Fiebre por las uñas en Alicante

El 90 % de los centros de estética en la ciudad ya hacen manicura semipermanente o de gel, las más demandadas por los clientes

En el núcleo urbano son muchos los locales han dejado atrás el comercio tradicional para ofrecer este servicio

Un establecimiento en el que realizan servicio de manicura en Alicante.

Un establecimiento en el que realizan servicio de manicura en Alicante. / ALEX DOMÍNGUEZ

Lydia Ferrándiz

Lydia Ferrándiz

En las calles de Alicante los locales dedicados a la manicura están proliferando a un ritmo vertiginoso. Una nueva moda que ha convertido a lo que antes eran establecimientos tradicionales, de venta de ropa o comestibles, en dinámicos salones de uñas, marcando una tendencia que crece y se propaga como una "fiebre" entre los vecinos de la ciudad. Zonas como las adyacentes a la plaza Séneca, la de la Muntanyeta o Alfonso el Sabio, como la calle Calderón de la Barca, ya están siendo testigos de esta transformación donde la demanda de servicios de manicura semipermanente está en constante crecimiento.

Hacerse la manicura ha dejado de ser un servicio reservado a los actos relevantes en el que los tonos sobrios eran los protagonistas. Ahora, hombres y mujeres convierten cada mes sus uñas en un lienzo en el que expresan sus emociones, sus deseos o que utilizan para acompañar fechas significativas, como San Valentín, Navidad o Halloween o como una forma de indicar la llegada del verano o el otoño gracias a las decoraciones a mano alzada que se han convertido en las más comunes entre el público "adicto" a esta tendencia.

Según datos proporcionados por la Asociación de Esteticistas, Maquilladores y Masajistas de la Provincia de Alicante (Aempa), el 90% de los centros de estética en la provincia ya ofrecen servicios de manicura semipermanente o de gel. María Salud Torrelló, presidenta de Aempa, destaca la proliferación de estos locales y señala que estos "ahora salen por debajo de las piedras".

En cuanto a la demanda, Torrelló señala que las manicuras semipermanentes están ganando terreno frente a las tradicionales. "Antes, las clientas solían optar por la manicura tradicional con esmalte que tenían que repetirse todas las semanas para tener siempre la manicura en buen estado. Ahora las clientas buscan mayor durabilidad y comodidad y por eso la gente demanda cada vez más este tipo de servicios, son lo que más se pide prácticamente en todos los locales", asegura Torrelló.

En este contexto, el mundo de la manicura ha experimentado una evolución significativa, con la introducción de diversas técnicas y estilos que han captado la atención de la clientela. "Siempre tenemos bastante trabajo, está viniendo mucha gente", asegura Luz de Luna Pulgari, manicurista en Alicante. "A nuestro local viene más gente entre semana que los fines de semana porque es rápido coger cita con nosotras y atendemos a la gente de paso si tenemos hueco. Lo que más hacemos son semipermanentes y acrílicos o uñas de gel y pedicuras y hacemos dibujos a mano alzada, lo que nos pida la gente, a su gusto", explica Pulgari.

Así, son muchos los locales de estética los que han incluido este servicio en su carta al considerarlo como algo "básico" que complementa los tratamientos tradicionales, como la peluquería que regenta Isabel Gallo en el entorno de plaza Séneca. "Es un servicio que ha sido un boom, por eso aparte de la peluquería pusimos el servicio de uñas, son conceptos que van de la mano. Tenemos clientas que vienen solo a eso y que cogen cita con antelación porque si no es imposible. Hacer unas uñas requiere 45 minutos y una reconstrucción de gel casi dos horas, por eso hay que saber cualquier bien los tiempos, la mayoría vienen cada 20 días", señala Gallo.

Una manicurista hace las uñas a una clienta en un establecimiento de Alicante.

Una manicurista hace las uñas a una clienta en un establecimiento de Alicante. / ALEX DOMÍNGUEZ

La clientela no entiende de horarios ni de días de la semana, hacer la manicura es un servicio que ocupa a los profesionales mañana y tarde. "Tenemos muchas clientas fijas y son muy buenas, además aquí viene gente todos los días, tanto de mañana como de tarde, es indiferente. Lo que más trabajamos es la manicura semipermanente, pero ahora también está viniendo mucha gente mayor a que les arreglemos los pies, a cortarles las uñas y a hacerles una pedicura porque como son muy mayores no llegan bien y es un impedimento", destaca Chei Wing, propietaria de un salón de uñas.

Entre las clientas las opiniones están divididas, las hay que prefieren las uñas con un esmaltado liso tradicional y las que son más atrevidas. "Prefiero hacerme una semipermanente lisa, algo muy básico. Normalmente, me pongo un granate o un azul oscuro, algo que pegue con la época del año y como es invierno estos son los colores que más me estoy poniendo", indica Victoria Apellani, una alicantina que acude una vez al mes a hacerse la manicura a su salón de confianza. "Suelo venir cada tres semanas, como mucho una vez al mes porque si no ya están muy crecidas, vengo a este local desde que abrieron y antes de irme ya me he cogido la siguiente cita para que no me falte", explica Apellani.

Pero en este mundo, como en todos, siempre quedan clientas que se atreven con diseños más drásticos y decorados. "Mi manicurista es una artista, yo soy clienta habitual y estoy encantada con ella. Llevo años viniendo y siempre me hago uñas de gel porque son las que más me gustan y con las que más bonitas me veo las manos. Normalmente, me hago muchos dibujos a mano alzada y me pongo colores brillantes o perlas, me gusta que mis uñas se vean siempre diferentes y por eso les cambio mucho la estética", asegura Soraya Ferrero, clienta habitual de un establecimiento de manicura y estética.

Pese al auge de la industria, este crecimiento no está exento de desafíos. Con el mercado en constante evolución, queda por ver si esta tendencia será una moda pasajera o una transformación duradera del comercio urbano en la ciudad.