Con los muebles a medio restaurar. Así se ha quedado un grupo de quince personas en Alicante que se enfrenta ahora a la incertidumbre después de que el taller de restauración de muebles que llevaban a cabo en la Biblioteca Azorín de la ciudad, fuera cancelado de manera repentina a finales de enero. Iniciado en octubre y programado para extenderse hasta junio, el curso prometía enseñar técnicas de restauración y embellecimiento de muebles antiguos. Sin embargo, hace unas semanas, las estudiantes fueron informadas por la dirección del centro de que la actividad sería interrumpida.

Tras las quejas de varias afectadas y en respuesta a preguntas de este diario, la Conselleria de Cultura, de la que depende la gestión de este espacio de titularidad estatal, ha indicado que la decisión de cancelar el curso fue tomada por la dirección de la biblioteca, argumentando que la restauración de muebles no era una actividad prioritaria, ya que no estaba directamente relacionada con la promoción de la lectura. No obstante, aseguran que el taller nunca se llegó a suspender y que se encuentra en "standby".

Dentro de este entuerto se encontraría, además, a un problema relacionado con la tramitación de la autorización del gasto necesario para continuar con el curso, cuyo trámite ya se habría iniciado por parte de la dirección general, según informó la directora de la biblioteca a las afectadas por un mensaje enviado la pasada semana. La responsable también les indicó que esperan que el taller sea reanudado a finales de febrero o principios de marzo.

Sin embargo, las afectadas se sienten abandonadas y desamparadas ante esta situación. "Empezamos 16 personas en octubre porque nos enteramos del curso a través de un cartel publicitario que se compartió en redes sociales y nos inscribimos porque era gratuito. Nos fuimos de vacaciones de Navidad y en enero, nada más volver, nos informaron de que el curso no seguiría adelante", explica Verónica Vidal, una de las afectadas. "Esperamos que sea cierto lo que nos han comunicado y que a finales de febrero podamos estar de vuelta en el curso porque la mayoría se dejaron los muebles en la sala de la quinta planta en la que realizábamos la actividad", asegura Vidal.

Mientras tanto, las estudiantes afectadas continúan a la espera de que se retome el curso, sin entender cómo un curso planificado y anunciado pudo ser cancelado de forma tan abrupta y sin consideración alguna hacia las personas inscritas. "Fuimos a hablar con la directora para buscar soluciones y ahora nos alegramos de que finalmente se vaya a retomar, aunque nos ha sentado muy mal cómo han sucedido las cosas. Entendemos que las bibliotecas están para leer, pero esto es una actividad cultural en la que no hacemos ruido ni molestamos a nadie porque la hacemos en una sala que normalmente está cerrada. Si proyectas un curso, contratas a una profesora y abres la inscripción deberías tener solucionado el tema del pago antes, es lo que no entendemos", señala María Teresa Uriarte, otra de las afectadas.

Por su parte, Agustina Nogueroles, otra de las alumnas que han visto interrumpido el curso señala que le ha parecido "inapropiado" como se ha gestionado la situación. "Me parece irresponsable por parte de la conselleria y de la directora porque la respuesta que nos dieron no nos convencía. Al final la lectura y una actividad cultural, como tratar la madera, son talleres que están relacionados, esperemos que podamos volver a finales de mes", indica Nogueroles.