Buena literatura

Alejandro Cuevas publica Literatura barata, una brillante obra cuyo argumento parece una fusión de Rafael Azcona y Álex de la Iglesia y que habría gustado al mismísimo Unamuno

Alejandro Cuevas

Alejandro Cuevas

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Para tomar la temperatura a esta brillante y alocada novela basta con un pequeño detalle en su arranque: cuando el novio de la protagonista es abducido por una nave extraterrestre, a la desdichada víctima le da tiempo para lanzar una hispana maldición («¡¡Extraterrestres, hijos de puta!!»).

Es una de las muchas pinceladas costumbristas de Literatura barata, del premio Ojo Crítico de Narrativa Alejandro Cuevas (Valladolid, 1973), un escritor que suele fusionar con excelentes resultados la vida pedestre con una imaginación a prueba de bombas y alienígenas.

Literatura barata es una de esas fusiones perfectas, con el aliciente de contar con un giro de guion de descacharrantes consecuencias y del que nada diremos. Baste, eso sí, apuntar que el narrador omnisciente hace lo que le da la real gana para demostrar que con humor también se puede reflexionar muy bien sobre los límites de la literatura, para tratar de superarlos.

La novela de Alejandro Cuevas bien parece una coctelera en la que Rafael Azcona y Álex de la Iglesia se han puesto manos a la obra para pergeñar un guion de gran altura. Pero ¿de qué va Literatura barata? Pues de un vendedor de enciclopedias que un buen día es víctima de un secuestro y de Dolores, una limpiadora de funesta existencia a cuyo lado el Santo Job es un animador turístico. Estos dos dispares personajes ven cómo sus vidas se cruzan y hasta aquí podemos leer, porque el gran atractivo de esta novela es el volantazo del argumento, un detalle que habría encantado a don Miguel de Unamuno.

Alejandro Cuevas  Literatura barata  Menoscuarto Ediciones   176 páginas / 16,90 euros

Alejandro Cuevas Literatura barata Menoscuarto Ediciones 176 páginas / 16,90 euros / INFORMACIÓN

Por lo demás, Cuevas, que también es autor de cuentos (Mariluz y un largo etcétera; Difácil, 2018), trata con mimo el desarrollo narrativo y se nota un trabajo paciente, párrafo a párrafo, para destilar unas gotas de humor sutil, blanco y elegante, toda una revolucionaria declaración de intenciones en estos tiempos que corren de tanto exabrupto en las redes sociales y en el Congreso de los Diputados.

Seguimos así las aventuras del vendedor de saberes y de Dolores, una de las mayores acumuladoras de desgracias que ha dado el orbe. Para más inri, ambos viven en la incomparable ciudad de Berenice, en la que no suelen caer chuzos de punta sino suicidas.

Un universo narrativo que, sin abandonar el ambiente de cualquier ciudad poblada por españolitos, tiene un gran encanto surrealista. En suma, lo mejor que se puede decir de Literatura barata es que no hace honor al título. Es literatura de la buena.