Después de una vida dedicada a la música, el tenor Antonio Navarro dice adiós a los escenarios con un concierto de despedida de la lírica. El cantante crevillentino ha sido solista de la Coral Crevillentina durante más de 40 años. A lo largo de todo este periodo, ha participado en numerosas representaciones por toda España como «La Dolorosa», «La del manojo de rosas» o «El barbero de Sevilla», entre otras. Ahora, el artista quiere dejar paso a las nuevas generaciones de coristas. El evento tendrá lugar el próximo sábado, a las 20.15 horas, en el Salón de Actos de la Casa Municipal de Cultura de Crevillent.

¿Cómo surgió la idea de crear este concierto de despedida de la lírica?

Me une una gran amistad con Francisca García (profesora de piano) y Agustín Santacruz (profesor de guitarra), y un día charlando decidimos hacer un concierto de despedida del pueblo, para los familiares, amigos y aficionados a la lírica. Para ello, he contado con la colaboración del Ayuntamiento y de los maestros, que me acompañarán en el acto.

¿Cuál será el repertorio?

Va a ser un concierto muy ameno con compendio de canciones de todo tipo. Vamos a interpretar napolitanas, que es mi debilidad, bolero, canción española, ópera y zarzuela. Al final, habrá dos piezas de música de cine, como la de «El Padrino» o «My Way» de Frank Sinatra. Esta última la interpretaré con mi sobrina, que también es cantante.

¿Cuándo comenzó su vocación por la música?

La vocación me viene desde muy pequeño, porque mi madre me despertaba cantando. Luego, cuando empecé el colegio, coincidí con un amigo del barrio, era la época de El Dúo Dinámico, y creamos el nuestro, pero cuando nos fuimos al servicio militar se terminó. Después, formé parte de un grupo de habaneras en el que conocí a José Sempere Pastor, directivo de la Coral, y fue el que me introdujo en el tema de la lírica.

¿Recibió clases de música?

No. Cuando yo era joven no había posibilidades para ir a clases de música, todo lo que canto lo hago de oído. Nunca fui al Conservatorio. Fui un cantante autodidacta. Aquí, hay muy buenos cantantes de mi edad, pero todos son de oído. No han ido a clases de música ni han tenido profesores.

¿En qué momento pasó usted a formar parte de la Coral Crevillentina?

Participé en el concurso de habaneras que se celebraba en el municipio, cuyo director era Joaquín Fuentes Soriano, y me propuso entrar en la Coral. Realicé unas pruebas y en el año 1976 pasé a formar parte de la agrupación, hasta hace dos años que me retiré de la Coral. En este tiempo, he sido el tenor principal de las interpretaciones de la agrupación musical.

En estos más de 40 años junto a la Coral, ¿qué es lo que recuerda con especial ilusión?

En la Coral he hecho «La Dolorosa», «Katiuska» y «Marina», entre otras muchas. Sin embargo, me hizo ilusión ir a la ciudad de El Paso en Estados Unidos a interpretar «Bohemios». Aquello fue una aventura. Era casi la primera vez que subíamos en avión. Además, allí tenían un teatro que era una maravilla, nunca había visto otro igual.

Además, tuvo su aparición en televisión.

En el año 1986 hicieron un cásting para el programa de televisión «Gente Joven» en Benidorm, y me presenté para probar suerte. Era un programa de cantantes líricos y mi sorpresa fue que pasé el cásting, y me convertí en el cuarto finalista.

¿Qué le ha quedado por hacer en su carrera como tenor?

Muchas cosas. Me hubiera gustado hacer una ópera de protagonista, que nunca llegue a hacer, como por ejemplo, «Tosca» , que me encanta. Las óperas siempre las hemos hecho aportando el coro, y los pequeños papeles, porque lleva mucho coste.

¿Corren buenos tiempos para la lírica?

Sí. Ahora hay una parte de la juventud que está aprendiendo la lírica y le gusta. Hay una nueva generación que se está interesando por este estilo de música, y hay concursos que están promocionando los cantantes líricos. La diferencia es que ellos tienen sus estudios de música.