Tendrá algún efecto el Consejo Local de Cultura que ha convocado el concejal Dani Simón? Esperemos que sí. El esfuerzo que ha realizado Simón es considerable y sólo por ello ya merecería tener éxito. Al reunir al Consejo, el concejal ha sido fiel a sus ideas que no son otras que abrir la cultura a la ciudad. No es fácil encontrar personas de su talante en la política actual, personas que muestren coherencia y acepten correr riesgos. Los políticos se mueven con cautela y suelen ser conservadores. Simón es joven, tiene experiencia en el mundo de la cultura, y no ha dudado en tomar decisiones atrevidas cuando lo ha juzgado conveniente. Esta actitud merece toda nuestra simpatía. Ahora, no sé si los alicantinos valorarán esta conducta como corresponde. Encontrarnos con una persona que pretende cambiar las cosas, mejorarlas, choca con el baño María al que nos habíamos habituado en los últimos años.
Habrá que ver si los miembros del Consejo Local de Cultura son capaces de responder a los retos que se les plantean o sólo pretenden ocuparse de sus propios asuntos. En este punto, soy de un pesimismo moderado. Basta leer las declaraciones del presidente de ACOA, Isaac Montoya, para ver que el principal interés de estas personas son sus carreras profesionales. Sin duda, se trata de un interés legítimo. Si uno no se preocupa por su futuro profesional, no sé quien podría hacerlo. Pero que mi porvenir como artista exija una política de ayudas y subvenciones públicas, no parece lo más adecuado. Desde luego, no creo que una de las obligaciones del MACA sea la promoción del arte alicantino y de sus artistas. En mi opinión, es mucho más interesante que el museo se convierta en un foco dinámico sobre el arte de hoy. No es con la promoción de los artistas alicantinos con lo que mejorará la situación del arte en Alicante, sino con información y estímulos que ensanchen el horizonte.
El gran problema que tiene la cultura de Alicante, en este momento, es el de recuperar el tiempo perdido. Los muchos años de mal gobierno del Partido Popular nos han dejado descolgados, al margen de la actualidad, y han creado una atmósfera de conformismo muy acentuada. En ese tiempo, el mundo de la cultura ha cambiado pero nosotros continuamos en el mismo lugar. La Universidad, que desempeñó un papel dinámico tiempo atrás, ahora sólo aspira a complacer a sus alumnos y evitarles la fatiga de pensar. Este camino nos llevará a alabar el campanario de nuestro pueblo, pero no iremos más allá.
En esta situación, el Plan de Cultura 2016 que prepara Simón y que anuncia para mediados de noviembre tiene un enorme interés. El Plan permitirá conocer de una manera concreta los proyectos de la concejalía y podremos valorarlos. No será fácil definir estos proyectos que deberán satisfacer el gusto y los intereses de una población muy variada. En cualquier caso, la propia idea de un plan abierto donde los ciudadanos podrán opinar ya es en sí valiosa. Veremos si los alicantinos sabemos estar a la altura de las circunstancias.
