El fuego que no cesa

Las poetas Elia S. Temporal y Mar Busquets-Mataix firman a/brazadas, un poemario mediterráneo y luminoso

Elia S.Temporal y Mar Busquets-Mataix.

Elia S.Temporal y Mar Busquets-Mataix. / porEduardoBoix

Eduardo Boix

Los seres humanos necesitamos la conexión. Unos y otros marcamos el ritmo de la existencia por el contacto. Si nos remontamos a nuestros ancestros, el calor del hogar no era meramente una llama, el abrazo es la exaltación de la humanidad en todo su sentido. Cualquier comunidad que se precie necesita del contacto para avanzar, es una forma primitiva de comunicación y es una forma de expresar y dar calma. Cuando nacemos, el primer gesto de la madre es la de abrazar al hijo, darle calor, que reconozca el olor que le acompañará siempre en la vida. Porque el abrazo es, más que una herramienta, un arma, la única arma que nos puede hacer humanos. Porque la humanidad es palabra.

El fuego que no cesa

Elia S. Temporal y Mar Busquets-Mataix a/brazadas Olé libros 66 páginas / 15 euros / porEduardoBoix

a/brazadas, de Elia S. Temporal y Mar Busquets-Mataix, publicado por la editorial Olé libros con un prólogo en verso de Mamen Monsoriu Melero, es un poemario a dos bandas o a cuatro manos que sorprende, no por esa forma de abordar la poesía, sino por la calidad de sus versos. Abre el libro un poema titulado día i / sin premeditación que es toda una declaración de intenciones: «El mar es la túnica / donde reposan tus mensajes. // el mar es el único manto // y su espuma nos teje inconstante / cuando somos / el agua sola / sin final…». Elia y Mar, Mar y Elia, entrelazan sus versos para mostrarnos una poesía mediterránea, luminosa y visual. Algunos versos en negro, otros en azul, nos hablan de la importancia del abrazo, del calor, del silencio y el mar, tan presente como un espacio que las envuelve.

Estamos ante un poemario que no abraza la idea del silencio como una forma de reivindicación a tanto ruido. El mar como un todo y como una forma de comunión que las protege. Es la soledad un espacio encontrado, pero a veces es una rémora a la que tenemos que enfrentarnos, como el silencio que se rompe. El poema titulado día ii / hora del silencio derramado nos lo muestra: «esa pequeña luz que no es silencio / cuando no estamos solos // para qué las palabras / en la danza que a nadie pertenece / esa pequeña luz que es el silencio /// ¿Cómo domar las líneas? Dime. / ¿Cómo imprimes los versos en esta tierra de nadie? / ¿Cómo los salvas del silencio? // (Es una pregunta / que espera respuesta en botella de cristal)».

La soledad y el silencio son dos conceptos que van unidos pero que no tienen por que ser siempre pareja. Elia y Mar abordan los conceptos aunándolos a su idea del mar y ese espacio común que las abraza. Como dos mujeres mediterráneas que son, la inmensidad del Mare Nostrum es como un faro que las guía o un manto que las cubre, como ellas mismas indican. En a/brazadas han sabido aunar todos los grandes temas de la poesía y han sabido unirlos con maestría. Estamos ante dos voces destacadas de la poesía valenciana, en particular, y del arco mediterráneo, en general. Dos voces que resuenan en solitario pero que, en conjunto, unidas, hacen crecer su poética. Porque no solo las une una gran amistad y su amor por la palabra, son también dos voces con un concepto total de la poesía y de su estética. Porque es muy importante lo que se dice y cómo se dice. La importancia radica en la forma y en el fondo en el que se emplea la palabra, porque esa es la herramienta que nos hace ser humanos.

El libro, dividido en quince poemas que corresponden a quince días, se cierra con el poema titulado hora de luz y nadie: «volverás como tiempo / esa caracola luz hambre / y estarás / en los espejos de la noche / que te saben / sin borrarte // La vida es palabra / siempre de /vuelta. Volverás / alada (o callada). / La vida es palabra. / Silenciosa. / Oculta. Labrada.».