Hace 50 años en Alicante: ¿Parking o jardín?

El Ayuntamiento de Alicante duda qué hacer con el solar del parque de Canalejas donde estaba el pabellón de electrificación

Hace 50 años en Alicante: del 25 de febrero al 3 de marzo de 1974

Perfecto Arjones

Ramón Pérez

Ramón Pérez

O un pulmón para la ciudad o una zona de aparcamiento para 140 coches. O algo más de verde para un municipio donde impera el cemento o un parking para paliar, en parte, el problema del coche. A finales de febrero de 1974 ésa era la principal duda sobre la mesa del alcalde. En un primer momento INFORMACIÓN publicó a toda página que el solar del parque de Canalejas, en el que antes se erigía el pabellón de electrificación, sería un parking y que la explotación estaba concedida a una empresa privada. Pero entonces se generó el debate en la calle.

Este diario se haría eco del sentir de los alicantinos, divididos entre dos problemas, el de una ciudad pavimentada sin jardín alguno y el de la imposibilidad para aparcar el coche en el centro de la ciudad. El pintor Manuel Baeza apostaba por el parking: "Hace falta porque la ciudad está agobiada". El concejal Antonio Alburquerque le respondía: "Un jardín, que tanta falta hace". Luis Simón, director de sucursal del Banco de Alicante, se sumaba a ello: "Sin dudarlo, un jardín, los niños no tienen donde jugar". Eduardo Ballesteros, administrador de la lotería ‘La Manchega’, optaba por lo primero: "No hay donde dejar el coche, un parking es una necesidad imperiosa y jardín en esa zona ya hay".

Precisamente ‘La Manchega’ era la responsable de llenar de felicidad a varios alicantinos. El Gordo de la Lotería Nacional, comprado en dicha administración, caía entre el personal del Banco de Alicante. En total, 110 millones de pesetas.

Alicante se ensanchaba, pedía reparaciones a gritos y lo cierto es que el progreso se notaba peldaño a peldaño, barrio a barrio. Tal semana como ésta pero de hace cincuenta años el turno era para la zona comprendida entre el final del barrio de San Blas y el inicio de Princesa Mercedes; lo que en su día, en la posguerra, era el barrio de la Ruina. En 1974, y ya para siempre aun sin él, era la zona del paso a nivel. Aquellos días se derribaba el puente sobre la calle Ausó y Monzó para poner uno mejor, más ancho principalmente, por donde discurriría el nuevo camino de la ronda interior y por el que se pensaba destinar el tráfico pesado.

Mientras, en el puerto el exotismo lo ponía un buque chileno, el Lago Puyehue, que había sido construido en los astilleros de la Unión Naval de Valencia y que era el primero con tal bandera en atracar en nuestros muelles. Más allá de la simple anécdota portuaria que quedaría inmortalizada por el objetivo de Arjones, los convecinos del centro de Alicante se preocupaban por un rumor, el de la venta del edificio de los Salesianos-María Auxiliadora, en la calle Tucumán, a espaldas de la Diputación. El rumor tenía algo de cierto y este diario reflejó aquella posibilidad. En 1974 ya no era el colegio que fue (estaba donde hoy) pero era, como sigue siéndolo ahora, un edificio ilustre, histórico y que los veteranos del lugar recordaban que había sido azotado por las turbas incendiarias de 1931. El rumor quedó en eso y su enorme patio con pista de tierra y porterías siguió siendo un buen plan de domingo para padres e hijos de la zona. A principios del siglo actual el rumor se convertiría en hechos y sí que se vendería parte de esa parcela para edificar en lo que hoy son unos buenos edificios que dan a la avenida Benito Pérez Galdós.

A golpe de pedal se abría paso por nuestras calles la Volta a la Comunitat, entonces conocida como Vuelta a Levante. La edición de 1974 la ganaría Marcello Bergamo, pero la etapa de la capital alicantina, con llegada al esprint y con meta en el Real Casino, sería para el danés Ole Ritter. Entre el pelotón lucía el español Pedro Torres, que venía de ganar el maillot de la montaña en el Tour de Francia anterior. Los grandes ases del ciclismo no rodaban por la provincia aquellos días, a excepción del añorado Luis Ocaña, vigente campeón del Tour, que no formaba parte de la Volta pero estaba hospedado en el hotel Costa Blanca de Dénia, donde se entrenaba para una temporada que se antojaba apasionante. Sin embargo, una caída antes de empezar la ronda francesa le privaría de más éxitos aquella temporada y prácticamente en el resto de su carrera.

En las instalaciones del Club Atlético Montemar el deporte seguía al alza y se celebraron los Campeonatos Nacionales de Gimnasia Educativa, donde 36 equipos rebasaron todas las previsiones de aforo. En la prueba hubo ejercicios de saltos, de equilibrio sobre barra olímpica, tabla y ritmo. El colegio San Francisco de Asís se alzó con el trofeo alevín; las Carmelitas, con el infantil; y la Institución de Enseñanza Media, con el cadete.

El descubrimiento de un caso de trata de blancas en un bar situado en un chalet de Muchavista, el Molino Verde, supuso también un shock aquellos días. También saber de primera mano que 455 de los 778 talleres de automóviles de la provincia eran clandestinos.

Sin embargo, la noticia estaba aquella semana fuera de la provincia, concretamente en Barcelona, donde el Régimen ajusticiaría por medio del garrote vil a Salvador Puig Antich, responsable de la muerte de un policía. Sería la última persona en España ejecutada por este método. La noticia de la muerte de Puig Antich venía con un subtítulo de otro caso: "Indultado guardia civil que mató a un capitán". La Justicia, ya saben.