comunidades de regantes con la ayuda de motores para volver a utilizarla una vez ya filtrada. "Esto tiene su miga", apunta Antón, "por pura gravedad no suele llegarnos agua, el otro día que llovió un poco si que nos vino algo pero todos los riegos que le echo al melón desde que lo planté lo he dicho con motores elevando agua, con su correspondiente gasto añadido en gasoil y electricidad".

Para combatir esta situación los regantes ya han planteado varias soluciones a la administración, que por diversas causas, no se han llegado a materializar. "Planteamos que hubiera un embalse al final de río Vinalopó que pudiera recoger aguas pluviales pero no hubo bastante dinero para hacerlo y finalmente el que había se dedicó a la limpieza del río", explica Antón.

Un melón de carrizales en el momento de la cosecha

Un melón de carrizales en el momento de la cosecha / ANTONIO AMOROS

"También pedimos hace muchos años poder construir una balsa en unos terrenos de propiedad de la Comunidad de Regantes y centralizar un riego a goteo combinado con riego a manta, pero fue en el año 2010 y finalmente la administración no pudo hacerse cargo debido a la crisis económica".

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Un año más, la mayor parte de la producción del melón de Carrizales se quedará sin salir de la provincia. Según los datos de la comunidad de regantes de Carrizales, un 90% se venderá entre Elche y Alicante. El producto también llegará a localidades costeras como Santa Pola, Guardamar, Torrevieja, Altea o Benidorm y también a las de interior como Alcoy o Xixona.

"El melón tiene mucho tirón local, en la provincia es muy apreciado, tenemos clientes en algunos puntos de España, pero nos los piden de forma muy específica. En Alicante es más común encontrarlo en mercados de proximidad pero también lo distribuimos al por mayor", asegura el presidente de los regantes de Carrizales.