En el Pleno del 30 de julio de 2015 se aprobó por unanimidad la creación del nuevo barrio de Gran Vía Sur. Se daban así por finalizadas, después de una década, las aspiraciones de la zona conocida por entonces como Babel Sur o Playa del Babel para convertirse en un nuevo barrio de la ciudad escindiéndose del mencionado Babel y de San Gabriel, a los que históricamente había estado vinculado.

En 2003 los vecinos se quejaban de vivir en un barrio que ni siquiera sabían cómo se llamaba. Para conocer el origen del topónimo, debemos retroceder a finales de 1997, cuando un grupo de dieciséis jóvenes crearon una hoguera para el barrio a la que llamaron Gran Vía Sur. El nombre fue tomado de la denominación del tramo inicial de la avenida de circunvalación de ciudad que, en esa zona, era conocida en proyecto como Gran Vía Sur y con este nombre aparecía en algunos anuncios de prensa del momento. Esta denominación fue adoptada también por la asociación vecinal y en 2015, tras muchos años de espera, se oficializó como nombre del nuevo barrio. Es cierto que Gran Vía Sur no nos dice nada y no tiene ningún arraigo en la tradición alicantina que dispone en esa zona de varios topónimos históricos a rescatar. Pero ya sabemos que Alicante y la recuperación de la toponimia tradicional no van de la mano.

Pese a que hoy el barrio es una zona residencial consolidada y bastante tranquila, pese a los constantes disgustos que les da el Puerto, sus orígenes fueron radicalmente opuestos. Hace más de un siglo, esta parte del Babel era una zona industrial altamente contaminante situada en primera línea de playa.

La industria más antigua de la zona se encontraba dentro de la finca conocida como Huerto de las Palmas. Allí, en el siglo XIX se instaló una fundición y posteriormente una fábrica de toneles en la que, tras su cierre, se abrió en 1892 la Fábrica de Conservas Las Palmas. Fue fundada por el francés afincado en Alicante Georges Gilles, al que se uniría años después el inglés Alfred Hill que aportaría sus conocidas mermeladas. Al iniciarse la Guerra Civil, fue vendida a la fuerza a la CNT y tras el fin de la contienda las autoridades franquistas se negaron a devolvérsela a sus legítimos propietarios. La conservera, en manos de la Delegación Nacional de Sindicatos, fue pasando de mano en mano hasta su completa extinción.

Otra de las empresas más famosas del actual barrio de Gran Vía Sur fue la conocida popularmente como la Fábrica de Sacos. Formaba parte del entramado comercial de la sociedad francesa Fourcade y Provôt (luego Babel y Nervión) instalada en Alicante en 1880. Dedicada primeramente al refinado de petróleo, diversificó su negocio con la creación de una fábrica de electricidad, otra de hielo y una de sacos de yute bajo el nombre de Industrias Textiles Alicantinas S.A. Estuvo situada en la finca La Alicantina, junto al huerto de las Palmas. En 1960 se fusionó con otras empresas de hilaturas cesando su producción a inicios de la década de 1970. Curiosamente tanto Alfonso XIII como el entonces Príncipe Juan Carlos visitaron la empresa en 1909 y 1962 respectivamente.

Aunque sin duda alguna la empresa más importante de todo el barrio fue la Sociedad Anónima Cros, dedicada a la fabricación de fertilizantes, una tarea altamente contaminante cuyos ecos todavía resuenan cada vez que las capas de tierra contaminadas afloran a la superficie tras una tromba de agua. En 1905 la sociedad dirigida por Amadeo Cros solicitó la construcción de una fábrica de abonos químicos junto al Barranco de las Ovejas (o más bien dentro de él). Cinco años después la empresa Unión Española solicitó permiso para levantar su fábrica de abonos en los terrenos del Huerto de Càlig o finca Buena Vista, justo al lado de la Cros. Tras la fusión de ambas empresas en 1920, las dos parcelas se unieron eliminando el tradicional camino del Babel o de la Cruz que las separaba. Tras su fusión con Explosivos Río Tinto nacería la actual empresa ERCROS. Tras casi ochenta años de actividad, en 1983 comenzó el derribo de unas instalaciones que habían quedado muy afectadas tras la riada de 1982. Aunque hemos de decir que desde finales de los 70 se preveía la reurbanización de la zona. De todo aquello sólo queda la base de uno de los depósitos a modo de monumento y uno de los eucaliptos de la fábrica.

Tras la finalización de los planes parciales Cros y Fábrica de Sacos, hoy el nuevo barrio de Gran Vía sur es un moderno complejo residencial del siglo XXI. Pero… esperen, como si de una aldea gala se tratase aún resiste un pequeño reducto de viviendas antiguas junto a la Casa Cuartel de la Guardia Civil. Son, además del búnker del Parque del Mar, las últimas supervivientes de la desaparecida playa del Babel.