Sin grupo pero por fin con despacho. El gobierno local de Benidorm, formado por PSOE y CDL, debe haber decidido que el concejal no adscrito, Juan Ángel Ferrer, ya ha pasado suficiente tiempo en el purgatorio, desde aquel 31 de enero en el que anunció su marcha del grupo municipal socialista. Ahora, tras casi ocho meses de haber purificado su alma, podrá volver a tener acceso a un despacho propio en el Ayuntamiento. Al menos así lo confirmaron ayer fuentes del ejecutivo, después de que el concejal de Presidencia, Conrado Hernández, comunicara a última hora de la mañana a la oposición que en los próximos días habrá un cambio en la asignación de estancias para que Ferrer pueda tener un espacio en el que realizar su actividad como concejal.

La misiva del edil de Presidencia, que a su vez ejerce como portavoz municipal del grupo socialista, tiene dos cometidos. Por un lado, Hernández comunica al grupo municipal popular que deberá desalojar una de las cinco salas de la primera planta del Consistorio en las que ahora se distribuyen sus once concejales y sus dos cargos de confianza. Por otro, comunica a Ferrer que podrá empezar a utilizar una de estas dependencias como despacho propio en cuanto el PP haya trasladado todos sus documentos y pertenencias, tal y como confirmaron las mismas fuentes.

¿Y cuándo será esto? Pues desde el ejecutivo local indicaron que «en el plazo más breve posible. O, dicho en otras palabras, para finales de la próxima semana o principios de la siguiente, aunque matizaron que ahora todo dependerá del plazo que tarden los ediles y trabajadores del PP en vaciar la estancia.

Continuas reivindicaciones

La petición de Ferrer de poder disponer de un despacho en el Ayuntamiento para realizar su labor de oposición viene repitiéndose desde finales del pasado mes de enero, aunque hasta ahora no había sido atendida por PSOE y CDL. Ambos partidos en todo este tiempo no han sido capaces de encontrarle ese ansiado lugar al no adscrito en los cerca de 14.000 metros cuadrados, cuatro pisos e incontables departamentos en los que se distribuye la Casa Consistorial. Y ello, a pesar de que el propio alcalde, el socialista Agustín Navarro, firmó el 1 de febrero un decreto en el que prometía a su excompañero de bancada un habitáculo para poder trabajar.

El pasado mayo, cuando Ferrer volvió a pedírselo por escrito al primer edil, el portavoz del PSOE afirmó que habilitar un despacho al exconcejal socialista le costaría a las arcas públicas 3.500 euros. Ayer, fuentes del gobierno local ya no hablaron de cifras, pues parece obvio que al ocupar una de las salas del PP no habrá que realizar ningún gasto. Cuando eso ocurra, Ferrer seguirá siendo concejal sin grupo, aunque al menos tendrá un despachito para hacer fotocopias, guardar documentos o reunirse con los vecinos.