Se ha hecho de esperar pero esta mañana ha llegado al puerto de Santa Pola un ánfora romana que ha pasado más de 1.800 en el fondo de las aguas de la bahía, rodeada de peces y algas. ¿Cómo llegó hasta allí? eso es una pregunta que nadie se atreve ahora a contestar. La historia comenzó hace poco más de dos semanas cuando unos buceadores dieron aviso a la Policía Local. Habían visto lo que parecía una vasija a unos 12 metros de profundidad mientras hacían una inmersión frente a la Gran Playa, cerca relativamente de donde tuvo que estar ubicado el Portus Ilicitanus, el que fue principal eje comercial durante siglos.
Tras analizar las imágenes subacuáticas que facilitaron los deportistas, desde el Museo del Mar estimaron que se podría tratar de un ánfora de valor arqueológico. Había que sacarla del fondo del mar donde fuentes municipales aseguran que hay, sin duda, muchas más, pero que están enterradas bajo la arena. Esta por causas que se desconocen, estaba a la vista.
Los buceadores explicaron en un primer momento que intentaron sacarla por sus propios medios, pero era tremendamente pesada; entre otros motivos, porque iba llena de arena. A partir de ahí se montó un dispositivo que, coordinado por el Ayuntamiento de Santa Pola, a través del Museo del Mar y de la Policía Local de Santa Pola, con la ayuda de Salvamento Marítimo, ha permitido esta mañana recuperarla y comenzar a estudiarla tras confirmar que sí es de época romana.
El miércoles por la tarde se intentó la operación pero por culpa de las condiciones climatológicas fue literalmente imposible. Los trabajos se han desarrollado esta mañana después de que durante la tarde del miércoles los buzos señalizaron convenientemente la zona y realizaran los trabajos preparatorios.
El operativo de ayer no se monta de un día para otro. Fue necesario abrir un expediente en coordinación con el Centro Arqueológico Subacuático de Valencia, dependiente de la Conselleria de Cultura y Patrimonio, que fue el organismo que autorizó a la directora del Museo del Mar a iniciar la operación de rescate de la pieza. La Policía Local y Salvamento Marítimo han contado en toda la actuación con la colaboración de un arqueólogo subacuático.
El arqueólogo municipal, Alejandro Pérez ha indicado que “esta variante tipológica de ánfora (Beltrán IIB) es producida en el área gaditana y costa mediterránea de la provincia romana de la Bética para conservar y transportar, por el Mediterráneo, tanto pescados en salazón como una salsa o condimento, también a base de pescado denominada garum; muy cotizada en época romana”.
Estas ánforas contenían tanto pescados en salazón como una salsa o condimento, también a base de pescado denominada garum; muy cotizada en época romana
El experto explicó que “esta producción anfórica se documenta desde época augustea, a comienzos del siglo I, aunque se generaliza en época flavia hasta el periodo antonino, en el último tercio del siglo I y a lo largo del siglo II, momento al que pertenece este ánfora dadas sus características formales que la alejan de los primeros prototipos”, indica.
La directora del Museo de Santa Pola, María José Cerdá agradeció ayer a la Conselleria y a todos los participantes la coordinación para que el operativo haya concluido con éxito.
La concejala de Cultura, Trini Ortiz mostró su satisfacción y agradecimiento “a todo el personal del Museo del Mar, Salvamento y la Policía Local de Santa Pola que han colaborado y se han coordinado a la perfección para recuperar el ánfora. Recuperamos y ponemos en valor patrimonio para todos los santapoleros y visitantes que podrán disfrutar de todo lo que nos ofrece el mar en nuestro museo”.
Una vez en el puerto, la pieza se trasladará al Museo del Mar donde se iniciará el proceso de desalización para que luego quede expuesta.
